Hoy cedo esta columna a mi mamá, Esperanza Ayala de Duplat que, junto a sus compañeros, celebró los 154 años de la Universidad Nacional de Colombia. Se trata de la promoción de 1966 de la Facultad de Medicina, un grupo de colegas que lleva una vida entera tomándole el pulso al país a través de su ejercicio profesional. Dejo a continuación sus palabras y mi esperanza:
“La Universidad Nacional es un pilar fundamental en la historia de Colombia. Después de la victoria en las guerras de independencia, las jóvenes naciones hispanoamericanas tuvieron que resolver problemas muy complejos. Por ejemplo, tuvieron que definir qué tipo de Estado debían elegir para establecer el gobierno, cómo proteger la soberanía nacional y qué tipo de instituciones públicas debían operar, cuáles eran sus funciones y cómo formar a los funcionarios. También tuvieron que garantizar la viabilidad económica de la nación y conectar los mercados locales y regionales del país al comercio internacional. No menos importante fue mejorar la calidad de vida de la mayoría de los colombianos, mejorar las condiciones de higiene, reducir los niveles de malnutrición, así como el acceso a servicios de salud y educación.
La Universidad Nacional de Colombia tuvo que buscar y encontrar respuestas ante los retos más complejos de la historia del país, no solo para garantizar las condiciones materiales de los ciudadanos, sino también para definir y esclarecer nuestra nacionalidad: escribir la historia del país, recuperar el patrimonio cultural del pasado y mantener el del presente, interpretar la diversidad cultural, así como explicar su importancia.
La Universidad Nacional de Colombia no es sólo una institución de educación superior, sino el espacio donde los colombianos aprendimos a entender quiénes somos y cómo podemos ser mejores. Por eso los antecedentes de su fundación se remontan a Francisco de Paula Santander, cuando creó la Universidad Central de la República en 1826 con sedes en Bogotá, Quito y Caracas. Los próceres de las jóvenes repúblicas suramericanas entendieron que una institución sólida de educación superior era la clave de nuestro destino como nación.
Hoy estamos aquí para celebrar que la universidad continúa haciendo el mismo trabajo. En un día como hoy hay miles de profesores y estudiantes, de todos los rincones de Colombia, pensando en cómo sacar adelante a este país, a pesar de todos los retos que tenemos. Es lo increíble de esta institución, su capacidad de renovarse y responder a los retos más urgentes de la sociedad de hoy.
A mí me gustaría que el trabajo de la Universidad Nacional tuviera un respaldo más robusto del Estado. Hoy sabemos que existe una clara correlación entre el dinero que invierte un país en educación y su progreso en términos sociales y económicos. Una Universidad Nacional con más recursos y mejores oportunidades para sus estudiantes y docentes nos pondría en el camino correcto hacia una sociedad más justa y promisoria para todos. Aprovecho esta oportunidad para brindar por su historia, su presente y su futuro. Ojalá siga construyendo país por muchos siglos más, salud”.
@tatianaduplat