EL ANUNCIO de la petrolera Parex de que este año invertirá menos recursos para sus operaciones en el país, así como la decisión de Canacol Energy de vender sus activos de gas en el país, son las muestras más recientes sobre el panorama de inversión en el país, que en 2023 cayó 24,8 % afectando todos los sectores principalmente en el de infraestructura, petróleo y gas, así como en minería, provocando un pobre resultado del PIB con 0,6 %.
Sin duda la reforma tributaria implementada por el Gobierno generó un alto impacto en el sector petrolero, incrementando la carga impositiva y, como resultado, los niveles de inversión se han ajustado para cubrir este mayor gasto. No en vano, este sector cerró el año 2023 con una caída del 5,7 % de inversión, de acuerdo con datos de Campetrol.
En el caso de Parex, las inversiones de la petrolera canadiense sumarían este año un promedio de US $410 millones, es decir 15 % menos a la registrada en 2023 y el 75 % de esta inversión irá a bloques operados por la empresa.
A esta situación con el sector petrolero que ha sido bastión de la economía colombiana en los últimos años, se le suma la incertidumbre política; el aumento del gasto público, las tensiones frente a la política de vivienda y el cese de contratos de exploración de hidrocarburos, entre otros, repercutieron de forma negativa en la confianza de los agentes en el mercado colombiano. Esto afectó el desempeño de la economía, particularmente el de la inversión que tuvo uno de los decrecimientos más fuertes de la historia reciente.
Las alertas
Ahora bien, a todo esto, se suman las alertas emitidas en un reciente informe del BBVA Research, que establece que durante 2022 y 2023, el país quedó con una de las tasas de inversión fija más bajas del mundo, superando levemente el nivel de los países de ingresos bajos. Esto, basado también en cálculos del Banco Mundial.
Mauricio Hernández, economista de BBVA, sostiene en su blog de análisis que “desde que se conocieron los resultados de crecimiento de 2023 se ha venido hablando de la fuerte caída de la inversión y de la necesidad de incrementarla. Pero, ¿es realmente baja la tasa de inversión? La respuesta es un rotundo sí. No solo cuando se compara con nuestra historia, sino también cuando se hace con otros grupos de países”.
Señala el experto que “en promedio, la tasa de inversión fija del país entre 2005 y 2019 se ubicó en 21,2 % del PIB y su nivel máximo se dio en 2014, cuando llegó a un 23,4 %. En contraste con estos valores, en los dos últimos años, la tasa fue de 19,6 % en 2022 y 17,8 % en 2023. De cada 100 pesos de ingreso, muy poco se reinvirtió”.
Asegura que “respecto a otros países, los datos también muestran una brecha significativa. Primero agrupemos los países por ubicación geográfica, desde los más al oriente del globo, pasando por el Mundo Árabe, África y Europa, para llegar a lo más occidental, en donde estarían los países de América. En esta clasificación, el Mundo Árabe y América Latina tienen las tasas de inversión más bajas (en 20,4 % del PIB). Al contrario, regiones como Asia Oriental y Pacífico (en 35,4 %) o Asia Meridional (en 28,2 %) lideran las cifras, con elevados resultados en crecimiento que demuestran la importancia de la inversión”.
¿Se revertirá la tendencia?
El economista argumenta que “paralelamente, agrupamos los países por nivel de ingreso, pues muchos dirían que Colombia no tiene la capacidad de invertir siendo un país de ingreso medio. En esta agregación, los países de ingreso bajo (18,8 %) tienen la menor tasa de inversión. Pero, los países de ingreso medio invierten más de un 30 % de su PIB”.
Recalca Hernández que “así como una familia no logra aumentar su patrimonio futuro si no ahorra para invertir, el país tampoco podrá aumentar su capacidad de crecer si no aumenta su inversión. ¿Qué se debe hacer? Aumentar el ahorro privado y público y acelerar los planes de inversión en infraestructura logística y social desde los gobiernos nacionales y territoriales. Y debe hacerse desde ya”.
Respecto a esta misma situación, Juana Téllez, economista del mismo banco, señala que “el bajo dinamismo de finales de 2023 solo se empezará a revertir gradualmente en la segunda parte de este año. Esa reversión estará anclada en el consumo de los hogares, la inversión en maquinaria y equipo y la inversión en obras civiles, principalmente. Todas estas están apoyadas en las mejores condiciones financieras, monetarias e inflacionarias que experimentarán los hogares y las empresas. Así, este año irá de menos a más, pero podría ir de menos a más si la inversión gana más tracción, lo que dependerá de temas que van más allá, como perspectivas del país a mediano plazo en términos de crecimiento, fiscales, regulatorios e inflacionarios, por nombrar algunos. El sector público es clave en la generación de crecimiento también tanto en solitario como acompañando la inversión privada”.
Construcción e industria
Con razón Julio Romero, economista jefe de Corficolombiana, dice en un reciente comentario que “una alta relación de inversión/PIB es deseable porque nos va a permitir crecer más a futuro, en la medida que estaríamos ampliando nuestra capacidad de producción. Y una tasa de inversión baja nos dice que vamos a tener problemas para crecer en el largo plazo”, explicó.
Y señala que los sectores intensivos en capital, como infraestructura, como vivienda, hidrocarburos y la industria manufacturera, son justamente los que están golpeados, exceptuando hidrocarburos, que es el único que no ha tenido crecimientos negativos.
“Construcción e industria están en terreno negativo desde hace casi un año y eso es lo que explica el por qué la tasa de inversión en Colombia cayó de forma tan fuerte, a niveles por debajo del 18 % del PIB en 2023. Mencionaría también que esto no es resultado solo de las tasas de interés altas”, indicó.
Las tareas por hacer
Entre las tareas por hacer, sobresalen las siguientes, de acuerdo con el Bancolombia:
- Una mayor vinculación del país en las cadenas de valor globales le permitirá aprovechar el desarrollo del nearshoring.
- El gran potencial de sectores como el agrícola, con las requeridas inversiones para promoverlo, ofrece un amplio espacio de crecimiento y desarrollo para el país.
- La distribución geográfica del país, con varias ciudades de tamaño relevante y formando nodos geográficos en diferentes regiones del país, permite escalar inversiones enfocadas en los distintos centros de producción y consumo.
- Bajar los intereses, una tasa de interés real más alta, no solo en Colombia, sino a nivel global, puede limitar la capacidad de recuperación de la economía, especialmente de la inversión.
- Acabar con la incertidumbre en torno a las reformas sociales y económicas.
- Los desbalances macroeconómicos y sus implicaciones en la calificación soberana se deben cuidar.
- El ancla de todas estas tareas pendientes es la inversión. Hay que acelerar la inversión. Es la condición necesaria, y casi suficiente, para aumentar el crecimiento potencial de la economía, reducir la pobreza e incluir a más personas al mercado laboral.