Durante más de dos décadas, el Banco de Alimentos de Bogotá (BAB) ha trabajado incansablemente para garantizar la seguridad alimentaria de los colombianos en situación de vulnerabilidad. El camino ha sido arduo, pero la generosidad, esfuerzo y constancia de muchos ha permitido en 22 años movilizar 259.186.323 kg de productos y rescatar 23.525.266 kg de frutas, verduras y hortalizas, con la solidaridad de 44.335 voluntarios.
En este sentido, la misión ha sido clara: garantizar que cada persona tenga acceso a una alimentación básica balanceada. En estos veintidós años de trabajo constante, se han fortalecido los proyectos de nutrición integral para favorecer a los niños en edad escolar, y tejiendo comunidad apoyando a miles de familias con mercados.
Es importante mencionar que, han consolidado acciones de agricultura sostenible con las familias campesinas en 20 municipios aledaños a Bogotá a través del Programa de Recuperación de Excedentes Agrícolas (PREA). De igual manera, han impulsado la cultura de reducción de desperdicio de alimentos con los comerciantes de la central de abastos más grande de Colombia: Corabastos. Poco a poco se han implementando estrategias y aunando esfuerzos para cumplir con los Objetivos De Desarrollo Sostenible (ODS).
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“El panorama actual es poco alentador, la incertidumbre económica, la situación de orden público y el cambio climático siguen incrementando el hambre y la inseguridad alimentaria en nuestro país. En Colombia, más de 15,5 millones de personas sufren por la falta de alimentos y más de 560 mil niños y niñas menores de cinco años padecen desnutrición crónica. Hoy, en nuestro vigésimo segundo aniversario, renovamos nuestro compromiso de servir a quienes más lo necesitan, para combatir el hambre y promover la seguridad alimentaria en nuestro país,” asegura el padre Daniel Saldarriaga Molina, director ejecutivo del Banco de Alimentos de Bogotá.
El BAB agradece mediante su comunicado oficial a todos los que a lo largo de estos 22 años han sido parte de su historia y han contribuido al éxito de la tarea diaria. El apoyo y solidaridad continua es vital para enfrentar los desafíos actuales, el llamado sigue siendo el mismo: articular esfuerzos, solo trabajando en sociedad se podrá garantizar un alimento digno para todos.