PARA EL pueblo indígena arhuaco, Tanʉzanamʉ es una palabra en su lengua, el ikʉn, que expresa la paz o tranquilidad que abarca la salud, la sostenibilidad y la espiritualidad. En su territorio ancestral Niwi Umuke (Sierra Nevada de Santa Marta), usan cotidianamente esta expresión para referirse a un ecosistema sano, al bienestar corporal y a la armonía comunitaria.
Bien puede decirse que Tanʉzanamʉ es el principio de estabilidad o equilibrio que fundamenta el pensamiento ikʉ y, durante este mes, será el tema central de la exhibición que el colectivo Agua Maestra presenta en el Museo Nacional de Colombia, como resultado de las becas otorgadas por el Programa Nacional de Estímulos 2024 del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
Esta exhibición es el resultado de la propuesta ganadora de la convocatoria Viajar a contar mi historia: residencia en la sala Talleres del Panóptico del Museo Nacional de Colombia, la cual promueve la creación de un proyecto de exhibición participativo o de un proceso con públicos que permita contar la historia de una comunidad y divulgar experiencias artísticas y culturales propias que hayan aportado a la construcción de paz.
Como cuenta Juan Guillermo Sánchez, antes de la muestra se realizaron diferentes sesiones de armonización con públicos, incluyendo a funcionarios del Museo: “trabajamos durante dos semanas, no solo con personas, sino con los abuelos que, en la historia de los museos, han sido llamados piezas arqueológicas. A veces, la conversación en los museos se da desde el pensamiento de lo que ha dicho la etnografía y la invitación de los mayores ha sido a sentir y asumir la responsabilidad que tienen estos espacios al custodiar a esos abuelos. Más que decir lo que hay que hacer, los abuelos les devolvieron la pregunta a los participantes: ¿quién eres y qué sientes con estos abuelos aquí? Hubo muchas emociones que las personas van a ver y sentir cuando asistan a la exhibición”.
El objetivo de Tanʉzanamʉ, que estará abierta al público hasta el 29 de septiembre, es generar diálogos que permitan pensar que los objetos y las piezas coleccionadas en el Museo Nacional no solo representan el pasado, sino el presente y el futuro de las comunidades.
Sánchez explica que “parte de la residencia fue para comprender por qué ya no son piezas u objetos, sino que tienen una función fundamental en el equilibrio de las comunidades. El hecho de que no estén en su comunidad de origen refleja ese desequilibrio, cuando el objetivo de alguien es solo pesar, medir y decir por qué se hizo, pero no tiene la dimensión y no transmite otras formas de conocimiento que están plasmadas ahí”.
Agua Maestra
El mamʉ Dwiawingʉmʉ Crespo Garavito y su esposa Seynawiyʉn Arroyo son médicos tradicionales de Seynimin y Seynawika. Su formación los ha llevado a poner en práctica el conocimiento milenario de la comunidad arhuaca. Los dos hacen parte del colectivo Agua Maestra, un grupo de profesionales provenientes de la comunidad arhuaca, así como de activistas e investigadores mestizos aliados de la comunidad.
Agua Maestra teje puentes vitales entre los mundos indígena y no indígena. El diálogo de saberes, de carácter intercultural e intergeneracional, se basa en el método de Investigación Acción Participativa (IAP) propuesta por el sociólogo colombiano Orlando Fals Borda, quien trabajó hombro a hombro con el pueblo arhuaco en escenarios como la Asamblea Nacional Constituyente de 1991.
Estímulos 2024
El Programa Fortalecimiento de Museos (PFM) del Museo Nacional de Colombia lanzó este año un portafolio de becas, premios, residencias y reconocimientos para los museos del país, en el marco del Programa Nacional de Estímulos 2024 del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
Las diferentes convocatorias tuvieron como fin reconocer y apoyar proyectos innovadores en el ámbito cultural, la construcción de paz y la transformación social. Los estímulos estuvieron agrupados en cuatro grandes campos: Cultura de paz, reconocimiento y reconciliación; Fomento de las artes, los procesos y prácticas creativas; Memorias y patrimonios; y Cultura, buen vivir y cuidado de lo común.
El sector museos contó con $1200 millones para potenciar el ejercicio museológico en los diferentes territorios del país, además de la posibilidad de participar en otras convocatorias transversales.