Azorín en su obra “El Político” presenta una gran coherencia entre los ideales políticos-morales que propugna, y los valores con los que se debe configurar un político. Ética y estética hunden sus raíces en una misma comprensión de la verdad que no puede ser separada del bien y de la belleza.
Ahora más que nunca, Colombia exige un gobernante que logre sacar a flote la nave del Estado, que naufraga en las aguas nauseabundas de la corrupción.
Políticos privados de la libertad, la mermelada, delincuentes que tienen la casa por cárcel, compra de votos, son el caballito de batalla de populistas que aspiran a la presidencia de la república.
Estos populistas creyeron que el pueblo colombiano comulgaba con ruedas de molino, entonces recogieron firmas para una consulta popular contra la corrupción. La verdad, esta consulta les permitiría iniciar una gran campaña, pensaron que ya habían cogido el cielo con las manos.
Pero no fue así. La inteligencia del pueblo y las columnas de opinión, como las de Maria Isabel Rueda, de Ramiro Bejarano y otras publicadas en la revista Semana, demostraron que varios temas de la consulta ya eran ley de la república.
Ha llegado el momento en que los colombianos decidamos inteligente y libremente por quien votar; debemos hacerlo con suficiente madurez alejados de los cantos de sirena.
Elección libre y responsable que debe rechazar a los ilusionistas que pintan países maravillosos. También a los que se lavan las manos negando que apoyaron la toma del Palacio de justicia, en el que fueron asesinados magistrados ilustres, y para rematar, en su paso por la alcaldía de Bogotá, dejaron huellas de una mala administración tanto en lo fiscal como en lo político.
Los colombianos tenemos el deber de actuar siguiendo las mismas palabras del Papa Francisco “dando el primer paso”. Significa que ante la tragedia que vive Colombia, es nuestra obligación elegir un verdadero líder de Estado, que tenga carácter, suficiente experiencia, capacidad y gobernabilidad para defender las instituciones.
Hay que hacer un verdadero cambio radical, eligiendo a Germán Vargas Lleras que ha probado ser buen ejecutivo, haciendo realidad los proyectos de vivienda, agua, construcción de autopistas, también fue el creador de la Unidad Nacional de protección durante su gestión como Ministro de Estado.
En los debates Vargas Lleras siempre ha planteado soluciones realizables, como la de fortalecer un liderazgo en el Caribe, crear escudos de atención humanitaria y de salud en zonas de frontera venezolana para vacunar y prestar apoyo a los migrantes. Multiplicar la presencia consular para brindare garantías a los ciudadanos venezolanos que busquen una mejor vida en Colombia. Impedir el degollamiento de ganado que se hace en la frontera, carne que luego es trasportada anti-higiénicamente en costales, lo que causa muchas enfermedades en los consumidores. También afirma enfáticamente que los colombianos no nos podemos dar el lujo de desperdiciar la autosuficiencia petrolera, lo que no quiere decir que también se debe tener en cuenta otros artículos de exportación, que son abundantes en Colombia.
“Demos el primer paso” votemos por una nueva Colombia.