Hacer parte del sector náutico con un tinte más global, acorde con las prácticas mundiales de mercados como Europa, Estados Unidos y algunos países en Latinoamérica, le exige a Colombia tener la visión correcta de este negocio y poder explorar un servicio que hasta ahora no ha sido consumido de acuerdo con su potencial.
Con el objetivo de unir oferta con demanda, y de tumbar el mito de que el momento más feliz de un propietario de un bote es cuando lo compra y luego cuando lo vende, Nauty 360 se convierte en la mejor opción para que un propietario que no usa de manera permanente su bien (cubriendo altos costos de mantenimiento), pueda ponerlo en alquiler en el sitio y que la empresa como intermediaria cubra una necesidad con la mejor de las experiencias para el usuario.
El negocio busca cubrir dos necesidades: primero, para los dueños de las embarcaciones, generando ingresos por un activo de altos costos; y segundo, para el usuario, con la oportunidad de disfrutar de una experiencia que hasta ahora se pensaba era demasiado costosa y destinada a un grupo exclusivo de personas.
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En este sentido, Juan Carlos Moniz, director ejecutivo de Nauty 360, comentó que “En Colombia el mercado náutico es altamente desorganizado e informal; donde los usuarios pagan sobrecostos hasta de 100% o 200% sobre el valor real del mismo, se montan en un bote del que no saben si está certificado para operar, si cuenta con implementos de seguridad, suficientes chalecos en caso de un accidente, si están amparados por alguna póliza de seguro, para cubrir en caso de un siniestro durante la experiencia. Estamos listos para aclarar todas estas dudas a los usuarios y buscamos aportar para regularizar este sector en Colombia”.
Con 412 botes afilados y más de 46 destinos cubiertos, Nauty 360 trabaja por incrementar su portafolio, pero sin descuidar el servicio para ofrecer experiencias inolvidables mientras divide sus operaciones entre Cartagena y Miami.