Llantas, riesgos y precauciones | El Nuevo Siglo
Sábado, 8 de Noviembre de 2014

La emergencia ambiental que se vivió esta semana en la capital del país por cuenta del incendio de una bodega en la que se almacenaban miles de llantas usadas, debe prender las alarmas de las autoridades distritales y nacionales respecto a cómo se está manejando este tema.

 

Lamentablemente en Colombia no hay una cultura ciudadana alrededor de la disposición responsable de las llantas cuando cumplen su lapso de vida útil o se dañan. Es común ver en cada esquina de cualquier calle o predio abandonado muchas estas cubiertas de caucho tiradas. Incluso, por estos días se han escuchado denuncias de ciudadanos del común según las cuales ni siquiera los carros recolectores de basuras las cargan, aduciendo que son los productores de llantas los que deben disponer de ellas y para ello existen mecanismos y recursos ya definidos. En varias ciudades de clima tropical también se han lanzado alertas porque estas llantas al ser tiradas a las calles y pastales, acumulan agua lluvia y se convierten en criaderos de mosquitos que transmiten enfermedades endémicas como el dengue, entre otras.

Si bien es cierto que hay normas sobre cómo se debe disponer adecuadamente de las llantas, y cuál su proceso de destrucción y reutilización de los materiales recuperables, la verdad es que en la mayoría de los casos no se cumplen esos procedimientos. La ciudadanía desconoce cómo proceder y mientras ello sea así no hay reglamentación que funcione por más infraestructura que los productores monten para la recolección de las cubiertas usadas o dañadas.

Es hora, entonces, de aplicar medidas de fondo para enfrentar esta problemática. Los depósitos llenos de llantas se extienden por todo el país, muchos de ellos sin cumplir las mínimas normas de seguridad industrial y prevención de accidentes. Tras lo ocurrido en Bogotá, queda en evidencia que estos sitios son verdaderas bombas de tiempo que pueden explotar en cualquier momento, generando tragedias humanas y ambientales graves. Las autoridades nacionales y distritales tienen la palabra.