EL MUSEO Casa de Moneda del Banco de la República obtuvo el premio Lápiz de Acero en la categoría de mejor ‘Espacio Efímero’, por su diseño museográfico, interactivo e incluyente. La premiación tuvo lugar en la sede de LCI, antes conocida como Lasalle College Institut, en Bogotá.
Este premio, se obtiene gracias al diseño para su renovación, el cual cuenta con una propuesta interdisciplinar, en donde arquitectos, museógrafos, diseñadores, ilustradores, historiadores, curadores, y numismáticos, estructuraron los contenidos de los guiones curatorial y museográfico del museo.
El lugar reabrió sus puertas al público en julio de 2023 como parte de la celebración de los 100 años del Banco de la República, con un renovado diseño producto de un proceso de intervención curatorial y museográfica y una investigación que vinculó a los diferentes públicos.
De parte del Banco, la jefa de museografía Camila Salgado, recibió el premio, junto a los arquitectos y museógrafos Carlos Betancur y Agostina Macchi, quienes desarrollaron el concepto de diseño que resultó en un montaje bellísimo y supremamente interesante de más de 1.800 piezas a lo largo de once salas expositivas que narran, en instalaciones, vídeos, vitrinas y murales, una historia sobre el valor de aquello que tiene precio.
La invitación es para que los diferentes públicos sigan visitando el museo y sus diferentes salas como una alternativa para reflexionar sobre aquellos aspectos que tienen un valor histórico, cultural y social para los colombianos.
Nuevas perspectivas
La exhibición permanente del Museo que se presentó hasta 2020 obedecía a criterios museográficos de la década de 1990, momento en el que se estaba redefiniendo el horizonte político y social de Colombia con su nueva Constitución. En aquel entonces fue necesario contar una historia cronológica de la moneda en el país, desde sus primeros tiempos como reino hispánico hasta aquel presente republicano, donde lo material y lo anecdótico (como el caso del Tesoro del Mesuno) fueron protagónicos.
Hoy, un nuevo guion curatorial en torno a la historia del valor, más allá de lo estrictamente cronológico, resulta pertinente e interesante, ya que ubica las piezas en las sociedades que las usaron. Con ese objetivo en mente, la nueva curaduría añade a la colección numismática piezas arqueológicas, artísticas y documentales para completar la narración y contextualizar al visitante en su recorrido. El resultado es una propuesta expositiva más integral que abunda en pretextos para la reflexión y la conversación.
La nueva exhibición contó con la asesoría del economista José Antonio Ocampo y es un relato participativo e incluyente que invita a reflexionar sobre el valor que las sociedades le han asignado a múltiples objetos e ideas en diferentes momentos históricos. Está dividida en ocho ejes que abordan temas como la riqueza, el dinero, la salvación, la naturaleza, la libertad, los procesos de cambio, la identidad y la igualdad.
La nueva museografía contempla formas narrativas como metáforas, infografías, componentes interactivos y tablas de equivalencias de precios que permiten calcular cuánto costaba determinado objeto en otra época.
Un vitral
Durante el proceso de renovación curatorial y museográfica se descubrió un vitral que representa a Santa Bárbara y a San Eloy, en perfecto estado de conservación, ubicado tras los dispositivos museográficos de la pasada exposición.
El lugar que es hoy el Museo Casa de Moneda fue una de las primeras edificaciones en Santafé, Nuevo Reino de Granada y en ella, en 1621, iniciaron las labores de acuñación de monedas de esta región.
Desde que se volvió museo, la Casa de Moneda solo había tenido un proceso de renovación entre 1985 y 1996. Esta, su segunda intervención, inició en septiembre de 2021 y finaliza con su apertura el 23 de julio de 2023.
La casa fue declarada Monumento Nacional por el Instituto Colombiano de Cultura, hoy Ministerio de Cultura, en virtud del Decreto 1584 del 11 de agosto de 1975. En esta casa fueron acuñadas las primeras monedas del Nuevo Reino de Granada y se manufacturaron todas las monedas colombianas hasta 1987, cuando dicha actividad pasó a realizarse en la Fábrica de Moneda de Ibagué.
En la época colonial la casa funcionaba como una herrería donde se fundían y afinaban de manera artesanal las monedas macuquinas. Durante el reinado de Fernando VI, la construcción se amplió y la producción se mecanizó para hacer piezas circulares y de mejor factura. En 1756, el virrey Solís reinauguró la casa, como puede leerse en el friso de su inconfundible portada de piedra.