EL HECHO de que más de una cuarta parte de los tomadores de decisiones en muchas empresas en Colombia sean población de 50 años o más, presenta una oportunidad para pensar en nuevas herramientas con un enfoque diferencial de edad.
Sostiene un informe de ANIF, conocido por EL NUEVO SIGLO, que el diseño de un mercado laboral que incluya a la población mayor es una de las prioridades, pues muchos mantienen su capacidad productiva o pueden realizar actividades acordes con sus capacidades. Además, el apoyo al desarrollo de emprendimientos dirigidos o impulsados por personas mayores no solo contribuye a su inclusión económica, sino que también aprovecha su experiencia y conocimiento acumulado. Esto podría impactar positivamente la calidad de vida de esta población y así aumentar la protección durante su vejez.
Aunque las ayudas económicas para el adulto mayor pueden ser un alivio, son solamente una solución de corto plazo, que no resuelve el problema de fondo al que se enfrentan. El envejecimiento poblacional requiere empezar a pensar en soluciones de un horizonte de tiempo más largo.
Los retos de los adultos
Por otra parte, menos de la mitad de la población de 50 años o más es formal y evidencia los retos que existen en torno a la protección de los adultos mayores. Por un lado, quienes se encuentran cerca de la edad de pensión (57 años mujeres, 62 hombres) pueden tener dificultades para cotizar si sus condiciones laborales no se lo permiten, lo cual implica que cuando lleguen a la edad de retiro no contarán con la protección suficiente para su vejez. Esta puede ser una de las razones por las cuales los adultos continúan trabajando más allá de la edad de pensión.
Por otro lado, quienes continúan trabajando a pesar de haber cumplido la edad de pensión también se enfrentan a retos, pues si son trabajadores informales, sus ingresos pueden ser inestables, lo que afecta su situación económica y, por ende, su bienestar en edades en las que son más vulnerables.
Para llegar a estas conclusiones, ANIF analizó los datos que la semana pasada el DANE compartió sobre los resultados de defunciones y natalidad para el primer trimestre de 2024, volviendo a poner sobre la mesa la discusión del cambio en la pirámide poblacional colombiana.
Para el periodo de estudio, se registró una disminución en los nacimientos de 14,6% con respecto al primer trimestre de 2023, lo que sugiere una reducción cercana a 25.000 bebés nacidos vivos. En contraste, las defunciones aumentaron 2,3%, es decir, un aproximado de 2.000 muertes adicionales. Esto refleja un envejecimiento de la población, situación que se ha venido observando los últimos años. Ante este aumento en la cantidad de adultos mayores en el país es importante pensar en estrategias que les ayuden a tener una buena calidad de vida.
En este documento se realiza una breve caracterización de la población de adultos de 50 años o más. El objetivo es tener un panorama sobre la situación en la que se encuentran para entender qué iniciativas deberían empezar a priorizarse para garantizar su bienestar. Al considerar que este grupo etario es heterogéneo, se desagrega la población entre los 50 y los 75 años en 6 subgrupos de 5 años cada uno y se agrupa la población de más de 75 años para analizar más detalladamente la población mayor.
Situación laboral
Para empezar, se analizó la situación laboral de estas personas. En términos de posición ocupacional de las personas de 50 años o más, se observa que, para todos los grupos etarios, el trabajo como cuenta propia es aquel que predomina. Llama la atención que, a medida que aumenta la edad, este tipo de posición incrementa su participación.
En efecto, mientras 47,2% de los adultos de 50 a 54 años son trabajadores cuenta propia, el porcentaje asciende a 78% en el grupo de más de 75 años. En contraste, la proporción de adultos ocupados como “obreros o empleados de empresa particular o gobierno” disminuye a medida que aumenta la edad del grupo poblacional. Específicamente, en el primer grupo, el 40% es un obrero o empleado, mientras que, en el grupo de más de 75, la proporción es de tan solo 7,3%.
Luego, se analizaron los resultados de la Encuesta MiPyme de ANIF, desagregando por los mismos rangos de edad, para determinar la relación que las personas de 50 años en adelante tienen con las empresas: si son tomadores de decisiones en alguna o, si son dueños, las razones por las cuales las personas decidieron emprender.
Por otra parte, un estudio de la Universidad Javeriana, ‘10 años del mercado laboral en Colombia 2013 - 2023 Un ejercicio académico del Observatorio Laboral y el Observatorio Fiscal’, señala que en los últimos diez años, Colombia ha experimentado cambios significativos en su estructura demográfica que han impactado directamente en el mercado laboral, hoy Colombia tiene una población más envejecida.
“Se ha observado una disminución en el porcentaje de niños, niñas y adolescentes, mientras que ha aumentado la proporción de todos los grupos de personas mayores de 25 años. La proporción que más creció es la de adultos mayores con un cambio desde el 11% al 15,3%, siendo el mayor crecimiento”, sostiene el estudio.
Considera el informe que “aun así, Colombia se encuentra en una fase de bono demográfico, esto es que la proporción de la población en edad productiva (personas mayores a 18 y antes de la edad de pensión) es mayor que la de dependientes (adultos mayores y niños). Este bono demográfico, que como vemos se está y estará reduciendo, puede ser aprovechado por el país dándole a estas personas las mayores capacitaciones y empleabilidad, logrando nutrir el sistema pensional presente con recursos para cumplir con sus obligaciones y minimizando las necesidades futuras de población sin pensión”.
Considera que “maximizar los efectos del bono demográfico debería ser central en un ambiente laboral dinámico y ante desafíos cada vez mayores de cambio climático, cambio tecnológico que supondrán creación y destrucción de puestos de trabajo y, quizá, de industrias enteras. El envejecimiento de la población plantea diversos retos para la economía y la sociedad colombiana. En primer lugar, la mayor proporción de adultos mayores supone mayores presiones sociales para la manutención de esta creciente población. Quienes durante su vida laboral fueron formales el tiempo suficiente para lograr requisitos pensionales, tienen pensión. Si el régimen que los pensionará es el público, una población más envejecida, supondrá más presiones fiscales”.
Los tomadores de decisiones
Los datos revelan que más de una cuarta parte de los tomadores de decisiones en las empresas tenían 50 años o más, lo cual evidencia su capacidad productiva. En términos de las razones por las cuales decidieron empezar con su empresa, la identificación de una oportunidad de negocio es la principal razón para todos los grupos etarios.
Ahora bien, la segunda razón más importante para la decisión de emprender varía entre grupos: i) para los adultos entre 50 y 70 años poder ejercer su oficio, carrera o profesión es la segunda que más pesó, ii) para el grupo de 71 a 75 años es la tradición familiar o la herencia, y iii) para lo de más de 75 años, es poder complementar el ingreso familiar y/o propio. Estos resultados son desalentadores, pues revelan que entre más edad tenga el adulto mayor, se enfrenta a más problemas económicos que los obligan a buscar ingresos adicionales.