En el mundo existen dos trajes espaciales de prueba, uno de alta tecnología diseñado por el Foro Austriaco Espacial, y otro fabricado en Utah (Estados Unidos).
Ahora, los estudiantes del Grupo de Investigación y Desarrollo Aeroespacial (GIDA) de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) le dan forma al primer traje espacial de prueba colombiano y latinoamericano.
Luego de hacer una exhaustiva revisión de material bibliográfico sobre el uso de los trajes y sus necesidades básicas, entre otros datos, los estudiantes recolectaron una serie de materiales comerciales que se asemejan a los usados por la NASA en sus trajes enviados al espacio.
La pieza, que se encuentra en fase de construcción y ensamble, está elaborada con tela de lona hermética impermeable que evita el paso de líquidos y aire que puedan afectar al astronauta simulado.
Además, tiene un casco con ductos especiales por los cuales entra y sale el aire de la parte superior del traje; en seguida tiene un torso en el que se encuentra el sistema portátil de soporte vital, la pieza más importante.
El sistema cuenta con una herramienta encargada de tomar datos a través de un microcontrolador, baterías de alta potencia y refrigeración que mantienen las condiciones de temperatura correctas dentro del traje.
La camisa del traje está acondicionada con ductos que retiran el calor que concentra el astronauta, y así mismo en las piernas tiene fuelles que facilitan la adaptación del usuario.
En el antebrazo del traje se instalará un sistema de monitoreo de signos vitales del astronauta con una pantalla táctil en la que se podrán controlar la presión, el ritmo cardiaco y la respiración, entre otros.
Para mantener hidratado al astronauta, el traje tiene un depósito de hidratación que se llenará con suero o bebidas rehidratantes ideales para las situaciones extremas a las que él estará expuesto.
Según Óscar Ojeda, coordinador del GIDA, “al diseñar el traje nos hemos encontrado con problemas de diversas índoles que no nos imaginábamos. Por ejemplo, tuvimos que aprender fundamentos básicos de costura pues había que coser el traje de forma correcta”.
Simular la vida en el espacio
Según el coordinador, uno de los problemas a los que se enfrenta la industria aeroespacial es que los modelos de misiones análogas no se han perfeccionado, lo cual quiere decir que se hacen pocas prácticas en tierra y luego, cuando se envían los astronautas al espacio, no saben a lo que se vayan a enfrentar.
En ese sentido el traje es fundamental para los ingenieros aeroespaciales porque les permite reconocer en tierra las limitaciones que tendrán los astronautas en sus misiones.
Cuando el traje esté listo será probado en una de las salas de Medicina Aeroespacial de la Fuerza Aérea Colombiana, en su base de Catam, donde se harán los análisis fisiológicos.
“Allí se analizarán elementos como consumo calórico, pulso y medidas antroprométricas, es decir en qué medida el traje limita el movimiento del usuario a partir de los equipos”, afirma el investigador.
La prueba se hará en la primera semana de mayo, y a finales del mismo mes el traje se llevará a Villa de Leyva o a Mosquera, donde las zonas desérticas permitirán analizar su funcionalidad en condiciones climáticas áridas.
En palabras del investigador Ojeda, “este traje no solo sirve para misiones espaciales sino que también se puede usar en situaciones de emergencia, por ejemplo, o para hacer sistemas de monitoreo a personas enfermas que vivan solas; tiene varios usos además del ámbito espacial”.
Además del traje, el GIDA trabaja en la construcción de un domo que asemeja la atmosfera de Marte para hacer siembras y generar sistemas de cultivos que puedan sobrevivir en el espacio.
El grupo, que ha trabajado por cerca de seis años, adelanta la creación de cohetes, robots, motores, todos ellos encaminados al uso de la industria aeroespacial.
“Lo que buscamos es que los mismos estudiantes sientan que esto se puede hacer aquí y que no es algo que solo se hace en Estados Unidos y Europa”, concluye el coordinador del grupo.