*Enviado de El Nuevo Siglo
Moscú- La mejor manera de comunicarnos en Rusia son las señas. Usted puede hablar inglés, alemán, francés, chino, español pero si no cuenta con un traductor lo mejor es utilizar al profesor Google o a la aplicación Sayhi, que lo saca de todo tipo de aprietos.
Los grandes ausentes en este Mundial han sido los traductores que generalmente pone la organización. Por esta razón la mejor comunicación es Sayhi, en la que usted escribe en español y le traduce al ruso.
Los taxistas están haciendo su prima del mes de junio, cobran según la cara del turista, y dependiendo del kilometraje que tenga que recorrer -si por ejemplo usted debe recorrer cuarenta kilómetros, porque acá las distancias son largas- le pueden pedir unos cuarenta dólares, si es menor unos 20 dólares que son más o menos entre mil quinientos y ochocientos rublos. Por lo general no reciben dólares y mucho menos pesos colombianos, pero están felices llevando a los turistas por toda la ciudad.
Algunos periodistas que están cubriendo el Mundial se quejan de la mala señalización que tiene Moscú para llegar a estadios y sitios históricos. La verdad hay muchos avisos para que los ciudadanos de esta comarca los entiendan, pero los visitantes no los conocemos y pasamos derecho en cada oportunidad que tenemos que movernos hacia los estadios.
El cuento que les vamos a relatar es de no creerlo, pero sucedió anoche al término del juego Rusia-Arabia Saudita. Los periodistas salimos a tomar el transporte para ir al centro de prensa, como la comodidad no es la mejor, estos buses parecen más bien alimentadores de los azules de Bogotá, con asientos duros y si la distancia es larga pues le cobra impuesto la silla, pues se hace más agotador el tema. Nosotros habíamos llegado a las diez de la mañana al estadio y después de trece horas el agotamiento se notaba. El conductor salió del estadio y tomó una vía principal, en la mitad del camino se bajó, paró un taxi y algo le pregunta al conductor, se sube y tal vez cinco kilómetros más adelante se vuelve a detener , para otro vehículo que venía detrás de él y vuelve a conducir.
Un argentino que se dio cuenta del asunto tomó la decisión de indagar qué le pasaba, el hombre no respondía tampoco abría la puerta , entonces el “gaucho” le empezó a gritarle : Please, plesce, y el hombre ni se inmutaba, estaba confundido y perdido en Moscú, el argentino puso su Waze a funcionar y a guiar al ruso, que le pudo enderezar el camino y después de més de una hora y media llegamos al destino final, en un trayecto al que habíamos podido recorrer en tan solo 20 minutos a esa hora once de la noche. Resultado de este suceso, nos tocó irnos a la cama sin probar bocado, todos los restaurantes de la zona los cierran a las once de la noche.
Algunos metros de Moscú cuentan con televisión abordo así los aficionados al fútbol que no son muchos en esta ciudad, pueden ver los juegos del campeonato Rusia 2018. Claro está que los que más disfrutan son los turistas, sin mucho esfuerzo ven los juegos mientras sus respectivas selecciones debutan. Usted en un tren puede contar muy fácilmente cuanto mexicanos, peruanos, colombianos van rumbo a la plaza Roja o de la alegría, como los trayectos son largos, no hay mucho problema, casi que podría ver unos 20 o 30 minutos tranquilamente sentado frente al televisor del Metro, sin perderse un solo momento.