WILLIAM VILLEGAS OROZCO | El Nuevo Siglo
Jueves, 1 de Septiembre de 2011

Sostenibilidad del campo

“Políticas para una agricultura acorde con las nuevas tendencias”


ENTRE  las prioridades del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural -MADR- está el reforzamiento de las actividades y políticas que necesita el país para una agricultura acorde con las nuevas tendencias, equitativa y dinámicas para un mundo moderno cada vez más exigente en la responsabilidad social y ambiental con el territorio rural.


El café es quizás junto con el banano y las flores los productos agrícolas que más nos identifican en el mundo; de él dependen más de dos millones de colombianos. El café está arraigado en nuestra cultura y en nuestra historia y ha demostrado que puede cultivarse en medios sostenibles, sin afectar el ecosistema. Se ubica en mayor o menor magnitud en todo el territorio nacional, pero, además, es el cultivo que presenta un crecimiento cada vez más evidente- En el caso de los cafés especiales del 2002 al 2006 creció un 42%, la mayoría ecológicos, con marca de origen, a tal punto que existen ya muchos cultivos de campesinos e indígenas en sistemas sostenibles con exportaciones en una gran gama de variedades y delicados sabores. Esta tendencia marca un hito en los mercados mundiales y ha sido reconocido por organismos internacionales como Rain Forest Alliance y la FAO.


Colombia hace parte de los 8 países que conforman la Amazonia; región donde el 17% de la selva ha sido destruido, situación que nos compromete, a pesar del esfuerzo realizado por el Gobierno nacional; a tal punto que grandes extensiones de Nariño, Putumayo y la Orinoquia se han devastado para extraer madera, fauna o para cultivos ilícitos. Se requiere una política orientada a la inserción al mercado de nuevos esquemas productivos como los sistemas agroforestales con especies de la región, para no estar en conflicto con el medio ambiente y con un plan de inversión controlado por las corporaciones. De otra parte es recomendable que el MADR proyecte un plan para promover el uso de fibras naturales en los procesos de industrialización, tales como la seda y el fique, sobre el cual ya hay una agrocadena. Es estratégico para el país la sostenibilidad y oferta de fibras naturales, la creación de alianzas estratégicas y el fomento del yute, seda y cáñamo entre otras, estimularía los mercados nacionales y de exportación, como se hace con el sombrero vueltiao y la caña flecha en la Costa Atlántica. En el 2009 se realizó un taller sobre las fibras naturales y su función en la economía del carbono en la Universidad de Washington en Seattle, EE.UU.; donde se mostró a empresariales internacionales el potencial uso de las fibras naturales sobre fibras sintéticas.


Es recomendable para la sostenibilidad del campo usar políticas agropecuarias como el incentivo forestal y el DRE (Desarrollo Rural con Equidad) para promover esquemas de reforestación en las zonas andinas con pequeños productores, sobre todo en páramos, se mejoraría la capacidad económica de los productores rurales y se imprimiría en la zona rural entusiasmo, no sólo de los grandes inversionistas, sino también de los parceleros de reforma agraria; así como de los pequeños y medianos productores.
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