Aunque sus raíces se remontan a una España de los años 20, el pincel y la esencia de Juan Antonio Roda se consagran colombianos por sus importantes trazos en el país. El artista, tal vez el más importante del siglo XX, se convierte en el centro de homenajes en galerías e instituciones por estos días, por la conmemoración del centenario de su natalicio.
Un ejemplo de ello es la Galería El Museo, que durante este mes y hasta finales de este año le rinde tributo a su legado con la exposición “Roda 100 años”, donde los espectadores podrán aventurarse a un viaje en el tiempo por los primeros y últimos pasos de este maestro del arte colombiano.
“Roda es uno de los artistas más importantes que tenemos del siglo XX. Un artista que vino de España y tuvo contacto con Picasso, a quien lo consideraba uno de sus 'dioses'. Además, influyó mucho en los artistas colombianos. El país celebra en sus 100 años no solo que ha sido un artista excepcional, que trabajó entre la figuración y la abstracción, sino que fue el artista que inauguró el Museo de Arte Moderno de Bogotá”, dijo Luis Fernando Pradilla, director de la Galería El Museo, en diálogo con EL NUEVO SIGLO.
Con una muestra que reúne 35 óleos sobre lienzo y 10 grabados, la galería vuelve a poner en el radar a este pintor, dibujante y grabador en la memoria de los colombianos. En estas obras, que van desde un autorretrato que dibujó en París, en 1954, hasta su última serie, “Santuarios”, que pintaba cuando murió, en 2003, se aprecia la capacidad de un artista que giró entre la figuración y la abstracción.
Para Pradilla, lo más atractivo de esta exposición es “ver toda la transición de esa época figurativa de Roda a través de los objetos de culto, en los años 80, y después todo lo que es el color, la luz, para terminar en los 'Santuarios'”.
Metamorfosis de sus trazos y pinceladas
Roda nació en Valencia, España, el 19 de noviembre de 1921. Durante la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial vivió en Barcelona, y en 1943 comenzó a estudiar arte en la Escuela Massana. Dos años después, todavía sin graduarse, obtuvo el Primer Premio del Salón de Artistas Jóvenes de Barcelona.
En sus inicios como pintor se dedicó al retrato, uno de los géneros más característicos de su obra. En 1950 recibió una beca para estudiar arte en Francia. Se radicó en París y en 1953 conoció a su esposa, la escritora barranquillera María Fornaguera; en 1954 fue merecedor del Primer Premio del Salón de artistas españoles residentes en París y al año siguiente, con su primogénito, Marcos, la familia se trasladó a Bogotá.
Por ello, este proceso de la metamorfosis de sus trazos y pinceladas en la exposición inicia con sus primeros lienzos. “Vamos a empezar con un autorretrato hecho en 1949”, señaló el director, quien aclara que en esta primera etapa de Roda sus cuadros abordaban la figuración con retratos familiares, en los que solía aparecer su esposa.
Su trabajo, que traía la influencia de clásicos como Velásquez, Rembrandt y Goya, así como de modernos como Chagall, Picasso y Matisse, se nutrió del arte abstracto, de la pintura figurativa y del expresionismo.
Fue profesor de dibujo de la facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional y entre 1961 y 1974 dirigió la Escuela de Arte de la Universidad de los Andes, donde también se desempeñó como docente. Roda, además de destacarse con fuerza en la técnica del grabado, fue un paradigma para las nuevas generaciones de artistas colombianos.
“Se interesó mucho en las posibilidades del expresionismo y la capacidad de la pintura figurativa, pero de la misma manera influenció mucho a artistas cuando fue profesor. Entre ellos Luis Caballero, Beatriz González, Luciano Jaramillo, Camila Loboguerrero y Lorenzo Jaramillo”, recordó Luis Fernando.
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La obra de Roda es autónoma, emocional y compleja. Siempre se interesó en la búsqueda de la capacidad expresiva de la pintura y el dibujo sobre el lienzo y el papel. En su trabajo se encuentra una estructura que soporta la construcción descriptiva y simbólica de cada cuadro.
La transición del artista continúa en los años 50, cuando Juan Antonio sale de lo figurativo y los retratos familiares para centrarse totalmente en la pintura abstracta; convirtiéndose este en “el momento más significativo de su carrera por su interés en la historia de las tumbas de Felipe, de los Rebeldes y de Agamenón”, comentó Pradilla.
El color llega a sus lienzos en los años 60 con una serie basada en la historia de España, la cual estuvo constantemente presente en la obra de Roda. Su interés por la luz y la presencia de una gama de colores en sus obras sigue en los años 70 con “La lógica del trópico”.
Para finales de la década de los 80 aparecen imágenes crudas y duras con la serie de “Los cristos”, donde se pueden ver figuras sin brazos, torsos o cabezas. En esta época también aparecen trabajos como “Los objetos de culto”, en los que introdujo manos, tijeras, huevos, velas y elementos de la cotidianidad.
La esencia de su firma manifiesta un manejo de convenciones clásicas, como la relación figura-fondo, la expresión del volumen, el gesto y el accidente donde todos convergen en una composición que permite múltiples acercamientos y significados.
Empleaba técnicas diferentes para cada temática que abordaba. Sus lienzos se caracterizan por el color desbordante, y sus grabados, por la fuerza del negro y el blanco y la intensidad del claroscuro.
Iniciando un nuevo siglo, el maestro mostraba en su última etapa, en el 2000, un acercamiento a la naturaleza y la figura humana con la serie de “Los santuarios”, la cual no alcanzó a exhibir en su año de muerte. Este punto final de su vida y trayectoria cerrará la exposición en una sala en la que se mostrarán las obras de Roda, en un diálogo con las piezas del artista Hugo Zapata. “Allí se puede notar esa relación entre escultor y pintor”, indicó el gestor cultural.
Esta muestra no solo es icónica por la celebración del centenario del nacimiento del colombo-español, sino por regresar a las salas la obra de Roda, luego de 10 años sin exposiciones sobre su legado.
Así lo manifestó Pradilla: “Es muy importante volver a mostrar a Roda, porque hacía muchos años que no se hacía una exposición de él, desde la muestra que hizo el Museo de Arte Moderno al poco tiempo de su muerte. Hace unos 10 años que no veía su obra en las salas, por eso es muy significativo volver a ver este pintor que es tan actual”.