Un Adenauer para Colombia (III) | El Nuevo Siglo
Viernes, 5 de Marzo de 2021

Entiendo que pretender un Adenauer para Colombia es un imposible, aunque tenemos cabezas iguales y mejores, pero la politiquería no las deja brillar. Con una calumnia liquidan a cualquiera, tenemos políticos y líderes formidables opacados por los medios de comunicación tropicales y una ignorancia de los electores que clama al cielo. Por esto quiero recordar los principios y valores que sacaron a Alemania del desastre de la Segunda Guerra Mundial, con la ilusión de motivar a algún político magnánimo, maduro y preparado, que sea capaz de unirnos con la bandera de una Colombia grande, soberana y libre, para todos.     

El bien común es una verdad esencial de la comunidad humana, que influye de manera determinante en la felicidad y realización de cada persona y en los procesos de acumulación y transmisión de la cultura, que es el humus que permite al hombre humanizarse… De igual manera, ser miembro de una polis (una comunidad de vida), es la forma de vida plenamente humana, y el fin de la sociedad es prestar a los individuos la ayuda necesaria para lograr los fines esenciales de la vida a través de la cooperación mutua.

La mutua ayuda es la posibilidad de la cooperación de todos los miembros de la sociedad, necesitada también por todos, esto es el bien común, utilidad común o bien social. Así, en la sociedad puede verse que el bien común, en cuanto fin de la cooperación social, debe crear, necesariamente, la pacífica convivencia. Y la cooperación social es el presupuesto para la pacífica convivencia entre las personas. Por esto, el bien común, en cuanto fin de la sociedad, exige establecer los presupuestos para el mejor logro posible de la autorresponsabilidad, y el de los fines esenciales de la vida por parte de los miembros. Además, el bien común es el bienestar de la sociedad como un todo. De aquí que el principio de la solidaridad y la subsidiaridad es la razón de un Estado de Derecho, y la justicia social es el bien común de la “sociedad” en cuanto está condicionada -por la disposición de cada grupo- a dar a los demás lo suyo como participación al beneficio de la cooperación económica-social.

La dignidad humana evidencia el bien común, en el entendido que toda persona humana, por el hecho de ser persona, es digna ante Dios, ante el Estado, ante la sociedad, ante su familia, sin reservas. Esta es la razón de un Estado: proteger, apoyar, cuidar, garantizar la dignidad humana -desde su concepción hasta la muerte natural- en calidad de iguales, a todas las personas que forma la Polis: de manera que se le garantice una vida digna como persona humana. Esto es: salud digna, trabajo digno, recreación digna, preparación digna -y con el más necesitado razón de más- como miembros de una sociedad, de aquí que todo ser humano, debe ser la razón de un Estado, de un líder, de un presidente. Por esto en la naturaleza de la sociedad debe verse que el bien común es la razón del Estado en cuanto fin de la cooperación, de la unión, del gobernarte, del auténtico político.