La inversión en el sector de hidrocarburos no es la mejor, y la producción sigue a la baja

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Pese a que las perspectivas de inversión petrolera para 2017 lucían optimistas, llegando a US$4.500 millones según Campetrol, la verdad es que un 70% de esta se enfocaba en extracción y solo un 30% en exploración, revela un análisis de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, ANIF.

Aun así, la producción ha continuado cayendo a ritmos del -8,5% anual, en lo corrido a junio de 2017, afectada por las voladuras de oleoductos a manos del Eln, completando 36 en lo corrido de 2017.

Además, con un Brent debajo de los US$65/barril la exploración en nuevas zonas no luce rentable.

Así, la autosuficiencia petrolera de Colombia tan solo tiene un pobre horizonte de cinco años, señala el análisis.

Ante esta difícil coyuntura del sector petrolero, el reciente reporte de Ecopetrol no luce muy alentador. Si bien sus utilidades se duplicaron en el último año, alcanzando $2,2 billones en el primer semestre de 2017 y seguramente $4 billones para el año, esa cifra dista muchísimo de los $14 billones del período 2011-2013.

Preocupa que el “costo de levantamiento” de Ecopetrol se hubiera elevado de US$5,1/barril en 2016 a US$7/barril.

Si bien ello estuvo afectado por la causación de la totalidad de los costos de Campo Rubiales, ahora propiedad de Ecopetrol, la realidad es que esa no fue una nueva fuente para el país como un todo.

También preocupan los elevados niveles de deuda neta de la compañía, rondando el 43% durante el segundo trimestre de 2017, pese a que disminuyeron frente al 51% de un año atrás.

Otro punto de preocupación, según el centro de estudios, son los constantes bloqueos de comunidades en Campo Rubiales y el sabotaje por parte de la USO en las refinerías de Barranca y Cartagena que tampoco contribuyen a mejorar la situación de Ecopetrol de forma significativa.

Esto sin entrar a analizar las pésimas inversiones que han representado Reficar y Bioenergy  que dejan mucho que desear al ubicarse bien por debajo del 12%.

Lenta recuperación del mercado

Han pasado ya cuatro años desde el inicio de la frágil recuperación de las economías desarrolladas en 2013, tras la crisis financiera de Lehman Brothers en 2008-2009. Infortunadamente, dicha recuperación del período 2013-2017 ha resultado mucho más lenta de lo esperado, pues la economía mundial aún no parece recuperarse del todo.

Ello ha revivido la discusión sobre la hipótesis del llamado “estancamiento secular”, según la cual las economías desarrolladas estarían atrapadas en equilibrios subóptimos por cuenta de sus débiles demandas agregadas.

Esto se refleja particularmente en sus bajos niveles de productividad. En efecto, las cifras del Conference Board revelan que la Productividad Laboral de los países de la OCDE se expandió tan solo 0.8% durante 2011-2015 (vs. 2% hace una década) y la Productividad

Total de los Factores habría registrado crecimientos prácticamente nulos en el período de referencia contra el 1%.

Lo anterior, revela el análisis de ANIF, se ha reflejado en los bajos niveles del precio del petróleo, promediando valores de solo US$52/barril en lo corrido de 2017. Allí han confluido factores tanto de demanda como de oferta, que están impidiendo que el precio del petróleo alcance los niveles de US$65/barril que promedió durante 2000-2016.

Todo lo anterior ha llevado al centro de estudios de a disminuir su pronóstico para 2017 hacia US$52/barril, frente a los US$56/barril estimados previamente.

Bajo crecimiento mundial

Con relación a la demanda, preocupa particularmente el pobre crecimiento económico mundial.

De una parte, el mundo desarrollado continuaría con leves expansiones del 2.1% anual en 2017 (vs. 1.6% en 2016), en línea con los problemas de estancamiento secular antes mencionados. De otra parte, los BRIC seguirían registrando crecimientos económicos bajos. India crecería 7% anual (vs. el 8% del período  2009-2011). China se desaceleraría hacia el 6,8% en 2017 y el 6,4% en 2018, lejos del 10% anual promedio de 2009-2011.

Al ser estos países importadores de commodities como el petróleo, sus menores perspectivas de demanda contribuyen a bajar el precio mundial del petróleo.

En lo referente a la oferta, se destaca la elevada producción de shale oil en Estados Unidos, bordeando los 6 millones de barriles por día (bpd) en junio de 2017 frente a una producción total de petróleo cercana a los 9 millones de bd.  

Esto evidencia que la participación de la producción de petróleo onshore en Estados Unidos dentro del total supera el 60% y explica por qué ni siquiera la presencia del huracán Harvey hace unos días logró incrementar los precios del petróleo.

Así, la producción de shale oil resulta ser un seguro onshore frente a los problemas offshore, como los huracanes.

Frente a la oferta de la OPEP, se tiene que los recortes de producción seguirían vigentes hasta marzo de 2018, pero ello no ha tenido mayor efecto de repunte sobre los precios del petróleo.

Esto debido al incremento en la producción de Libia y Nigeria en cerca de 700 mil bpd y al incumplimiento de Ecuador.

Las perspectivas de masificación de los automóviles eléctricos también están jugando un papel importante en la menor demanda por gasolina. Arabia Saudita, por ejemplo, tiene la intención de agilizar sus extracciones de petróleo hacia el futuro para realizar así caja y no dejar en el subsuelo un activo con riesgo de desvalorización en el próximo quinquenio.