SIN IMPORTAR el grado de incertidumbre sobre las iniciativas sociales que hoy se discuten en el Congreso, como la reforma laboral y de salud, así como el presupuesto general y la Ley de Financiamiento, el Gobierno busca aprovechar la oportunidad y anticipar las negociaciones entre empresarios y sindicatos sobre el salario mínimo del próximo año.
En efecto, la ministra de Trabajo, Gloría Inés Ramírez, confirmó que, en un plazo de dos semanas, se convocará a las centrales obreras y empresarios para establecer la mesa de concertación de políticas laborales y salariales, un primer paso crucial en la discusión del salario mínimo para 2025.
La funcionaria destacó la importancia de este proceso y aseguró que se seguirá un marco metodológico y procedimientos establecidos por la ley en la primera reunión de instalación.
Ramírez también recordó que las estadísticas oficiales del salario mínimo se publican el 30 de noviembre, pero enfatizó la relevancia de anticipar las convocatorias.
“Siempre convocamos antes para mirar las metodologías y ponernos de acuerdo en la estructura del cronograma en la mesa de concertación de políticas laborales y salariales”, señaló.
Contra alzas desmedidas
Precisamente, sobre esta situación, Rodolfo Correa, presidente de Acopi, el gremio que reúne a los pequeños empresarios, lanzó una alerta enviada a EL NUEVO SIGLO, sobre las implicaciones a las que conllevaría un alza desmedida en el salario.
“Con gran preocupación queremos anticiparnos a los efectos que va a tener la puja y aumento del nuevo salario mínimo, haciendo un especial énfasis en que cualquier alza que supere el Índice de Precios al Consumidor - IPC va a tener profundas repercusiones en la estabilidad económica de las micros, pequeñas, y medianas empresas en Colombia, llevando incluso al cierre masivo de varias de ellas”, afirmó Correa.
En este orden de ideas, desde Acopi quieren proponer un sano ambiente de discusión y diálogo entre las partes para que este aumento sea ceñido a la realidad económica actual del país.
El análisis se dio luego de una reunión con el Consejo Gremial Nacional, en la que también se analizaron los impactos de la implementación de la reforma laboral, impulsada por el Gobierno nacional y que se tramita actualmente en el Congreso de la República.
Correa pidió que sigan las cuentas oficiales de la entidad para evitar caer en noticias falsas, luego de que intentarán crear cuentas falsas a nombre de Acopi.
Particularmente, desde la semana pasada comenzó a calentarse el ambiente en torno al salario mínimo. El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Fabio Arias, dijo que ellos con seguridad van a pedir un incremento de dos dígitos, es decir igual a los dos dígitos que se viene presentando desde el 2022.
En los últimos incrementos del salario mínimo el Gobierno actual, prefirió hacerlo por casi tres puntos arriba de la inflación causada. En 2022, el aumento fue de 10,07% con una inflación que cerró el 2021 en 5,62%; el alza del 2023 fue de 16% con una inflación que cerró en 2022 en 13,12%, Y por último el aumento de 2024, de 12,07%, con una inflación de 9,3%.
Impactos
José Fernando Sandoval, manager de Legal de la firma BDO en Colombia, considera que este aumento tendrá un impacto significativo en la economía colombiana, dada la cantidad de fuerza trabajadora que recibe el salario mínimo o menos al mes.
Según cifras reportadas por el DANE y el Ministerio de Trabajo, en Colombia hay 2,24 millones de personas que reciben un salario mínimo.
“Asuntos como el poder adquisitivo de los trabajadores y el aumento de los costos laborales para los empleadores son dos de los temas fundamentales en el marco de este debate”, aseguró el experto.
Implicaciones
Sobre las implicaciones para los trabajadores y empleadores ante la discusión sobre el incremento del salario mínimo en el país, los expertos señalan que, para los trabajadores, cuyo salario sea el mínimo mensual o para aquellos que tengan su sueldo pactado en salario mínimo, traerá un aumento o nivelación en la capacidad adquisitiva respecto de la inflación.
Asimismo, en la cifra del nuevo salario, uno de los factores es también el índice de productividad. Por ejemplo, en 2020 fue de 0,73%, en 2021 llegó a 0,64%, y en 2022 quedó en 0,8%. Y para el 2023 el indicador fue de 0,76%, que fue el que se tuvo en cuenta para el salario de 2014.
Otro factor que se debe tener en cuenta, es que la tasa de desempleo se mantiene en 9,7%. En agosto de este año, otras 136.000 personas perdieron sus puestos para engrosar el grupo de 2,5 millones sin trabajo.
En las discusiones, además, se tiene en cuenta el crecimiento de la economía que para este año sería entre 1,5% y 1,8%
A nivel político, no hay duda, como lo reconoce el mismo presidente de la CUT, que la situación está complicada, debido a que la discusión tendrá un matiz más político que económico. El dirigente expresó que considera que este año la negociación va a ser todavía mucho más difícil.