DEBIDO A la caída de ingresos y a los altos costos que traían por los créditos y la inflación, la carga financiera de los hogares aumentó considerablemente. Ya en marzo, de acuerdo con el análisis de Radar del Bancolombia, alcanzó 34,7%.
Asimismo, en la más reciente lectura del Nowcast confirma dicha tendencia para el tercer trimestre del año, periodo en el que el crecimiento de la actividad productiva se habría acelerado a 2,3% anual.
Considera el informe de la entidad privada que “la tendencia bajista de la inflación y las tasas de interés ha estado acompañada de una leve caída en el ahorro bruto de los hogares y un aumento en la carga financiera durante 2024, como ha señalado el Banco de la República. En efecto, la carga financiera de los hogares -razón entre los pagos por amortizaciones y pago de intereses al ingreso- repuntó como consecuencia de una caída en el ingreso de los hogares”.
El ahorro
El último informe Cuentas Nacionales Trimestrales se observa que el ahorro de los hogares colombianos en el 2023 fue equivalente al 3,6% del Producto Interno Bruto. De cada $100 de valor agregado de la economía, se ahorraron tan solo $3,6.
Expertos de ANIF confirman que la economía colombiana se caracteriza por altos niveles de consumo y bajo ahorro. Explican que hay un ciclo vicioso en el que “los hogares no ahorran, la inversión es baja y el crecimiento del aparato productivo se estanca ante esta realidad”.
“Colombia debe buscar un aumento en su nivel de ahorro, que permita la reducción en los costos de financiamiento y el desarrollo del mercado de capitales. En el 2023, el crecimiento del PIB fue de 0,6%, la inversión, por su parte, cayó 8,9% a lo largo del año”, según el centro de pensamiento.
Demanda interna
Según la investigación del equipo económico del Bancolombia, a cargo de Laura Clavijo, y enviado a EL NUEVO SIGLO, “la perspectiva hacia adelante es que la demanda interna retornará paulatinamente, a medida que menores precios y mejores condiciones de financiamiento se traducen, efectivamente, en acciones de compra”.
Explican que “una mirada más detallada a la data de tarjetahabientes nos muestra que, aunque la tasa de interés promedio de las tarjetas de crédito del mercado actualmente es incluso menor a la observada en julio de 2022, la participación de quienes realizan compras a una sola cuota ha aumentado. En otras palabras, el fantasma de la carga financiera prevalece a pesar de la corrección en precios y tasas de interés”.
Indican que “así como hay progreso para la economía agregada, la demanda interna permanece algo estancada y la perspectiva es mixta de cara a la reactivación del consumo y sector comercio. Nuestros indicadores propietarios dan algunas luces en este sentido. El Nowcast para el sector comercio regresó a registros en terreno positivo desde mediados de este año, hasta alcanzar un ligero repunte de 1,3% anual a octubre”.
Por su parte, el Indicador de Consumo en Tiempo Real, basado en operaciones con tarjetas crédito y débito de Bancolombia, refleja la precariedad en las señales de recuperación. El resultado de septiembre muestra un retroceso en la actividad de compras de 1,2% en términos reales si se compara con el 2023 que, aunque resulta moderado respecto al -5% de mitad de año, aún denota la falta de ánimos para realizar compras, especialmente en bienes durables, como artículos del hogar, tecnología y moda.
Divergencia
Es precisamente donde los investigadores puntualizan que “es en este frente donde encontramos la mayor divergencia. Si bien hay señales de progreso, la perspectiva es mixta y la percepción es francamente negativa. Esto lo refleja nuestro Índice de Percepción Económica (IPE), diseñado mediante la agregación de información proveniente de múltiples fuentes, tales como reportes de coyuntura económica y proyecciones de analistas, con el objetivo de capturar las expectativas de los agentes económicos sobre el desempeño futuro de la economía colombiana. Nuestro indicador, que se compone de dos subíndices (polaridad del sentimiento económico y volatilidad de las proyecciones de analistas), refleja la naturaleza dual del contexto que atraviesa la economía colombiana”.
Explican los analistas, que “la menor volatilidad en las proyecciones confirma la recuperación del crecimiento económico y mejores perspectivas, mientras que el análisis del sentimiento en los informes ilustra un deterioro generalizado de la percepción frente a riesgos como la incertidumbre fiscal y baja inversión en el país. La economía colombiana viene concretando un final de año mejor de lo previamente anticipado, mientras que los mercados financieros registran alta volatilidad y algunos activos colombianos se deprecian”.
Ante esta situación los expertos se preguntan: “¿Qué viene motivando esta divergencia entre el notable progreso económico que registran los indicadores líderes, una perspectiva de estancamiento de la demanda interna y un aumento en la percepción de riesgo de los agentes?”.
Indicadores
Al respecto, la investigación se remite “a lo que dicen los indicadores líderes de Bancolombia, los cuales hemos construido desde la Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercados con el propósito de tomarle el pulso, casi en tiempo real, a la economía colombiana”.
Explican que, de acuerdo con cifras de la Superintendencia Financiera, a junio de 2024 cerca del 70% de las operaciones (monetarias y no monetarias) ocurren a través de los canales de Bancolombia y más del 40% visto desde la perspectiva del monto de operaciones. Dichas operaciones ocurren vía múltiples canales (internet, app móvil, oficinas, corresponsales), para la realización de todo tipo de transacciones (pagos, transferencias, recaudo, nómina, entre otros), además de modo que se abarcan ampliamente los diferentes sectores de la economía.
Aseguran que “la construcción de indicadores líderes de actividad económica, como el Nowcast Bancolombia −que se publica desde 2019− y el Indicador de Consumo en Tiempo Real –que semanalmente nos cuenta la historia de actividad de tarjetahabientes−, son algunos ejemplos de métricas que, con menor rezago que las fuentes oficiales, nos alertan sobre el desempeño económico. Además, cuentan con una buena representatividad de lo que estaría ocurriendo a nivel país, dada la participación transaccional antes mencionada”.
Actividad
Señalan que “durante lo corrido del 2024, hemos notado un permanente progreso de los indicadores agregados de actividad económica. Así lo señalan los datos del PIB, que registró un crecimiento anual de 1,5% durante el primer semestre del año, y el indicador de seguimiento económico (ISE) del DANE, que se expandió 2% anual hasta agosto”.
“La más reciente lectura del Nowcast Bancolombia confirma dicha tendencia para el tercer trimestre del año, periodo en que el crecimiento de la actividad productiva se habría acelerado a 2,3% anual, incluso superando la expectativa de crecimiento del consenso de analistas de 2%. Definitivamente, son buenas señales en el agregado, aunque imperfectas en su composición”, sostienen los analistas.
Los altibajos del crecimiento
En efecto, el balance sectorial del Nowcast, con cifras a octubre, expone una economía soportada sobre el dinamismo del sector público y la resiliencia en el segmento de servicios (en particular, la recreación). Entre tanto, los sospechosos de siempre continúan en terreno contractivo: minería, construcción e industria. También es relevante señalar la divergencia que ha tomado el indicador de demanda de energía, que durante años seguía a la par de la actividad económica. La contracción anual de 3,6% de este indicador a octubre podría estar asociada a una menor demanda como resultado de las menores temperaturas que ha traído la entrada del fenómeno de la Niña, o podría ser una fuerza bajista para el PIB en el cierre de año.