Los productores e industriales del cuero lanzaron un llamado de alerta al Gobierno nacional para que controle las importaciones de cuero para la fabricación de calzado o confecciones con el fin de evitar la quiebra de los ganaderos colombianos.
En días pasados, Luis Gustavo Flórez, presidente de la Asociación Colombiana de Industriales del Calzado, el Cuero y sus Manufacturas (Acicam), dijo que si bien las condiciones de globalización de los mercados han incrementado las importaciones de calzado, el principal problema que enfrenta actualmente el país es el precio con el que ingresan este producto.
Lo que resulta aún más preocupante es la deficiencia en los controles aduaneros.
“Se estima que el mercado nacional tiene una producción cercana a los 110 millones de pares de zapatos al año. De estos, se calcula que un tercio corresponde a contrabando y los dos tercios restantes son importados legalmente o son de fabricación nacional. El contrabando representa cerca de 35 millones de pares anuales y teniendo en cuenta las escalas de producción por empresa y el empleo generado en cada caso, se tendría que el contrabando de calzado le cuesta anualmente al país cerca de 19 mil empleos directos y unos 70 mil indirectos. Es decir, por causa de éste, la industria del calzado deja de generar anualmente cerca de 90 mil empleos”, aseguró el dirigente gremial.
Empresarios
En tanto, Ricardo Camelo, propietario de Manufacturas Rical Ltda., afirmó que este panorama es el resultado del negocio que tienen cinco empresas nacionales con administradores chinos, quienes se encargan de adquirir las existencias del cuero nacional.
“El problema que tenemos con el cuero es que hay cinco grupos económicos que tienen acaparada la materia prima y han hecho negocios en China. Entonces conseguir piel de ganado bovino en el mercado nacional es prácticamente imposible. Allá hacen los mismos productos que acá y se puede decir que son nuestra competencia directa, ya que al cuero le hacen unos procesos en lo que sacan dos pieles de una sola hoja y eso los hace más rentables. El negocio de ellos está en vender el cuero a un precio que el mercado interno no es capaz de adquirir; entonces, en mi caso, tengo que traerlo desde México y ya estamos haciendo contactos con Brasil”, explicó Camelo.
Los productores
Uno de los procesadores de cuero, Hermes Rojas, habló sobre las dificultades que viven quienes se dedican a transformar dicha materia prima tras el beneficio de los bovinos.
Agregó que desde hace un año el precio del kilo de cuero está en caída libre, es decir, antes la piel del ganado tras el sacrificio se comercializaba en promedio sobre los $1.700 o $1.800 el kilo, pero actualmente por esa misma cantidad no se pagan ni $1.000.
Rojas indicó que no entiende la razón para que haya una diferencia tan notoria en cuanto a la tarifa, por lo que considera que esos cambios se deben a la importación de calzado y productos de esta índole desde naciones como China o Brasil.
“Nosotros vemos con sorpresa que un kilo de ganado para sacrificio vale $4.500 o más, pero a nosotros ya no nos quieren pagar ni siquiera los mismos $1.700 que recibíamos el año pasado. Lo peor es que no entendemos a qué se deben esas disminuciones en los precios”, reveló.
Rojas explicó que el proceso de ellos no es sencillo, ya que además de comprar el animal para posteriormente sacrificarlo en la planta y extraer las canales para el comercio, deben someter la piel del animal a un proceso denominado ‘salar el cuero’, que lo deja apto para que posteriormente sea tratado en las curtiembres.