Cuando actualmente se discute en el país sobre la ejecución de los subsidios de vivienda y su conveniencia, 5,28 millones de hogares carecen de una unidad residencial propia, de acuerdo con la Encuesta de Calidad de Vida (ECV).
En el último informe del Dane que corresponde a 2022, se destaca que esta cifra corresponde al 30,4% del total nacional de hogares, que se encontraba en déficit habitacional. Sin embargo, el documento señala que la medición excluye a los hogares que habitan en viviendas étnicas o indígenas, con el fin de aplicarles una metodología que reconozca las particularidades de su naturaleza estructural y de habitabilidad.
Según el Dane, el déficit cuantitativo identifica hogares que residen en viviendas con deficiencias estructurales y de espacio, para los cuales es necesario añadir viviendas nuevas al stock total en el país de manera tal que exista una relación uno a uno entre la cantidad de viviendas adecuadas y las familias que requieren alojamiento.
Programas
Debido a esto, los programas de política pública destinados a atender este déficit son los que fomentan la construcción de nuevas unidades como Mi Casa Ya, que funciona bajo un esquema de incentivo a la demanda, o en el pasado, el Programa de Vivienda Gratuita, a través del cual se asignaba una vivienda a los hogares beneficiarios.
Actualmente, el número de hogares que se encuentran en este grupo alcanzan los 1,27 millones, equivalente a un 7,3% del total nacional.
De otro lado, el déficit cualitativo identifica a los hogares que residen en espacios que requieren mejoramientos o ajustes para cumplir con condiciones de habitabilidad adecuadas. Este último, según el informe, se puede mitigar realizando intervenciones que solventen las deficiencias de los componentes asociados. En este orden de ideas, en el 2022, 4 millones de familias se encontraban en déficit cualitativo, lo que equivale al 23,1% del total nacional de hogares.
De acuerdo con un informe de Asobancaria, en Colombia, dentro de la política pública de vivienda los programas de mejoramiento no han tenido tanto protagonismo como aquellos que promueven la construcción de viviendas nuevas; no obstante, desde hace décadas, los gobiernos han realizado esfuerzos por desarrollarlos e implementarlos.
De allí que Bogotá y Medellín son los dos centros urbanos más grandes de Colombia, los cuales se han visto en la necesidad de desarrollar estrategias para reducir la autoconstrucción y los asentamientos informales, todo ello en un contexto en el que las dinámicas de migración, como en el caso de Bogota, han derivado en el crecimiento de la informalidad. Estas iniciativas de política pública se han originado desde los gobiernos locales.
A nivel nacional en los últimos años se implementó el programa de mejoramiento “Casa Digna, Vida Digna” el cual benefició a más de 600 mil hogares entre 2018 y 2022, otorgándoles acceso a titulación, mejoramientos de vivienda y entorno. Actualmente “Cambia Mi Casa” (CMC), un programa lanzado recientemente, busca ser líder en esta materia.
Políticas
Durante los últimos años en materia de política pública se han establecido programas de mejoramiento de vivienda enfocados en la disminución del déficit cualitativo para garantizar condiciones de habitabilidad a los hogares. En este sentido, una de las metas propuestas dentro del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2022- 2026 es reducir el déficit habitacional en 26% mediante el fomento a la construcción y comercialización de viviendas nuevas gracias a Mi Casa Ya y mejoramientos en viviendas que se encuentran en un entorno urbano y rural. Es así como nace el programa Cambia Mi Casa, que de manera general busca establecer una política integral de mejoras en hogares y de acceso a servicios públicos.
Este programa tiene como finalidad beneficiar a 400 mil hogares que se encuentren registrados en el Sisben, brindando subsidios de hasta 22 salarios mínimos según el mejoramiento que requiera la vivienda. Los principales actores involucrados son las familias que viven en condiciones poco habitables, las organizaciones comunitarias quienes se encargarán de realizar la ejecución de las obras y las entidades territoriales.
En definitiva, el déficit habitacional en Colombia es una problemática que puede ser atendida a través del esfuerzo de diversos sectores de la economía. Este no es un desafío reciente, de hecho, ha sido atendido por el Gobierno Nacional y los gobiernos locales mediante el diseño de programas que ayudan a la mejora de las condiciones de habitabilidad de las viviendas. Un ejemplo de esto son las políticas de mejoramiento implementadas en Medellín y Bogotá.