Una disminución en el crecimiento económico de Estados Unidos y China, dos de los principales socios comerciales de Colombia, afectaría al Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Un informe de Asobancaria señala que “aun cuando en el corto y mediano plazo la probabilidad de recesión en los países desarrollados y en China es baja, sí se espera que la desaceleración de la economía global logre afectar el ritmo de crecimiento de Colombia en 2019 y en los años posteriores, todo ello en medio de las perspectivas de normalización monetaria en los Estados Unidos, la dilución del estímulo fiscal de la administración Trump, los factores idiosincráticos en China relativos a la existencia de una burbuja crediticia y las tensiones comerciales y políticas entre estas potencias”.
Explica el gremio financiero, cuyo director es Santiago Castro, que “de materializarse los escenarios bajistas en materia de crecimiento en estas economías, nuestros modelos de equilibrio multivariado son ilustrativos sobre los efectos en la actividad productiva local. En esta dirección, una eventual desaceleración de un punto porcentual en el crecimiento de los Estados Unidos y China, tendría impactos notorios en la dinámica interna”.
Impulso
En efecto, una pérdida de tracción de un punto en el crecimiento de los Estados Unidos llevaría a que el PIB de Colombia se desacelerara en 0,14 puntos porcentuales un trimestre después del choque externo y 0,33 puntos en el segundo.
Entretanto, una ralentización de la economía china de un punto limitaría nuestro crecimiento en 0,39 puntos porcentuales en el segundo trimestre después del choque. Estos resultados muestran que, por vías como la disminución de los precios de las materias primas o la demanda por nuestros productos manufactureros y agrícolas, el país es susceptible a que las condiciones externas obliguen a las autoridades económicas locales a actuar en aras de mitigar las fuentes de vulnerabilidad.
Señala Asobancaria que las perspectivas macroeconómicas actuales evidencian que el panorama de riesgos para Colombia continuará proviniendo de la creciente incertidumbre del entorno internacional. No obstante, a diferencia de los pronósticos del grueso del mercado a finales de 2018, muchas de las preocupaciones a nivel global en materia macroeconómica se han ido moderando y, consecuentemente, se espera que la volatilidad de los mercados internacionales afecte en menor proporción la actividad económica.
Si bien se han moderado las presiones negativas por cuenta de la incertidumbre internacional, Colombia debe permanecer atenta al desarrollo de la mencionada coyuntura, con el fin de mitigar las fuentes de vulnerabilidad externa en el corto y mediano plazo.
Reformas
Es por ello que Asobancaria pide tramitar las imperiosas reformas estructurales en materia pensional, laboral, de competitividad y gasto público, ya que de ellas depende la convergencia a sendas de crecimiento sostenibles y la mitigación de nuestros niveles de vulnerabilidad antes choques externos.
En este panorama internacional no deben excluirse las tensiones comerciales y políticas entre los Estados Unidos y China, ya que, a pesar de atenuarse durante 2019, en los próximos años podrían generar volatilidad en los mercados. Al respecto, las autoridades económicas chinas ya han puesto en marcha políticas de carácter expansivo previendo una mayor desaceleración. Estas políticas, en contraposición, han llevado al aplazamiento del proceso de desapalancamiento de la economía, lo que podría traducirse en mayores fragilidades financieras que ponen en riesgo el desempeño económico de largo plazo.
En el frente europeo, las mayores vulnerabilidades provienen del creciente riesgo político derivado de los problemas de gobernabilidad y la consolidación de políticas populistas, que vienen promoviendo acciones contrarias a las recomendaciones de la Comisión Europea en materia de eficacia y sostenibilidad del gasto público. A esto deben sumarse incertidumbres puntuales como la severidad del Brexit y el grado de inestabilidad fiscal de la economía italiana. En este contexto, las mayores afectaciones provendrán de la volatilidad de los mercados accionarios y una menor confianza inversionista, lo que a la postre restará aún más al exiguo desempeño de la economía europea.