"Me gustaría practicar el patinaje sobre hielo, la Federación ha avanzado mucho en ese tema”, dijo la deportista
Tiene apenas 18 años y ya sabe lo que es ser campeona nacional, del mundo, olímpica juvenil. Sin lugar a dudas es una de las joyas de la corona del patinaje colombiano, una promesa hecha realidad. La bogotana Gabriela Rueda recibe a EL NUEVO SIGLO para hablar de sus metas para este año, de la experiencia de haber ganado una medalla de oro Olímpica y de lo que viene en el futuro.
Gabriela nació en Bogotá el 13 de septiembre de 2019, a los cinco años tuvo su primer encuentro con el patinaje de velocidad, amor a primer vista, desde entonces no se baja de los patines, los elementos que la han llevado a viajar por el mundo representando a Colombia, y de qué manera, a donde va siempre está en el podio, “dejando la bandera del país en lo más alto”.
Verla en la pista es todo un espectáculo, si bien es una de las competidoras de menor estatura 1.58 cm, pelea y se bate como una gigante, no se deja de nada, ni de nadie. Y es que a diferencia de lo que muchas personas piensan el patinaje además de ser un deporte de muchísima velocidad también es muy agresivo, en medio de las curvas cuando los jueces pierden visibilidad hay empujones, puños, pellizcos, y hay tres opciones: quejarse y parar, devolver los golpes o sencillamente aguantar y simplemente ganarles como se debe. Rueda es de esas patinadoras que no tienen que valerse de “mañas” para competir, ella simplemente aguanta y les demuestra sus capacidades sacándoles 100 o 200 metros cuando va llegando a la meta.
Gabriela, una soñadora, una guerrera, no olvida sus raíces, cada que sale del país quiere volver a su lugar en el mundo, su casa: “He ido a muchos lugares, me encanta Holanda, Alemania, su cultura, su comida, pero siempre prefiero mi casa”.
2019 ha sido un buen año para Gabriela, pero sin lugar a dudas la temporada de 2018 le dejó muchísimas satisfacciones, campeona del mundo y medalla de oro olímpica, por si fuera poco la medalla fue la primera que entregó el patinaje en unas olimpiadas.
“Gracias a Dios tuve un año excelente, estoy muy agradecida por lo que fue 2018, hicimos historia para el patinaje colombiano y mundial con la medalla Olímpica, la verdad es que trabajamos mucho, mi familia, mi equipo, el club Tequendama, es un esfuerzo que hicimos entre todos para lograr los objetivos.”
Colombia ha sido por tradición un país de patinadores, es una disciplina que nos ha dejado muchísimas alegrías, desde la aparición de Cecilia Baena a finales de los 90 y comienzos del 2000. Sin embargo muchas cosas han cambiado, los entrenamientos pueden ser los mismos pero la preparación que tiene cada atleta es única, hoy día la preparación mental que hace cada deportista es un factor diferencial muy grande entre el primer o el tercer lugar, Rueda lo sabe y trata de mantener una rutina para pensar positivo y visualizarse siempre en lo más alto del podio. “Siempre trato de estar lo más relajada posible, escucho música, de todo tipo, menos metal y eso pesado, hace un tiempo tenía como canción favorita “Calma”, la que dice “vamos a la playa pá calmar el alma” (risas), me ayuda a enfocarme que es lo que necesito antes de salir a las pruebas, me imagino el trazado de las pistas, también cuando me subo al podio y estoy ganando, me motiva muchísimo a hacerlo realidad”.
Según Marcelo Roffe, afamado psicólogo deportivo, mentalizarse en por ejemplo cumplir los sueños es una gran parte de las victorias deportivas, puesto que esto ayuda a dar el máximo en lo físico y que el compromiso sea mayor. “Tengo muchos sueños a nivel personal y profesional, por ejemplo, sueño con ser campeona mundial en categoría mayores, sueño con que el patinaje llegue a ser una disciplina olímpica, si bien ya estuvo en las olimpiadas de la juventud, quisiera que llegara a unas olimpiadas de mayores y poder ir y salir campeona, esperemos que se dé, pero cuando cumpla esos sueños voy a descansar en paz un rato”.
Si bien la ilusión de que el patinaje llegue al programa de las olimpiadas de verano está latente, no depende solamente de las ilusiones de los deportistas sino de una decisión política y comercial de parte del Comité Olímpico Internacional, la opción de patinar sobre hielo para alcanzar una medalla aparece en el radar de Rueda: “Me gustaría practicar el patinaje sobre hielo, la Federación ha avanzado mucho en ese tema y yo creo que me podría ayudar en caso de que quisiera hacer la transición, siempre han estado ahí para apoyarme”.
2019 es el momento de la verdad para Gabriela, destiló talento en las pistas como junior, es momento de dar el paso hacía “mayores”. No le ha sido ajeno el éxito, el trabajo da sus frutos, ya es campeona panamericana de la categoría, tiene como meta en 2019 los juegos nacionales, en donde se enfrentará a los mejores no del país, sino del mundo, tendrá una dura prueba si quiere ingresar a la selección de mayores para poder buscar un cupo al mundial de la categoría y empezar a cumplir otro de sus sueños. “No va a ser fácil, pues Colombia es potencia en el patinaje, hay muchísimas campeonas del mundo, pero yo quiero ser una de ellas, cada quien se prepara a su manera y la idea siempre es que gane la mejor, con lealtad y códigos, pero hay que estar preparada para eso y llegar en el mejor momento cuando toque”, dijo.
Rueda tiene los pies sobre la tierra, eso sí, los ojos mirando al cielo, va paso a paso, no se le sube a la cabeza la fama o el éxito, ha sabido llevar el hecho de que es campeona del mundo y olímpica, solo piensa en seguir mejorando, “no pienso tanto en lo que he hecho, más bien en lo que voy a seguir haciendo, cada vez me levanto con más actitud de dar lo mejor de mi todos los días, para cumplir más retos, más propósitos”.