La producción industrial siguió presentando un comportamiento regular al crecer apenas 0,9%, de acuerdo con los resultados de la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta (EOIC), de la ANDI. Asimismo, las ventas totales crecieron 1,5% y, dentro de éstas, las ventas hacia el mercado interno 1,8%. Si se excluye el subsector de refinación el crecimiento de la industria fue de 0,1%.
A pesar de que las cifras de producción y ventas se sitúan en terreno positivo, el crecimiento del sector se ubica aún por debajo de su potencial. De acuerdo con la ANDI, “al terminar los primeros tres meses del 2018, encontramos como positivo el repunte de los indicadores de demanda y un mejor clima de los negocios. En este sentido, el nivel de pedidos es superior al observado en el año inmediatamente anterior, y la percepción de los empresarios sobre la situación de las empresas y las expectativas sobre el inmediato futuro muestran un panorama más alentador”.
Señalan que la capacidad instalada se recupera frente a los últimos dos años, con niveles superiores al promedio histórico. Este escenario más optimista se traduce en intenciones de adelantar proyectos de inversión. Es así como el 45,4% de los empresarios afirma estar realizando este tipo de proyectos o planea hacerlo durante este año.
Inversiones
El principal objetivo de las inversiones que se realizan, según los encuestados, es la modernización tecnológica. Otros indicadores también muestran un panorama un poco más despejado. Las exportaciones totales crecieron 9,8% en los primeros tres meses del año y, dentro de éstas, las ventas del sector industrial aumentaron 5%.
Asimismo, el comercio al por menor crece a un ritmo de 5,3% acompañado de una mejora en el índice de confianza del consumidor. La prioridad ahora es focalizar los esfuerzos en la consolidación de la economía e implementar medidas de choque que impacten en el corto plazo.
De acuerdo con el DANE, el PIB creció 2,2% en el primer trimestre del año. Los resultados del PIB industrial, por lo contrario, son poco alentadores en tanto que fue uno de los sectores que registró una contracción con una tasa de -1,2% en el periodo de referencia. “Lo anterior nos refuerza la necesidad de una política de desarrollo productivo cuyo principal propósito sea generar un ambiente amigable a la inversión y al crecimiento”, sostienen los empresarios.
Por otra parte, en 2018 el indicador de uso de la capacidad instalada muestra una sólida recuperación pasando de 76,3% en marzo de 2017 a 79,7% en el mismo mes de este año, superando así el promedio histórico (76,3%). Respecto a los indicadores de inventarios y pedidos, encontramos que en el mes de marzo el 88,4% de la producción encuestada califica sus pedidos como altos o normales, muy por encima del indicador registrado en febrero del año pasado (81,8%). En el caso de los inventarios, estos son calificados como altos por el 16,1% de la producción manufacturera, también presentando una mejoría con respecto al mismo mes del año pasado.
Según la encuesta, el indicador de clima de los negocios refleja una recuperación en el mes, especialmente en las expectativas para los próximos meses. En el mes de marzo de 2018 el 59% de los encuestados calificó la situación actual de su empresa como buena, nivel superior al observado en el mismo mes de 2017 (55,1%).
Por su parte, el porcentaje de empresas que prevé una mejor situación en el inmediato futuro en marzo de 2018 se situó en 41,4%, nivel significativamente superior a la cifra presentada un año atrás (29,8%).
El indicador de rentabilidad de la EOIC sugiere un deterioro a partir de principios del 2017 como se observa en el siguiente gráfico. Al cierre del primer trimestre del año, el balance de rentabilidad operacional1 de las empresas manufactureras encuestadas es de - 23,1% frente a -15,1% registrado en el mismo periodo del año anterior.
En marzo de 2018, los principales obstáculos que enfrentaron los empresarios en el desarrollo normal de su actividad son en su orden: falta de demanda, seguido por costo y suministro de materias primas, volatilidad de la tasa de cambio, estrategias agresivas de precios y comercialización, contrabando e incertidumbre tributaria.