Primo Rojas regresa al escenario | El Nuevo Siglo
Lunes, 16 de Noviembre de 2015

POR: Vanesa Peralta

PERIODISTA DE EL NUEVO SIGLO

 

Para Primo Rojas, el humor negro es la puesta directamente, del dedo en la llaga, de la estupidez propia y la que uno observa. Para este género se necesita diferenciar entre el sentimiento y el sentimentalismo. Porque el sentimiento es puro; la compasión, el amor y 10 mil cosas más, mientras que el sentimentalismo es una deformación de lo que tú sientes. Él empezó con su familia a los 12 años.

 

Esta historia me la cuenta en el camerino del Teatro Nacional Fanny Mickey, minutos antes de salir a escena. Con el estilo excéntrico y  su inconfundible e inteligente humor que lo caracteriza, Primo Eliseo Rojas le contó a El Nuevo Siglo cómo un colombiano vivo, luego de varias situaciones, prueba la existencia de Dios por medio de una historia sencilla que a pesar de ser ‘pendeja’, según su autor, conquista al público. Además de hacer varias reflexiones sobre las construcciones culturales de conceptos trabajados en su obra como la pobreza, la mujer o las faldas.

 

La indumentaria es de las cosas más importantes para un artista

Luego de que su esposa Sandra, nos diera un café, Primo cruza la pierna mientras hilvana las respuestas. Nos cuenta que “las faldas tienen un valor absoluto para mi… Yo intente en algún momento usarlas, pero me fue imposible aquí en Colombia porque nuestra sociedad es tan absolutamente estática, que solo recibí criticas. En cambio en mis obras, con las faldas incorporo todo el universo femenino y su expresividad que no tiene límites. Nosotros (los hombres) estamos metidos en cajón, en un molde de cemento, en una caneca con relación a la libertad expresiva que tiene la mujer, pues ellas se pueden poner literalmente lo que se les dé la gana y jugar no solo con su ropa sino su cabello, el maquillaje o accesorios en general, es decir no hay límites”.

 

El estilo de Primo es fuera de lo convencional, escoge lo mejor de cada género -masculino y femenino-, y lo trae a la escena. Usa atuendos, maquillaje y expresiones femeninas, a veces, incluso, habla en primera persona femenina, otras, de forma vulgar, en masculina. “El hombre es mucho más fuerte, y fuerza en muchos sentidos no solo físico. En cambio con el universo femenino se puede exagerar, llevar la expresividad a su máximo límite, apostándole a la sensibilidad. Yo por ejemplo uso perfume de mujer porque es infinitamente más imaginativo olfativamente hablando, es maravilloso” confiesa, mientras toma un sorbo de café.

 

“Yo tenía muy claro el tipo de estética que iba a manejar, siempre supe que iba a trabajar solo y con el humor negro, siempre con la dimensión femenina preponderando porque tu creas en el escenario 10 mil comentarios que solo haría una mujer, por este motivo yo a veces caricaturizo al sexo femenino, porque a una mujer no se le ve mal y se le autoriza socialmente, la cultura ha sido permisiva en ese sentido para que la mujer manifieste las emociones tal y como son”.

 

Cada pieza teatral tiene un  hecho que la dispara

Sus palabras son justas, sus frases pensadas, meditadas. Nos cuenta que es muy difícil definir como crea y produce cada obra, “pero casi siempre surgen, o bien de una imagen, o bien de una frase, es decir, siempre hay un hecho que dispara. Por ejemplo Las Botas del Tío Manuel surgió porque conocí de un  tío-abuelo mío que le pasó la historia. Era un campesino humilde y sencillo que nació en el siglo XIX, y cuando le toco venir a la ciudad para una operación fue un problema, solo por medio de un policía fue posible encontrar unos zapatos que le calzaran, es una historia curiosa y muy zanahoria que hice con el fin de ganarme un concurso” explica Primo, aunque confiesa que no le gusta participar en ninguno porque los concursos se mueven por la subjetividad y por los gustos personales, así que para él, son una ruleta. 

 

Lo más gratificante de su trabajo es conectar con la gente a través de una dimensión muy difícil que es la del arte, porque para Primo “no hay intereses directos. Son solo extraños que tienen su mente y su corazón, y si se logra conectar con estas dos cosas la emoción es impresionante porque logro tocar algunas fibras”.

 

Pionero del humor negro en Colombia

Primo Rojas trabaja de cabeza en cada obra que produce, no deja ningún detalle al azar, de ahí que prefiera él mismo dirigir, escribir y actuar, en esta labor que lo ha llevado a presentarse en países como Venezuela, Ecuador, México y España. 

 

“Es increíble los lugares comunes que hay sin importar el país, yo utilizo pocos costumbrismos, siempre trato de ser muy claro porque eso lo entiende todo el mundo, entonces siempre procuro adherirme a lo clásico, lo más maravilloso es moverse en el idioma clásico, y yo soy de la escuela que cree, que es una obligación por parte del artista el tratar de ser extraordinariamente claro con el público... Es así como mi teatro surge, porque cuando yo era adolecente, tú ibas a ver obras de teatro y salías sin entender nada, todo era discordante y luego de consultar con la gente, todos concuerdan con que no entendían. Entonces tomo la decisión de que mi teatro sea perfectamente claro en sus malas intenciones” dice Primo.

 

Al hablar de su crítica a los pobres, que se mantiene en las obras que presenta, nos cuenta que ha sido castigado, sobre todo por los izquierdistas pero “el burlarme de los pobres es una especie de sátira, es un sarcasmo que puedo hacer sobre el profundo desprecio que la sociedad siente hacia la pobreza… muchos me recriminaban; cómo se va a burlar del pueblo, y yo a todos les contesto; pero por Dios, si es que del pueblo se vienen burlando hace siglos, porque en la práctica no se les respeta ni se les quiere... Y hay un hecho cierto y es que la pobreza no le sirve a nadie”.

 

Dios existe, con una prueba a la colombiana

Su nueva apuesta es un divertimento total, porque es probar que Dios existe desde una teología colombiana, con una historia muy sencilla, pero que conquista al público con dosis puras de sarcasmo de la mano de Primo Eliseo Rojas que nos entrega no solo una actuación, sino una experiencia pura. Su actitud, aunque está llena de cotidianidad, nos revela que él cree en Dios desde la tradición católica, pero confiesa que la creencia es muy interna, por lo que su obra termina siendo intrigante y sin ánimos de convertir a nadie.

 

 “La teología es una disciplina intelectual que pertenece a grupos muy cerrados. Tuvo su esplendor sobre los siglos XII y XIII y su característica principal es que es terriblemente teórica, densa y abstracta, porque su propósito es probar la existencia de Dios. Pero en la base misma de la teología hay un concepto y es que Dios es omnisciente, omnipresente, ubicuo y tiene todas las cualidades de lo infinito y de lo abarcable. Si el hombre pudiera conocer a dios sería Dios, es decir que lo maravilloso de dios es que te supera, así que realmente la única manera de acercarse a él es por medio de la fe, porque por medio de esta tú aceptas cosas y te declaras impotente como criatura para entender”.