Además de la crisis que presenta el Real Madrid, surgió un inconveniente de fuerza mayor en una práctica. Los merengues están lejos de la punta y el domingo tienen un clásico con el Barcelona.

En el entrenamiento del equipo ocurrió un hecho que dio mucho de que hablar. El capitán del club, Sergio Ramos, agredió a uno de sus compañeros y nadie hizo nada al respecto. Los jugadores estaban realizando una actividad con el balón y a Ramos no le gustó un choque que tuvo con el canterano, Reguilón.

Al final, el defensor central le lanzó dos balonazos a la cara a su compañero, dejando en una mala posición su conducta que siempre ha sido considerada como violenta. En más de una ocasión Ramos se retiró de un encuentro expulsado por golpear a rivales. Una de las tarjetas más recordadas ocurrió cuando el F.C Barcelona goleó 5-0 al Real Madrid. Ramos no estaba contento con el resultado y le propició una entrada mortal a Messi, generando una tangana entre los jugadores que terminó con Puyol por los suelos, tras un empujón hecho por el ex Sevilla.

Tras el hecho, Ramos se disculpó en redes, argumentando que no debió reaccionar así.¿Debería sancionar la directiva al defensa por su conducta?