“Araña sagrada”, fanatismo religioso y limpieza social | El Nuevo Siglo
Escena de la película. Reparto en el juicio.
MUBI/Cineplex
Jueves, 19 de Enero de 2023
Redacción Cultura

Por Sandra M. Ríos, creadora de www.CineVistaBlog.com

 

Esta semana se conoció la nefasta noticia de los maniquíes femeninos con los rostros cubiertos en las tiendas de ropa en Kabul, capital de Afganistán, por órdenes del Ministerio de propagación de la virtud y la prevención del vicio, dando cumplimiento estricto a las leyes islámicas, según la interpretación del régimen talibán. Se suma este nuevo golpe a los derechos de las mujeres afganas a varias medidas que han venido minando las escasas libertades que tenían antes del derrocado gobierno de Ashraf Ghani en 2021.

Esa aniquilación de la figura femenina es uno de los aterradores casos con los que la comunidad internacional comprueba la misoginia que se ejerce. "Holy Spider" se ambienta en Irán y está basada en la historia real de un asesino en serie, Saeed Hanaei, quien en el lapso de un año (entre agosto de 2000 y julio de 2001) mató a 16 mujeres que ejercían la prostitución en la ciudad de Mashhad, la segunda más densa de Irán, centro de la mezquita más grande del mundo, por tanto uno de los lugares preferidos de peregrinación, recibiendo más de 20 millones de fieles y turistas cada año.

Hanaei era un fiel religioso, albañil, esposo y padre de familia que tomó la determinación de matar prostitutas para erradicar "el mal" de su ciudad. El director danés de origen iraní Ali Abbasi es quien presenta esta historia al mundo occidental, a modo de un thriller que muestra con frialdad y crudeza su modo de operar y no se queda solo en eso, enfocándose en la crítica social, en poner el ojo en un Estado y en una sociedad enferma que, según este autor, censura y se autocensura a sí misma.

El título de la película, "Araña sagrada", toma parte del alias con el que se hacía conocer este asesino serial, pues asumió un papel heroico y se encargaba de dar a conocer cada una de sus victorias. En el tenso thriller de Abbasi lo observamos todo a través de la perspectiva de Rahimi, una periodista de Teherán incisiva que llega a Mashhad a investigar el caso y con la firme convicción de exponerlo ante los medios, descubriendo al paso de su trabajo que la justicia es bien maleable, en un lugar donde, a medida que aparecen los reportes de más trabajadoras sexuales asesinadas, muchos en la comunidad comienzan a verlo como un verdadero hombre santo. En su búsqueda de la verdad y ante los obstáculos propios de una sociedad machista y patriarcal, no le queda más opción que infiltrarse y poner en riesgo su propia vida para hallar al culpable.


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Dada la forma como es abordado el caso, la historia tuvo varias resistencias para poderse llevar a cabo, empezando por la locación que no podía ser el propio Irán y debió ser Jordania, tras no recibir los permisos en otros lugares que habían considerado, como Turquía. El director conoció de estos crímenes cuando aún residía en su país, pero fue al momento del juicio que quedó con la idea de llevar la historia al cine. En el camino y ante la dificultad de poder financiar un proyecto de esta naturaleza, aparecieron los largometrajes de horror “Shelley” y la fantasía “Border” con la que logró internacionalizarse y poder hacer esta producción.

Abbasi muestra la metamorfosis de un lugar peregrino de día, a un epicentro de maltrato hacia la mujer de noche, reflejando con ello la doble moral de una sociedad que convive con la violencia y, aún peor, está dispuesta a aceptarla si se justifica como mandato divino. El desprecio con el que actúa este agresor y la forma explícita como se muestra la manera en que acaba con sus vidas, es el modo también que elige para reflejar sin matices esa inmensa paradoja e hipocresía, donde los medios de comunicación también comenzaron a heroizar al asesino.

“Holy Spyder” encuentra universalidad por el tema de la explotación sexual y los feminicidios que lamentablemente son orden del día en muchas partes del mundo y también por su protagonista, un alma que representa esas minorías que escudriñan la justicia y la verdad. La actriz, Zar Amir Ebrahimi, ganó premio en Cannes y la película pasó el shortlist de los Óscar en la competencia de mejor película internacional. Desde este fin de semana está en salas.