Los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y 10 estados aliados decidieron ayer aplazar hasta junio su decisión de prorrogar o no su acuerdo vigente que limita la producción y apoya los precios al alza.
El comité ministerial de seguimiento de los países OPEP y no OPEP (JMMC), reunido en Bakú, la capital de Azerbaiyán, recomendó en un comunicado anular la próxima reunión de ministros de la organización prevista en abril y esperar a la conferencia del 25 de junio “durante la cual se tomará una decisión sobre el objetivo de producción para la segunda mitad de 2019”.
El comité, que no tiene poder de decisión, quiere organizar una nueva reunión del JMMC durante mayo en Yeda, Arabia Saudita.
“Los fundamentos del mercado probablemente no cambiarán en los dos próximos meses”, dijo el JMMC para justificar su decisión.
Al inicio de la reunión del comité, en un hotel del centro de Bakú, el ministro de Energía de Arabia Saudita, Khaled Al Faleh, indicó que “las bases fundamentales del mercado mejoran lentamente”, a pesar de que “queda mucho trabajo por hacer”.
El Ministro señaló que era “más importante que nunca continuar cooperando” entre países productores de petróleo, apuntando al exceso de oferta, a las reservas demasiado importantes y a las débiles inversiones.
“Mis colegas me aseguran que se conformarán totalmente (al acuerdo de reducción de la producción), o incluso más de lo que se pide, en las próximas semanas”, añadió.
Por su parte, el ministro ruso de Energía, Alexandre Novak, volvió a Bakú el domingo tras haber participado en esas reuniones y dijo que era difícil planificar la producción con meses de antelación por la volatilidad provocada por las sanciones estadounidenses contra Irán y Venezuela, dos importantes productores.
“Tenemos que tener en cuenta estas incertidumbres para tomar decisiones sobre la marcha”, apuntó Novak el pasado domingo. Por su parte Manuel Quevedo, el ministro del petróleo de Venezuela, uno de los miembros del cártel inmerso en una grave crisis política y económica, destacó sus buenas relaciones con Rusia.
“Seguimos cumpliendo con Rusia nuestros compromisos (...) Seguimos avanzando, seguimos fortaleciendo cada vez más esta relación. Vamos a abrir una oficina de Pdvsa (la petrolera estatal, que también preside Quevedo) en Moscú”, informó.
Alianza a largo plazo
Las medidas actuales para limitar la producción en esta alianza de países, la llamada OPEP+, fueron reforzadas en diciembre y son válidas hasta junio.
Los países de la alianza se comprometieron a reducir su producción a 1,2 millones de barriles diarios para apoyar el precio del crudo.
“Institucionalizar un marco de cooperación a más largo plazo entre OPEP y no OPEP es muy importante estratégicamente, más importante que nunca” para “evitar repetir la tormenta que conoció el mercado en 2014”, dijo el Ministro saudita.
El pacto acordado en 2016 entre la OPEP, que representa un tercio de la producción mundial de petróleo, y una decena de países no miembros, incluida Rusia, permitió estabilizar el mercado tras el hundimiento de los precios.
El precio medio del barril en 2016 era de unos 40 dólares pero desde entonces los cursos han ido al alza. En 2018, el precio medio del barril se acercó a los 70 dólares.
Además el acuerdo revitalizó a la OPEP, en un momento en que parecía perder protagonismo, y dio nueva influencia a Rusia, convertida en el árbitro del mercado petrolero.
A partir de abril, las empresas y ciudadanos estadounidenses no podrán comprar petróleo en Venezuela, un intento de Washington de aislar al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Estados Unidos también volvió a aplicar sanciones contra Irán, que habían sido levantadas en virtud del acuerdo sobre el programa nuclear iraní.
Trump llamó además a la OPEP a tomar medidas para hacer bajar los precios. “Los precios del petróleo están subiendo demasiado. OPEP por favor (...) relájense”, tuiteó en febrero, provocando una caída de precios.
Azerbaiyán, cuyo presupuesto depende de los hidrocarburos, aprovechó su participación en el encuentro para reforzar sus relaciones con Arabia Saudita y espera atraer ahora inversiones para su compañía petrolera nacional Socar.