Dos millones de bogotanos no tienen seguridad alimentaria | El Nuevo Siglo
El Banco de Alimentos de Bogotá trabaja constantemente con agricultores de zonas rurales para llevar alimentos frescos a las comunidades más necesitadas. / Cortesía BAB
Viernes, 23 de Agosto de 2024
Redacción Bogotá

EL NUEVO SIGLO: ¿Podría contarnos brevemente sobre el Banco de Alimentos de Bogotá y su misión?

Padre Daniel Saldarriaga: Es una iniciativa que nació hace 23 años, que ha permitido socorrer a muchos que necesitando y queriendo ayudar, han podido contar con nosotros para que los productos que no alcanzan a comercializar o los productos que detectan que tienen muy bajo precio y poca oportunidad de ser comercializados, en lugar de que los destruyan, nos los donan.

Tenemos la oportunidad de estar ayudando este año a más de mil organizaciones y hemos entregado más de 12.5 millones de kilos de producto. De esos, 2.2 millones de kilos los hemos salvado a través de campesinos que tienen excedentes de cosecha y les reconocemos un valor de salvamento, así como también de los comerciantes de la Corporación de Abastos de Bogotá que han decidido que menos comida vaya a los contenedores para que más comida se vaya para nuestros comedores.

ENS: ¿Qué compañías están apoyando esta causa actualmente?

PDS: Tenemos grandes donantes, como Alpina, Nutresa, Alquería, Postobón, entre otros, y estamos logrando con 47 universidades tener alrededor de 1.712 estudiantes que nos ayudan a fortalecer las organizaciones que socorremos. Ya llevamos más de 4.500 voluntarios que nos ayudan a hacer la tarea para seleccionar los productos y armar paquetes alimentarios. 

Hemos tenido benefactores que nos han permitido llegar al Chocó, al Cauca, al Pacífico, a la costa Atlántica en algunos rinconcitos, sobre todo Valledupar y La Guajira, así como por los lados de Bucaramanga y Cúcuta. Hemos podido llegar a Ibagué, Espinal, Neiva, Villavicencio y Zipaquirá.

Logramos hacer posible, con las organizaciones y con los productos que salvamos, ayudar a muchos comedores, jardines, programas de adulto mayor, para personas con discapacidad y muy especialmente programas donde hay familias que reciben las ayudas y que recuperen el valor de sentarse a la mesa.

Hemos logrado también a través de www.bancodealimentos.org.co que para muchas personas sea posible donar y dar desde pequeños hasta grandes valores en dinero que nos permiten hoy en día comprar el 40 % de los productos que entregamos, sin ganar nada.

ENS: ¿Cómo ha evolucionado el Banco de Alimentos desde su fundación hasta el día de hoy?

PDS: En estos 23 años superamos los 283 millones de kilos de producto y hemos ido logrando acercarnos a fuentes en las que hemos identificado gente muy pobre que asegura que para los colombianos nunca falta alimento, y son los campesinos nuestros grandes productores de alimentos en el campo. 

ENS: ¿Cómo recibe la llegada del programa Bogotá sin Hambre 2.0? 

PDS: Me parece que es una iniciativa muy pensada y muy gruesa. Creo que han estructurado muchas cosas muy interesantes, están haciendo una apuesta queriendo destinar un recurso bien importante, tanto en dinero como en talento de personas.

ENS: ¿Los subsidios otorgados por el Distrito y el Estado son suficientes para mantener una buena alimentación?

PDS: Posiblemente para muchos ese subsidio pueda ser una ayuda, pero la ilusión es que inventemos más trabajos, que logremos más salarios, que hagamos salarios más justos y que la gente sienta que satisfacer la necesidad de su alimento es fruto de estar poniendo todo lo que está en sus manos para contribuir a una sociedad más justa y a una sociedad con mejores oportunidades para todos.

ENS: ¿A qué se debe que en una ciudad como Bogotá haya tanta hambre?

PDS: Hay un fenómeno que hace que haya tanta hambre en nuestro país, en nuestra ciudad y en los países donde hay hambre en el mundo. Mucha gente ha sido desplazada en nuestro país y difícilmente todos han encontrado oportunidades de trabajo. 

Muchos han estado dependiendo de que les ayuden con algo o de quienes den algo. Pero necesitamos que se puedan dar más oportunidades de trabajo y de desarrollo. 

Cuando una persona no come, se enferma, se estresa. Beatriz Londoño, siendo directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, insistía en que, si logramos que los niños coman al comienzo del día, esos niños no dejan de estudiar, aprenden, compiten, socializan y pueden llevar una vida saludable. 

Nosotros tenemos muchas mamás y muchas familias que con lo que ganan no es suficiente para poder asumir su vivienda, los servicios públicos, los transportes, algo de educación y la alimentación.

ENS: ¿Cuántos alimentos se pierden en Bogotá diariamente?

PDS: Pueden ser más de 2 millones de personas que no tienen seguridad alimentaria en nuestra ciudad y se calcula que en nuestro país, en la última medición que hicieron, el desperdicio de lo que no se aprovecha sea cerca de 9.76 millones de toneladas.

Allí hay una oportunidad muy grande. Seguramente con lo que significa el desperdicio de alimentos se pudiese superar en más del 50 % la necesidad de toda esa comunidad que no tiene alimentos, pero esto implica más trabajo de buena voluntad.

Yo les insisto, ojalá los tenderos, panaderos y quienes tienen pequeños comercios de alimentos puedan identificar cerca de ellos a personas que pasan necesidades. Ojalá cuando llevemos una pizza a nuestra casa o hacemos una buena lasaña, si sabemos que no nos la comemos toda, compartamos con el de la portería del conjunto, con esta señora que a veces nos ayuda en la casa y así como nos dejó hecha la lasaña para los que van a venir a nuestra casa a comer, que ella lleve también un poco de lasaña y que sus hijos y su familia también disfruten de lo que en nuestra casa disfrutamos. 

ENS: ¿Qué tan buena es la cultura de donación de alimentos de los bogotanos?

PDS: La cultura de generosidad y de donación aquí en Bogotá es un tema al que le ha faltado  información. No es que la gente sea tacaña o egoísta, muchos están ayudando en muchas causas, pero muchos no saben que existimos.

Lo que nosotros llevamos movido en este solo año equivale a 12.5 millones de kilos de producto. Esto se ha llevado a más de mil organizaciones que apoyamos y donde hay más de 350.000 personas.

Una buena parte de estos productos se mueve en Bogotá, es más del 75 %; otra parte en Cundinamarca, que es cerca de un 14 %, y con aproximadamente un 10 % logramos llegar a veces a todo ese litoral del Pacífico, Tumaco, Chocó, Valledupar, La Guajira, Bucaramanga, Cúcuta y estas ciudades que he mencionado tienen banco de alimentos. 

ENS: ¿Cuál es la invitación a los lectores de EL NUEVO SIGLO?

PDS: Ojalá apoyemos al alcalde y le ayudemos a vivir con alegría todos los propósitos que tiene fijados para estos cuatro años. Ojalá que algunos que apoyan al Banco de Alimentos o quieren apoyarlo, vengan y conozcan lo que estamos haciendo. Lo público no alcanza a ser toda la solución, los privados en los países desarrollados viven la alegría de ser actores y gestores de cambio para que pasen de verdad las cosas que necesitamos.