Si el proyecto de ley de financiamiento o reforma tributaria es aprobado en su totalidad tal como lo presentó el Gobierno al Congreso, los colombianos deberán preparar el bolsillo, porque habrá un incremento en el precio de los combustibles.
Esto debido a que en la iniciativa se incluyó un aumento en el impuesto al carbono que pasaría de $25 mil a $75 mil, pero esto repercutirá en toda la cadena de producción de combustibles.
Esta situación suscita inquietudes debido a su impacto en diversos sectores económicos, especialmente en el transporte y la producción energética. Al elevar la tasa, se proyecta un incremento en el costo de combustibles, lo cual afectaría no solo a los transportadores, sino también a empresas que dependen intensamente del uso de combustibles fósiles.
Desafíos
De paso, este ajuste, además, plantea desafíos para el consumidor, ya que una subida en los costos de transporte podría traducirse en un aumento general de precios en bienes y servicios. Adicionalmente, sectores como el industrial podrían enfrentar la necesidad de reconfigurar sus presupuestos.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, manifestó a los medios de comunicación, que se piensa poner en consideración con el Congreso modificar el impuesto al carbón, un gravamen que está actualmente en vigencia. La idea es que se modifique la tarifa de $25 mil a $75 mil por tonelada emitida de dióxido de carbono (CO2). “Esto grava a todos los combustibles”, explicó Bonilla.
Pese a que el ministro dijo que no afectará a los vehículos a gas ni el consumo residencial de este combustible, "este cambio en el impuesto al carbono aplicaría a vehículos que no son “productivos”, los cuales se clasificarían como los que no son utilizados para actividades económicas para una empresa”.
En cuanto al aumento del diésel, este cambio será diferente, pues “la tonelada de gas carbónico es el efecto indeseado del uso de los combustibles. Y eso es lo que se quiere gravar para que creemos estímulos para cambiarse combustibles”.
El Gobierno llegó a un acuerdo con los transportadores del país en que se realizaría un aumento progresivo para llegar a los $6 mil por galón de diésel. El primer aumento se realizó en septiembre, de $400, y habrá otro a finales de este año.
Por otra parte, y desde la Coordinación Económica y de Análisis Económico del sector Comce-Solidicom, se indicó que con la propuesta del Gobierno, el nuevo impuesto aumentará $425,29 por galón para la gasolina y $488,17 por galón para el diésel, teniendo en cuenta el actual porcentaje de mezcla con alcohol y biodiésel de 10 %. Este ajuste representaría un incremento de 2,6 veces el valor inicial del impuesto.
Sin embargo, el impacto podría ser aún mayor, con tarifas potenciales de hasta $658,91 por galón para la gasolina y $753,04 por galón para el diésel, dependiendo del porcentaje de mezcla.
Según el análisis, se prevé que el valor del impuesto aumente anualmente en 1 % por encima de la UVT (Unidad de Valor Tributario), lo que podría elevar el impuesto hasta $951,17 por galón para la gasolina y $1.089,18 por galón de diésel en el futuro. Estos valores son cerca de seis veces mayores que los actuales.
En Colombia, Villavicencio es la ciudad con la gasolina más cara: $16.085 por galón, seguida por Cali con $15.995 y Bogotá con $15.985. Las capitales con el combustible más barato son Pasto ($13.717), Cúcuta ($14.044) y Cartagena ($15.600). El promedio nacional está en $15.568.