El 69% de los ingresos del país se debe al consumo de los hogares | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Jueves, 6 de Febrero de 2020
Redacción Economía

El consumo de los hogares se ha convertido en la piedra angular de la economía, al representar el 69% de los ingresos totales del país. Esta participación supera la que exhiben los principales países de la región, cercana a 64,8%, una tendencia que se ha mantenido en los últimos años, incluso antes de la crisis mundial de 2008. De acuerdo con un reporte de Asobancaria, esta estructura, donde el crecimiento está mayoritariamente explicado por el consumo privado, ha contribuido a una mayor estabilidad económica frente a nuestros pares regionales.

Desde 1980, el PIB real de Colombia se ha contraído en una sola ocasión, mostrando un mejor desempeño en comparación con los demás países del bloque que  han debido enfrentar entre cuatro y quince recesiones durante este periodo. Asimismo, la dinámica de la producción local muestra una menor volatilidad, dando claras señales de resiliencia y estabilidad frente a choques externos.

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Indica el informe que el componente del consumo privado ha registrado una dinámica llamativa, sobre todo en el último año, en el que se habría expandido a una tasa cercana a 4,5%, superior al 3,6% observado en 2018, y al 3,2% proyectado para la economía en su conjunto en 2019. Este rubro, además de mostrar las mayores tasas de crecimiento en los últimos dos años, es el de mayor contribución al crecimiento agregado, permitiendo compensar en gran medida el negativo desempeño del sector externo, que a partir de 2018 ha presentado un balance deficitario.

 

El comercio

Un reflejo de la dinámica del consumo son las ventas del comercio minorista, las cuales vienen presentando un favorable desempeño desde comienzos de 2018, un comportamiento que se profundizó significativamente en 2019 (Gráfico 2). En particular, con corte a noviembre de 2019, las ventas minoristas experimentaron un crecimiento promedio anual de 8,0%, lo que representa una notable mejora frente al 0,2% observado en 2017 y al 5,6% alcanzado en 2018.

De esta manera, la dinámica del consumo, para sorpresa del grueso del mercado, viene siendo muy positiva, y son desde luego diversos los factores que han contribuido a su reactivación. Ejercicios econométricos de descomposición histórica2, permiten estimar aquellas variables que han tenido la mayor incidencia en el comportamiento reciente del consumo (Gráfico 3). Si bien, buena parte de la evolución que muestra el consumo obedece a factores idiosincráticos, gran parte de su variabilidad histórica obedece a la influencia de factores como la inflación, la tasa de cambio, la percepción de los hogares, la tasa de interés del crédito de consumo y las remesas.

 

Las remesas

Para   destacar   en   dicha   descomposición,   el    notable incremento de las remesas (7,0% en dólares y 18,4% en pesos para 2019), que se refleja en un rol  más activo para la aceleración del consumo. Adicionalmente, las tasas de interés, que a lo largo del año tendieron a la baja y se mantienen por debajo de sus niveles naturales, han venido mostrando una mayor influencia sobre el consumo de los hogares, lo que evidencia una positiva demanda de crédito.

Otro de los factores que ha contribuido (aunque en una menor proporción) al crecimiento reciente del consumo es la percepción de los hogares, cuyas expectativas permanecen alineadas al ciclo económico. En contraposición, la depreciación de la tasa de cambio observada a lo largo del último año le ha  restado impulso a este rubro. La inflación, que permanece en terreno estable, no ha tenido una gran participación en el periodo reciente como determinante del consumo privado, un buen síntoma en  términos de poder  adquisitivo de los hogares.

A lo largo del 2019, los hogares colombianos se beneficiaron de una serie de factores que les permitieron mantener, y en algunos casos incrementar, su poder adquisitivo, lo que se tradujo en un sólido gasto en la economía. Dentro de los principales factores se encuentran: (i) una inflación y expectativas controladas y ancladas al rango meta del Banco de la República; y (ii) el incremento del salario mínimo, pactado en los últimos  años  por  encima   de   los   niveles   de   productividad.  lo que, al menos en el corto plazo, contribuye a incrementar el ingreso disponible de aquellos hogares que ganan un salario mínimo.

Si bien la inflación a diciembre de 2019 cerró en niveles de 3,80%, lo que representó un incremento de 62 puntos básicos (pbs) respecto al 2018, se mantiene dentro de la meta de largo plazo con perspectivas de convergencia hacia niveles de 3,0%-3,4% en el corto plazo. A pesar de que esto representó una ligera pérdida de poder adquisitivo frente al año anterior, solo cuatro de los doce sectores evaluados dentro del índice de precios se encontraron por encima del promedio nacional.