El Banco Central Europeo (BCE) volvió a recortar sus tasas en 25 puntos básicos, de 3,50 % a 3,25 %, para tratar de impulsar un crecimiento económico endeble en la eurozona después de haber controlado la inflación.
"La información más reciente sobre la inflación muestra que el proceso de desinflación continúa conforme a lo previsto", indicó en un comunicado el BCE, con sede en Fráncfort.
"Las perspectivas de inflación también se ven afectadas por las recientes sorpresas a la baja en los indicadores de la actividad económica", agregó el emisor de la zona euro, formada por 20 de los 27 países de la Unión Europea.
Se trata del segundo recorte consecutivo de la tasa directriz del BCE, que ya había procedido a una reducción similar en septiembre, y del tercero en lo que va del año, después del de junio, de un porcentaje similar.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, afirmó tras el anuncio que las perspectivas de crecimiento económico de la eurozona "se orientan a la baja" y que "una menor confianza podría impedir que el consumo y la inversión se recuperen tan rápido como se espera".
Tras la última cita de los gobernadores del BCE, los responsables de la política monetaria en la zona euro se expresaron con prudencia e insinuaron que el emisor esperaría hasta diciembre antes de decidir un nuevo recorte. Pero desde entonces la inflación mostró una desaceleración.
En septiembre, el alza de precios en la zona del euro fue de 1,7 %, situándose por primera vez en más de tres años por debajo del objetivo oficial en torno a un 2 %.
Además, la inflación subyacente, que excluye bienes con precios muy volátiles como la energía y los alimentos, se desaceleró a un 2,7 % interanual, según Eurostat.
El crecimiento, en cambio, se muestra alicaído, lo que impulsa al BCE a recortar las tasas para estimular el consumo y la inversión.
Entre las malas noticias que sopesaron los gobernadores figura la revisión a la baja en 2024 del crecimiento de Alemania, la mayor economía del bloque, que debe registrar un segundo año consecutivo de recesión.
Según las estimaciones del gobierno alemán, la contracción será de 0,2 %, después de haber cerrado 2023 con una caída del PIB de 0,3 %.