Entre 2 y 4 años tardaría Colombia en recuperar grado de inversión | El Nuevo Siglo
Standard & Poor's, Fitch Ratings y Moody’s son las firmas calificadoras que tradicionalmente han seguido el desempeño de la economía colombiana en los últimos años./ENS
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Domingo, 11 de Julio de 2021
Redacción Economía

Ni el reclamo del presidente Iván Duque al solicitar a las firmas calificadoras que evaluaran la economía colombiana de acuerdo al impulso que traía antes del impacto de la pandemia, sirvió para que Standard & Poor’s y Fitch suspendieran su decisión de bajar la nota y colocar la deuda soberana con riesgo de inversión.

Por el contrario, Fitch Ratings resolvió dar el golpe definitivo y confirmar el nivel de riesgo de la deuda soberana del país, con lo que ahora vendría una escalada de notas negativas para las empresas y entidades nacionales, tal como sucedió cuando hace un mes Standard & Poor’s tomó la misma resolución.

Pero la pregunta hoy es cuándo podrá el país recuperar esa calificación que le permita acceder a mejores condiciones crediticias.

Algunos expertos aseguran que tardará entre dos y cinco años obtener otra vez el grado de inversión. 

El economista Wilson Tovar explicó que "por ahora hay que ponerle presión al Gobierno para que agilice los trámites para avanzar con la reforma tributaria. También debemos esperar que el próximo gobierno haga lo suyo, ya que quizás para recuperar el grado de inversión nos va a tomar por lo menos media década”.  

Sostuvo que “esto nos pone un reto como economía de poder hacer las finanzas un poco más sostenibles en el largo plazo y lograr recuperar o rebajar los niveles de deuda a unos rangos que se consideren prudentes y manejables. Fitch advierte que estamos vulnerables ante lo que ocurra en las volatilidades de los mercados internacionales”.

Anticipos

Manifestó además que “parte de la reacción en el mercado ya se había anticipado con la subida de las tasas de los TES. Quizás la tasa de cambio arriba de $3.700 ya anticipa un poco esa decisión y esa situación. Hay que tener presente que en los últimos dos o tres meses hemos tenido una gran entrada de inversionistas que no necesariamente tienen ese requisito para poder incorporar los TES en sus portafolios”.  

Por su parte, el investigador Daniel Castellanos, aseguró que “la pérdida del grado de inversión por parte de Fitch no añade mucho al escenario económico y financiero colombiano. Esa noticia había sido anticipada con la pérdida del grado de inversión por parte de Standard & Poor’s y es natural que las otras calificadoras de riesgo adopten medidas similares”. 



“La decisión simplemente ratifica que las finanzas públicas están en una situación vulnerable y que toca presentar un programa creíble de ajuste fiscal. No para el próximo año, sino para los próximos cinco años porque tampoco se trata de ahorcar fiscalmente a Colombia solamente por satisfacer a las calificadoras de riego”, concluyó. 

Mercados

De acuerdo con los analistas del Bancolombia, a pesar de que en los próximos días la atención estará centrada en la reacción de los mercados, los mayores desafíos de haber pasado a ser un “ángel caído” se verán después de pasado un tiempo.

Señalan los investigadores que “creemos que la reacción negativa en los activos financieros en las siguientes jornadas será transitoria”.

Consideran que esto refleja el hecho de que, a diferencia de cuando el país también perdió el grado de inversión a comienzos de este siglo, los inversionistas internacionales limitados a invertir en emisores de calificación BBB- o superior tienen en la actualidad un protagonismo reducido. Además, hay que tener en cuenta que, desde antes del anuncio de Fitch, los precios de los activos ya incorporaban una calificación BB+ para el país.

Señalan que la perspectiva se torna más desafiante si tenemos en cuenta que la disposición de los agentes internacionales por invertir en activos emergentes, incluyendo los colombianos, depende de las condiciones financieras imperantes en los países desarrollados. Si, como lo anticipan muchos expertos, en dichas economías se empiezan a retirar los estímulos monetarios extraordinarios que se adoptaron al inicio de la pandemia, se afectarían los flujos de capitales y el costo al que acceden los países en desarrollo a la liquidez global. Con una calificación de grado especulativo, Colombia será más vulnerable a tales cambios.

Retos

De otro lado, explican que otro reto está asociado al efecto sobre otros agentes de la economía. Por un lado, con la rebaja en la calificación soberana la mayor parte de emisores colombianos de renta fija también pasarán a grado especulativo, lo cual conllevará aumentos en su costo de capital.

Por otra parte, el empinamiento de la curva de deuda pública que se ha dado por el aumento en el riesgo soberano, puede presionar al alza las tasas de los desembolsos en el sistema financiero, particularmente en los créditos de largo plazo. Hasta ahora tal efecto no ha sido visible, dado que opera de forma rezagada. Sin embargo, de acuerdo con las estimaciones, esto podría empezar a materializarse a partir de este segundo semestre de 2021.



Sin embargo, consideran que de todos los riesgos que conlleva la rebaja en la calificación crediticia, el más importante tiene que ver con las dificultades que pueden enfrentar las iniciativas de ajuste fiscal a partir de este momento. En años anteriores, preservar el grado de inversión fue un propósito que permitió que el Ejecutivo y el Legislativo llegaran a acuerdos sobre la aprobación de reformas fiscales, las cuales tienden a ser impopulares y políticamente costosas. Una vez perdido este estatus, y teniendo en cuenta el ambiente de polarización e incertidumbre actual, llevar a buen término estos proyectos puede tornarse mucho más difícil.

Al igual que la firma Standard And Poor’s lo había hecho hace dos meses, la agencia Fitch Ratings rebajó las calificaciones de incumplimiento de emisor (IDR) de largo plazo en moneda extranjera (LT FC) y en moneda local (LT LC) de Colombia hasta ‘BB +’ desde ‘BBB-‘.

Con esa decisión, le quitó el grado de inversión al país tal como lo hizo en semanas anteriores la agencia S&P Global Ratings.

La rebaja de Fitch deja a Colombia con dos de las tres calificaciones más importantes en calidad de “basura”. Solo Moody´s tiene al país un escalón encima de ese grado de inversión.

Fitch espera que la deuda continúe aumentando hasta 2022 y no prevé una reducción significativa de la deuda en el mediano plazo, dejando al país vulnerable a los shocks.

Las tres firmas que ponen lupa

Standard & Poor's, Fitch Ratings y Moody’s son las tres calificadoras encargadas en Colombia de monitorear los avances de la economía y establecer una nota con la que los inversionistas podrán medir el grado de riesgo para entrar a analizar si es conveniente invertir o no. De ahí la importancia de estas notas.

Este modelo de calificación, que empezó a implementar Colombia en 1991, bajo la vigilancia y control de la Sala General de la Comisión Nacional de Valores, hoy Superintendencia Financiera, busca que los inversionistas puedan conocer el factor de riesgo de donde quieren invertir y así puedan diseñar portafolios balanceados de acuerdo con estas alertas.

Desde su implementación, las calificadoras de riesgo han jugado un importante rol en la transparencia de la información, que ha propiciado la llegada de más inversionistas, confiados en las buenas prácticas que adelanta Colombia en materia económica.

Entre los factores que entran a analizar estas calificadoras están el "riesgo soberano", el "riesgo económico", el "riesgo político", el "riesgo social" y el "riesgo internacional", en el largo y el corto plazo.

Cada calificadora tiene escalas diferentes, pero básicamente A es la más alta, B es buena y satisfactoria y C y E no alcanzan a clasificar para inversión.

Un BBB significa que está por encima de un BBB- o un BB+, pero por debajo de un BBB+ o AA+.

En caso de que la nota caiga, el rango de un país bajaría y los inversionistas lo pensarían más de dos veces para poner su dinero, además de otras repercusiones económicas, ligadas a los riesgos que estas calificaciones implican.

Según la definición de la Superintendencia Financiera, la perspectiva puede ser "positiva", lo que indica que la calificación puede aumentar o mantenerse; o "negativa" lo que indica que la calificación puede bajar o quedarse allí, según las decisiones que se tomen.