* Los mercados financieros al alza
* Europa lucha con coraje por su destino
Los gobiernos y los centros financieros internacionales han seguido con la más viva preocupación la evolución de las negociaciones económica en el seno de la Unión Europea. La situación social en Grecia se ha convertido en la vitrina de lo que se puede repetir en otros países de UE, de tomarse intempestivas medidas de ajuste que conduzcan a la población a una involución en su calidad de vida. Las protestas tumultuosas en las ciudades griegas y la suma de las que han provocado los indignados en los países que se encuentran en capilla para aplicarles medidas de ajuste, son la prueba de los peligros que encierra imponer en épocas de crisis medidas contractivas y frenar el gasto público. Por necesarias que puedan ser estas decisiones económicas conllevan un detonante desestabilizador. Así que en la intimidad del debate entre los jefes de Estado de las potencias, debió pesar seriamente el riesgo de apretar las tuercas como querían algunos economistas alemanes y consejeros de la cancillera Ángela Merkel, con la inminente posibilidad de asfixiar las finanzas en rojo de Grecia. Así que, finalmente, las decisiones tomadas por los jefes de Estado de las potencias, incluida la Cancillera de Alemania, buscaron la sabía línea media de condonar gran parte de la deuda de Grecia y extender a los bancos la responsabilidad de sanear sus reservas y compartir parte de la deuda, puesto que tienen una gran responsabilidad en cuanto a los efectos perniciosos que han afectado las altas finanzas y el bolsillo de la población, particularmente de los mas pobres.
Es de anotar que apenas el anuncio de la posibilidad de aumentar la edad de jubilación en Italia, como exigencia para sanear el gasto público en ese país, puso a tambalear el gobierno de Silvio Berlusconi, incluso produjo declaraciones destempladas del jefe de la Liga Norte, que explicó que de aceptar la exigencia del Banco Central de la UE, el gobierno se lanzaría a un precipicio. Así que es claro que el problema de las medidas a tomar para solventar la economía de los países cuya deuda crece día a día y puede conducir a un descalabro de las finanzas públicas y privadas, no es exclusivamente financiero, tiene hondo contenido político y consecuencias de la misma índole, que pueden llegar a ser desestabilizadoras en donde se equivoquen los economistas de la banca oficial.
Por lo mismo, los mercados financieros han reaccionado positivamente al difundirse las noticias del acuerdo político-económico de Bruselas. La confianza ha triunfado sobre la incertidumbre y el pesimismo de los inversionistas. Se le perdona a Grecia parte de la deuda, que era a todas luces impagable, al tiempo que los bancos de la eurozona se comprometen a sanear sus portafolios, manejar con sumo cuidado los préstamos y fortalecer las entidades, para evitar descalabros que agudicen la crisis. Claro, de lo que se trata es de evitar que en los países más endeudados se repita la debacle griega que ha mantenido en vilo a la UE en los últimos meses. Es de destacar la inteligencia, la cautela, la solidaridad y cierto pragmatismo que han privado en los grandes conductores europeos por solventar de nuevo a la UE y devolver la confianza a los pueblos. En cierta forma lo que de momento consiguieron los jerarcas europeos, Alemania y Francia, es un acuerdo con la banca que determina que ellos también pongan, lo que les permite compartir los gastos para salvar a Grecia. Así como se espera que los países en apuros de la UE tomen las medidas necesarias y más urgentes para fortalecer sus finanzas. Lo cierto es que los europeos han tomado conciencia de que se juegan el destino y que es preciso hacer sacrificios, para conseguir que no se apaguen los altos hornos y siga la producción de bienes, sin golpear tan severamente a la población que debe tener recursos para consumir y contribuir a la recuperación, que no depende en exclusiva de los mercados extranjeros.