1- Ahora nos quieren presentar a Timochenko y Márquez como enemigos irreconciliables.
2- También quieren que creamos que hay una irremediable y típica ruptura entre sectores “civilistas” y “belicistas”.
3- Que nada de lo que hace la Farc ( el partido ) tiene que ver con lo que hacen las Farc ( como guerrilla “disidente” ).
4- Que mientras Timochenko y sus congresistas se esfuerzan por “consolidar la paz”, un Márquez descarriado y pendenciero, rodeado de herejes y rufianes, se empeña en ir en contra de la historia para volver a las armas.
5- Que, por ende, nada de lo que hace la mano derecha tiene que ver con lo que hace la mano izquierda, o sea, que no hay un brazo político y un brazo armado.
6- También quieren que creamos que las diferencias abismales entre uno y otro personaje son de vieja data y que a un Márquez mortificado y sometido le tocó sacrificarse varios años negociando con Santos en La Habana, en contra de su voluntad.
7- Que mientras Timochenko estaba dispuesto a dejarse la piel por entregar hasta el último rifle, la última ruta de los narcos y el último dólar para reparar a las víctimas, Márquez solo pensaba en mantener activas las hordas de renegados y los laboratorios de droga.
8- Que Timochenko es un gran pensador, un iluminado ideólogo que guía a las huestes hacia la tierra prometida en tanto que su alter ego no es más que un rufián obsesionado por la táctica guerrillera, el cortoplacismo y la complicidad incondicional con los dictadores del vecindario, esto es, Maduro, Ortega, Castro y Díaz Canel.
9- Que mientras Timochenko se dedica a las mociones de censura, la protesta social y las coaliciones de izquierda para llegar al poder por la vía de las urnas en el 2022, Márquez solo confía en la intimidación, la extorsión y la violencia.
10- Que en esa estructura mítica, maniquea y depuradora al mismo tiempo, aparece de repente un sujeto tóxico y contaminador llamado Marlon Marín cuya única misión era socavar las virtudes del partido sembrando entre los colombianos la terrible sensación de que entre ‘la’ Farc y ‘las’ Farc hay una relación funcional, orgánica y armónica.
11- En consecuencia, resulta urgente y necesario borrar esa imagen destructiva, presentar a Jesús Santrich como víctima de semejante delincuente y promover en la próxima asamblea del partido la expulsión de Márquez y todos sus secuaces.
12- Porque, en definitiva, a Colombia le debe quedar absolutamente claro que una cosa es Timochenko y otra completamente distinta es Iván Márquez. Y que entre el uno y el otro no ha habido, no hay, y nunca habrá comprensión alguna.