El Fondo Monetario Internacional (FMI), en las previsiones de crecimiento económico para Colombia, señala que en el 2023 el Producto Interno Bruto (PIB) será de 2,2 %. Para este año el país será el que tenga un mayor crecimiento, con 7,6 %, un aumento en las proyecciones frente a lo revelado a mitad de año, cuando señalaba que podría cerrar 2022 con un repunte de 6,3 %.
Sin embargo, para el próximo año el organismo prevé una desaceleración de la economía para Colombia y América Latina en general, pero sus números siguen siendo mucho mejores que los presentados por el Banco de la República (0,7 %).
A finales de septiembre el Emisor elevó la proyección de crecimiento a 7,8 % para este año, sin embargo, la previsión para el 2023 quedó en 0,7 %, cuando inicialmente apuntaba a 1,1 %.
José Ignacio López, director de investigaciones económicas de Corficolombiana, dijo a EL NUEVO SIGLO que estaría más del lado de las previsiones del FMI. “Respecto a la revisión de crecimiento del equipo técnico del Banco Central para el año entrante, considero que es una revisión dura. Por ahora nosotros no hemos rebajado tan fuerte nuestra proyección”, sostuvo el experto.
Añadió que “consideramos que el crecimiento será del 1,8 % desde el 2 %, esto como resultado de una actividad económica que se empieza a desacelerar como consecuencia de un contexto externo difícil, que se refleja en el tipo de cambio, así como las primas de riesgo de Colombia y por tanto las tasas de interés de largo plazo”.
"Además, hay que tener en cuenta que la inflación sigue siendo persistentemente alta, lo que obligaría al Banco de la República a continuar aumentando sus tasas a corto plazo. Todo esto induciría a una desaceleración del gasto de los hogares, que ha sido el gran motor de la economía colombiana”, agregó López
Por su parte Sergio Olarte, jefe de investigaciones económicas de Scotiabank, dijo a este medio que “el Banco de la República bajó el crecimiento el próximo año, en primer lugar porque subió el del 2022, por lo que la base estadística es mucho más alta. En segundo lugar, se está esperando una desaceleración significativa, especialmente en el consumo privado”.
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Consumo hogares
Según el Emisor, el ritmo de actividad económica en lo corrido del año ha superado sistemáticamente los pronósticos del equipo técnico y del mercado. Este dinamismo ha obedecido al fortalecimiento de la demanda interna, jalonada principalmente por el elevado crecimiento del consumo de los hogares. Sobre esta base el equipo técnico aumentó el pronóstico de crecimiento real del PIB para 2022 de 6,9 % a 7,8 %.
Por el contrario, el indicador de seguimiento de la economía (ISE) y varios indicadores para el tercer trimestre comienzan a mostrar señales de desaceleración de la actividad productiva.
El Banco considera que esa tendencia podría reforzarse en los próximos meses como consecuencia del agotamiento de los efectos de la demanda represada pospandemia, los efectos de la mayor inflación sobre el ingreso real, un menor impulso fiscal y la postura restrictiva de la política monetaria. Teniendo todo esto en cuenta, y los riesgos asociados a un contexto internacional adverso, el equipo técnico revisó su pronóstico de crecimiento para el 2023 de 1,1 % a 0,7 %.
Previsiones OCDE
De otra parte, cabe resaltar que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reveló hace algunas semanas en su informe sobre el rendimiento de sus indicadores económicos avanzados que Colombia resalta como la segunda mejor economía de los países de la región, por detrás de México y por delante de Chile y Brasil, país no miembro.
En cuanto a las revisiones de crecimiento económico, el organismo ubicó al país con un PIB para el 2022 de 6,1 %, mientras que para el 2023 son de 2,1 % muy cercano al dado por el FMI.
Para América Latina
Entre tanto, el FMI mejoró ligeramente sus previsiones de crecimiento para América Latina y el Caribe para este año a 3,5 % pero bajó el pronóstico para 2023 a 1,7 %, en un contexto de alta inflación y guerra en Ucrania.
El informe de Perspectivas de la Economía Mundial expresó preocupación y advirtió que los riesgos siguen siendo "inusualmente grandes". El antídoto del FMI pasa por "mantener el rumbo" de la política monetaria para restablecer la estabilidad de precios.
Lo que más le preocupa al organismo crediticio es la persistente inflación, tanto en las economías desarrolladas como en las emergentes. El índice promedio alcanzará 6,6 % a nivel global a finales de año, y eso sin contar los precios de los alimentos y de la energía, más volátiles, que se dispararon como consecuencia de la guerra en Ucrania.
Para 2022 la estimación para América Latina y el Caribe es de 3,5 % de crecimiento del PIB, es decir un aumento de 0,5 puntos porcentuales (pp) en comparación con los pronósticos de julio, mientras que para 2023 es de 1,7 % (-0,3 pp), anunció el FMI con motivo de sus reuniones anuales en Washington.
La mejora de la región este año se debe a una actividad más fuerte de lo esperado en la primera mitad de 2022.
“Los precios favorables de las materias primas, las condiciones de financiamiento externo aún ventajosas, y la normalización de las actividades en los sectores de contacto (humano) intensivo" han impulsado el crecimiento, señala.
La industria que requiere un alto contacto directo entre personas engloba, por ejemplo, a restaurantes, tiendas minoristas o el transporte público.
Sin embargo, el FMI prevé una desaceleración a finales del 2022 y 2023 a medida que "se debilita el crecimiento en países socios, las condiciones financieras se endurecen, y los precios de las materias primas se moderan".
Brasil y México, primera y segunda economía regionales respectivamente, crecen menos de la media, pero salen bien paradas en los pronósticos en comparación con otras naciones emergentes.
Para Brasil, en plena campaña para el balotaje presidencial del 30 de octubre, el FMI vaticina un crecimiento de 2,8 % para 2022 (+1,1 pp respecto a la previsión de julio) y de 1 % en 2023 (-0,1 pp). La proyección para México, en tanto, es de 2,1 % este año (-0,3 pp) y de 1,2 % el que viene (sin cambios).
De otro lado Venezuela, tiene una proyección de expansión de 6 %, seguida por Uruguay, con 5,3 %; Argentina, con 4 %; Bolivia, con 3,8%; Ecuador, con 2,9 %; Brasil, con 2,8 %; Perú, con 2,7 %; Chile, con 2 %, y Paraguay, con 0,2 %.
Para 2023 el mejor desempeño sería para Venezuela, con 6,5 %; seguido por Paraguay, con 4,3 %; Uruguay, con 3,6 %; Bolivia, con 3,2 %; Ecuador, con 2,7 %, y Perú, con 2,6 %.
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El rumbo de la inflación
De acuerdo con el organismo, en el caso de los países desarrollados el Índice de Precios al Consumidor (IPC) llegará a 7 % en el 2022 y a 3,2 % en el 2023. Para el caso de Estados Unidos, esta cifra llegará a 6,4 % y 2,3 %, respectivamente, mientras que la eurozona tendría registros de 8,8 % y 4,5 %, en ese mismo orden.
Para el caso de América Latina y el Caribe, que cerró 2021 con una tasa del IPC sobre 11,6 %, concluiría el periodo actual con una tasa de precios al consumidor de 14,6 % y de 9,5 % para el 2023. Las naciones que sufrirían más con el encarecimiento del costo de vida son Venezuela, con 220 % de inflación; seguido por Argentina, con 95 %; Chile, con 12,2 %; Colombia, con 11 %; Uruguay, con 8,9 %; México, con 8,5 %; Perú, con 6,8 %; Brasil, con 6 %; Bolivia, con 4,2 %, y Ecuador, con 3,8 %.