Bogotá, Medellín y Barranquilla pierden grado de inversión | El Nuevo Siglo
LA CAPITAL de la República, también entró al terreno negativo de la pérdida de riesgo soberano, por decisión de la calificadora Fitch. /ENS
Diana Rubiano/El Nuevo Siglo
Lunes, 12 de Julio de 2021
Redacción Economía

Como era de esperarse, las entidades territoriales en Colombia también sufrieron una pérdida de grado de inversión y algunas empeoraron aún más su perspectiva frente a la autoridad calificadora.

En efecto, Fitch Ratings decidió extender esa decisión a Bogotá, Medellín y Barranquilla.

Por la fallida reforma tributaria, costos de la pandemia y turbulencia social protagonizada por una extensa ola de protestas, Colombia ha sufrido la pérdida de grado de inversión en dos de las tres entidades calificadoras más importantes del mundo: Standard & Poor’s y Fitch Ratings, quienes registraron al país en BB+, después de estar en BBB-.

Estas calificaciones se emitieron por la lenta e interrumpida recuperación económica del país durante 2021, la caída de la reforma tributaria, el histórico déficit fiscal empeorado por la contracción por pandemia y la reducida capacidad del Estado de pagar deudas.

Dentro de dichas variables, las cuales presentan un problema, las calificadoras ven poco probable que en Colombia se logren reformas estructurales que aumenten ingresos y equilibren el gasto público. Es decir, no habría voluntad política para cambiar las reglas del juego que hoy tienen al país en una crisis económica inédita en tiempos recientes.

En este contexto se conoció la otra consecuencia que acarrea la baja en la calificación soberana de un país: se vieron afectadas algunas entidades territoriales e instituciones financieras dentro de Colombia.

Ciudades

Fitch bajó las calificaciones internacionales de riesgo emisor (IDR) de Bogotá, Medellín y Barranquilla, algunas de las principales ciudades del país. Bogotá y Medellín, quienes tenían la misma calificación que Colombia, también perdieron el grado de inversión pasando de BBB- a BB+ con perspectiva estable. Por otro lado, Barranquilla, la más pequeña de estas dos, no contaba con grado de inversión, pero se vio afectada por una baja de BB+ a BB.

En el caso de Bogotá, los bonos externos no garantizados también bajaron en su perspectiva de BBB- a BB+. Dichas emisiones se encuentran denominadas en pesos colombianos por US$300 millones con una tasa de interés fija de 9,75% con vencimiento en 2028. Para esta decisión, de acuerdo con Fitch, no se revisaron las calificaciones nacionales de las entidades afectadas.

De acuerdo con la calificadora, Bogotá y Medellín fueron revaluadas a “rango medio bajo” desde su anterior calificación de “rango medio”. Además, el factor clave de riesgo de flexibilidad de pasivos y liquidez pasó de “rango medio” a ser considerada “más débil”.

Argumentos

Hablando de motivos, Fitch explicó que se trata de un cambio por el ambiente nacional adverso. “(...) el riesgo de contraparte de los posibles proveedores de liquidez para ambos estará mayormente por debajo del grado de inversión, dado el nuevo entorno crediticio soberano”, reza el comunicado de la calificadora.

Por otro lado, la baja de Barranquilla se explica por “el deterioro de la calificación soberana y su posición en relación con los pares más fuertes dentro de la categoría BB. Por lo tanto, el PCI se redujo a BB desde BB+”.

Para la ciudad más importante de la costa Caribe, el perfil de riesgo se mantiene en “rango medio bajo” y lo que cambió fue la perspectiva sobre la solidez en ingresos de la ciudad, la cual se revaluó como “más débil” desde “rango medio”. Esto, debido a que hubo un deterioro en la métrica de transferencias recibidas a ingresos operativos y, por esto, se considera a la ciudad más dependiente a transferencias corrientes recibidas por entidades calificadas por debajo del grado de inversión.

“No se aplicaron cambios a los puntajes de sostenibilidad de estos tres emisores, los cuales permanecen en ‘aa’ para Bogotá y ‘a’ para Medellín y Barranquilla”, expresó la calificadora, la cual reiteró su opinión de que un subnacional en Colombia no puede ser calificado por encima del soberano.



Las empresas

A esta decisión de Fitch se debe tener en cuenta que ya la firma Standard & Poor’s, luego de rebajar la nota a Colombia con la que se perdía el grado de inversión, decidió inmediatamente bajar las calificaciones de seis empresas y dos entidades colombianas. Se trata de Ecopetrol, Grupo Sura, Isagen, Ocensa y Davivienda, al igual que la de la Financiera de Desarrollo Nacional (FND) y Findeter, así como Enel y Emgesa.

En todos los casos la calificación de largo plazo pasó de BBB- a BB+ con perspectiva estable, es decir, al igual que Colombia estas organizaciones pierden el grado de inversión.

Además, las notas de corto plazo de Banco Davivienda y Findeter pasaron de A-3 a B.

La firma también bajó las calificaciones de Enel y Emgesa de BBB a BBB-, sin embargo, ambas entidades tenían una nivel superior al de Colombia. Por lo que mantienen el grado de inversión.

“La calificación de ambas entidades es más alta que la del soberano, principalmente por el apoyo potencial que recibirían en caso de dificultades financieras por parte de sus matrices”, explicó la empresa.

Asimismo, S&P también confirmó la calificación de AA de la Sociedad Concesionaria Vial Montes de María (Puerta de Hierro) y la perspectiva se mantiene estable.

Al respecto, explicó que la baja de calificación de la Financiera de Desarrollo Nacional (FND) y Findeter, los dos bancos de propiedad estatal, refleja sus roles económicos y vínculos muy importantes con el gobierno. Y respecto a Davivienda, indica que las calificaciones del soberano limitan las del banco dada su gran exposición al riesgo país y la naturaleza altamente sensible de sus negocios al estrés soberano.

Sin embargo, aclaró que las acciones de calificación no reflejan un deterioro en los perfiles crediticios individuales de las entidades.

De otro lado, si bien para las firmas de riesgo, la situación fiscal del país no es buena, recientemente el Fondo Monetario Internacional dijo que “Colombia tiene marcos de políticas muy sólidos -anclados en un tipo de cambio flexible, un régimen de metas de inflación creíble, una eficaz supervisión y regulación del sector financiero, y en un marco fiscal estructural a mediano plazo- que siguen siendo un pilar y han permitido a las autoridades responder de manera coordinada y oportuna a la pandemia de la covid-19. Como resultado, tras la mayor recesión registrada en Colombia, la economía está volviendo a crecer con políticas bien posicionadas para apoyar la incipiente recuperación”.



Reacción de los mercados

De acuerdo con los analistas del Bancolombia, a pesar de que en los próximos días la atención estará centrada en la reacción de los mercados, los mayores desafíos de haber pasado a ser un “ángel caído” se verán después de pasado un tiempo.

Señalan los investigadores que “creemos que la reacción negativa en los activos financieros en las siguientes jornadas será transitoria”.

Consideran que esto refleja el hecho de que, a diferencia de cuando el país también perdió el grado de inversión a comienzos de este siglo, los inversionistas internacionales limitados a invertir en emisores de calificación BBB- o superior tienen en la actualidad un protagonismo reducido. Además, hay que tener en cuenta que, desde antes del anuncio de Fitch, los precios de los activos ya incorporaban una calificación BB+ para el país.

Indican que la perspectiva se torna más desafiante si tenemos en cuenta que la disposición de los agentes internacionales por invertir en activos emergentes, incluyendo los colombianos, depende de las condiciones financieras imperantes en los países desarrollados. Si, como lo anticipan muchos expertos, en dichas economías se empiezan a retirar los estímulos monetarios extraordinarios que se adoptaron al inicio de la pandemia, se afectarían los flujos de capitales y el costo al que acceden los países en desarrollo a la liquidez global. Con una calificación de grado especulativo, Colombia será más vulnerable a tales cambios.