El maestro Julián Rodríguez no vive en Bogotá, pero le gusta visitarla y ver espectáculos, la Filarmónica, teatro y saludar a su hermano, el actor y maestro Álvaro Rodríguez. Su guitarra siempre lo acompaña en sus viajes y con ella da conciertos y dicta talleres y conversas cantadas. De nuevo arriba con ella, esta vez a Casa TEA, con un concierto que ha sido presentado en escenarios de América Latina, Europa, Estados Unidos y ciudades y pueblos de Colombia; también ha sido invitado a diversos festivales de humor, de poesía y de cuentería.
“El público va a encontrar por lo menos una sonrisa y si no la encuentra le garantizamos que no le devolveremos su dinero (risas). El público encontrará un trabajo hecho con el alma y el pensamiento, que nace de observar, sentir y expresar en canciones, textos y puestas en escena lo que se siente del entorno natural y social, de vivir en el país de la belleza. Si el futuro es la naturaleza, Colombia es uno de los países más desarrollado del planeta. Debemos diferenciar la vida del sistema, que nos quiere cobrar hasta por respirar y encontrar maneras de hacer la vida más bella y tranquila, necesitamos volver a ser parte de la naturaleza, no sus “dueños destructores” dice Julián Rodríguez, quien además de ser el compositor del repertorio y de la puesta en escena del concierto, es también el director de la Red de coros Infantiles de Cali; con más de 20 años de experiencia en la conformación de coros masivos infantiles, en los que han participado más de 11 mil niñas y niños de escuelas públicas de Cali.
En el concierto “Cantos de humor, Navidad y paz” el público estará inmerso en un espacio tiempo radicalmente opuesto a su cotidianidad, interpelado por las frases musicales, por las iniciativas creativas que son siempre inciertas porque dependen de la interacción del público. El repertorio incluye temas como el amor y el desamor; la guerra y la paz; la naturaleza y la sociedad de consumo y la corrupción y la urgencia en poner de moda honradez.
El maestro Julián Rodríguez, quien es oriundo de Sevilla (Valle del Cauca), contó: “cuando uno nace en un pueblo me parece chévere, porque uno tiene mucho tiempo para no hacer nada y, cuando uno no hace nada, se sienta en un parque y se acuerda que respira, observa, escucha los pajaritos, empieza a sentir la vida. Eso es una escuela de observación para nosotros que trabajamos la creación con canciones, escenas teatrales y humor. Esa observación recoge todo el entorno social y natural. Entonces si pasa una mujer con un tremendo escote y un Cristo ahí metido, de ahí nació la canción: 'El Cristo en el escote'”.
Repertorio
Forman parte del repertorio temas como: "Mi vida sin tú", "Cupido me ha escupido", "Un delantal en el centro comercial", "Entre el ceño y el ojo", "Lindo por dentro", "Mariela", "Todas mis puntas te extrañan", entre otros.
También incluye el programa el género de canciones actuadas, como "El poder y el podercito". Sobre esta última, el maestro Julián contó: “'El poder y el podercito' es cómo enfrentar una sociedad de mentiras que quiere que uno tenga de todo, pero es imposible conseguirlo y además ¿eso para qué? El podercito es ser presidente, gobernador, alcalde, gerente, capitán… pero el poder ¿qué es? Es poder despertarse en la mañana y no levantarse si no le da la gana y quedarse acostado haciendo locha, rascándose las puchecas o lo que quiera y decidiendo qué quiere hacer, y que ojalá sea su hobby, porque si cada persona se dedicara a su habilidad, el planeta sería muy distinto. Pero no, media humanidad trabaja 14 horas diarias para pagar arriendo, comida; la otra media trabaja para lo mismo y además comprar cosas que muchas veces no necesitamos. El planeta necesita otra vez que volvamos a ser parte de la naturaleza y tener otro pensamiento del sistema. A todos nos gusta ir al río, estar juntos, rumbear, amarnos, el sistema nos quiere cobrar por todo, es un tema cantado en el repertorio. Hay que vivir la vida sencilla y mirar el sistema de reojo. La pasaremos muy bien, les esperamos” concluyó el maestro.