Una economía descompuesta | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Enero de 2017

Mientras que el país se divierte con las fiestas del mes de Enero para escapar a su realidad económica y social, basta con ver las noticias del medio día de comienzo de año para darse cuenta que Colombia no solamente es un país enfermo, sino que se encuentra totalmente descompuesto.

Una de las inquietudes permanentes de Álvaro Gómez Hurtado, cuyo caso impune reposa en los anaqueles de la FGN, fue, precisamente, el deterioro de la calidad de vida junto con la dignidad de los colombianos:

Se han perdido, por ejemplo, la armonía y el buen trato entre las personas. La economía, por el otro, con el aumento permanente e incomprensible para el consumidor del índice de inflación, que golpea duramente no solo lo bolsillos familiares sino los presupuestos de la Nación los cuales se desajustan por cuenta de los exorbitados incrementos de salarios de los funcionarios públicos. (AGH, 1981, Populibro).

El proceso de deterioro de nuestra economía comenzó cuando a huanpa, en un acto de populismo irresponsable, le dio por incrementar los salarios por encima de la inflación, si mal no estoy en el 2014.

Para el 2017, como premio a su gestión,  a los funcionarios públicos de huanpa se les incrementará en 7.7%, un punto por encima de la inflación, mientras que a los colombianos de a pie nos clavaron con el 19% de IVA. Paradójicamente, el recaudo anual de IVA pasó de $18.8 billones en el 2008 a cerca de $30 billones en el 2015.

A su vez, el déficit comercial en cuenta corriente se acerca peligrosamente al 10% del PIB.

La inflación acumulada, a la que se refería AGH, al 2016 llegará al 6.5%, tal vez al 7%, la más alta en los últimos años. ¿9% para el 2017?

La devaluación del peso vs. el dólar en los últimos tres periodos supera el 70%, lo que produce el encarecimiento de las materias primas para la industria junto con un incremento en la deuda pública la cual está cercana al 45% del PIB. Con un dólar a $3.000 durante el 2017, este punto se puede complicar aún más. Es importante resaltar que el 60% de esa deuda es pública y el 39% privada.

Los intereses de usura al 33% junto con las tasas de intereses para arriba.  Menos mal que Asobancaria defiende a los usuarios financieros.

Para suplir el consumo interno, la importación de alimentos viene en aumento pero al ministro Iragorri lo que más le importa es su pelea a muerte con Fedegan de Lafaurie.

El desempleo cercano a los dos dígitos.

Con este escenario de deterioro de la calidad de  vida, me pregunto: ¿Dónde quedó la dignidad del entonces profesor Mauricio Cárdenas cuando comentó que sin crecimiento económico es prácticamente imposible reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de la población? (Cárdenas, Introducción a la economía colombiana, 2009).

Entonces, habrá que investigar: ¿Cuáles fueron las razones para que la economía  colombiana creciera al 6% bajo la era de Álvaro Uribe vs  1.5% a 2% en el 2016, con serias posibilidades para que en el 2017 crezca por debajo del 2%, inclusive del 1%?

Por lo anterior, las perspectivas económicas para el 2017 corresponden a un escenario de contracción y, por qué no, de recesión.

Puntilla: ¿Al nuevo director del Banrep, Dr. Echavarría, le importara que el déficit fiscal se encuentre en un punto por encima de la regla fiscal permitida?