El Giro de Italia de 2019, que arrancará en Bolonia el sábado 11 de mayo y finalizará en Verona el 2 de junio, tendrá tres etapas contrarreloj y momentos exigentes en la montaña, para una 102ª edición de altos vuelos, presentada este miércoles en Milán.
En la capital lombarda estuvo el británico Chris Froome, ganador de la última edición, que pudo ver el trazado de la próxima edición, en la que la segunda y tercera semanas estarán marcadas por montañas muy duras, especialmente la subida de Passo Gavia (2.618 metros de altitud).
La 13ª etapa, que empezará en Pinerolo, terminará con la escalada del Col del Nivolet, para terminar en Lago Serru, en Ceresola Reale (188 km). Un día después, la 14ª etapa es más corta (131 km) pero muy difícil, con cuatro subidas, entre ellas el famoso Colle San Carlo, con una escalada de 10,5 km con un desnivel medio del 9,8%.
La 15ª etapa, el domingo 26 de mayo, retoma el trazado final del Tour de Lombardía, con los puertos de Ghisallo Colma Di Sormano y Civiglio. Después de 237 km desde Ivrea, la llegada estará en Como.
Para los velocistas que hayan sobrevivido al 'infierno' de la montaña, quedarán apenas dos últimas etapas de alta montaña antes de la contrarreloj final en Verona, ciudad de fama mundial gracias en gran medida a William Shakespeare y su "Romeo y Julieta".
La 17ª etapa, de 180 km entre Commezzadura y Anterselva/Antholz se presenta durísima para el pelotón, con la subida del Passo del Mortirolo, a apenas 27 km de la meta, fijada en Anterselva, a la sombra de los Dolomitas. Por último, la 20ª y penúltima etapa conducirá en 193 km de Feltre a Croce D'Aune-Monte Avena (1.015 metros de altitud).
En total habrá 58,5 kilómetros de contrarreloj individual, repartidos en tres etapas. La más larga de ellas será la novena etapa, entre Riccione y San Marino (34,7 kilómetros).