Su clasificación fue tan tardía e inesperada que Laura Gómez ni siquiera dispone de uniforme olímpico. Esta colombiana se inició en el patinaje de velocidad sobre hielo seis meses atrás, por diversión, y hace poco más de 15 días recibió en su casa una invitación para participar en Pyeongchang-2018.
“Todavía estoy que no me lo creo”, confesó la joven patinadora de 27 años, quien estará en la pista el sábado próximo.
“Estar en Corea es una sorpresa enorme, no sé cómo estoy aquí”, añadió la que se convertirá en la primera colombiana en participar en pruebas olímpicas de patinaje de velocidad, al igual que su compatriota Pedro Causil.
“Comencé (en el patinaje de velocidad) en julio, y era sólo para divertirme... y ahora estoy aquí para los Juegos Olímpicos”, comenta sobre el sueño que está viviendo.
Laura Gómez ya sabía patinar. Representó a Colombia en competiciones de roller. Después de unos meses de entrenamiento sobre hielo, estaba en un listado de reservas para las pruebas de patinaje de velocidad en Pyeongchang, y se benefició de la exclusión de deportistas rusos por el escándalo de dopaje.
“No me daba con la puntuación que tenía para clasificar y estaba en la lista de reserva en el número dos. Tenía que estar esperando a que alguien se lesionara o se retirara, y cuando se supo que la federación rusa no podía tener participantes yo entraba, pero no me avisaron hasta el 25 de enero y estaba esperando algo oficial ya que no tenía nada confirmado”, explicó.
Luego de la sorpresa de su convocatoria, le esperan en Pyeongchang temperaturas por debajo de los -20°C.
“Hace frío, es horrible porque estamos acostumbrados al verano a lo largo del año”, comentó la colombiana. “Pero esto es el crudo invierno y está bien, ¡estamos en los Juegos Olímpicos de Invierno!”, relativizó.
Desde que tenía tres años conoció los patines porque veía a su hermano Andrés patinar y se enamoró del deporte. Practicó voleibol, balonmano, baloncesto y hasta ballet, pero siempre junto al patinaje, nunca lo dejó, a pesar de no tener las condiciones para entrenar, pues ni en Carmen de Viboral, ni en Rionegro había pista.
Laura Gómez tuvo que trasladarse a Medellín, con el apoyo indiscutible de su principal patrocinadora, doña María Eugenia, quien la apoyó para vivir en la capital antioqueña, donde empezó su camino oficial con el club Paisa Patín, con el que pudo ingresar en 2013 a la Selección Antioquia y desde 2014 a la Selección Colombia, para buscar su sueño de ser campeona mundial.
Sin embargo, por cuestiones ajenas al deporte nunca pudo ganar una medalla mundial, su gran logro en las ruedas fue un título panamericano en Buga, en el 2016, justo antes de que llegara su gran frustración, pues en 2017 no pudo integrar la Selección Colombia y llegó la crisis, una situación adversa que la llevó a tomar la decisión, que en ese momento era loca, pero ahora la describe como la más importante de toda su vida: Dejó las ruedas y se pasó al hielo.
A mediados del 2017, con el apoyo de la Federación Colombiana de Patinaje, Laura decidió viajar a Salt Lake City para unirse a la soñadora Selección Colombia de Patinaje sobre Hielo. Tuvo que empezar de cero, a aprender a patinar en hielo, a entender una técnica diferente y a soñar con crecer, aunque nunca con el objetivo de los Juegos Olímpicos de Pyeongchang.