EL NUEVO SIGLO: Ante la cantidad de gobernadores y alcaldes entrantes que están planteando reformar el Pico y Placa, ¿no sería mejor expedir una ley marco general desde el Congreso?

FERNANDO REY VALDERRAMA: Es muy complicado porque de todas maneras esas leyes son muy generales y pone a los alcaldes, de acuerdo con sus necesidades, a hacer la reglamentación del proceso.

Entonces, el tema es que cualquier ley que se expida queda al referéndum de que los alcaldes la modifiquen o la acomoden, de acuerdo con sus necesidades.

No es una solución sacar una ley desde el Congreso en ese sentido. Me parece que el tema es más regional y cada alcalde debe tener, de acuerdo con sus necesidades, la reglamentación del proceso.

Además, Bogotá no sabe qué más inventarse en términos de Pico y Placa. Cada alcalde llega y dice: «bueno, vamos a manejar esto de acuerdo con unos estudios», que es lo que está diciendo Galán en Bogotá.

¿Qué estudios hay? Lo que pasa es que hay que correr en la implementación de los trenes de cercanías, hay que manejar el tema de cómo se reorganizan algunas rutas de transporte público, de acuerdo con las demandas de origen y destino, pero hay que impulsar los trenes Regiotram del Norte y Regiotram de Occidente.

ENS: ¿Se debe limitar la autonomía de los alcaldes para restringir el tráfico automotor en sus localidades, sobre todo ante el fortalecimiento de áreas metropolitanas en las ciudades región?

FRV: Yo creo que eso hay que coordinarlo con el Ministerio y con las Secretarías de Movilidad departamentales. Un alcalde, por más que tenga dificultades, no puede llegar y decir: «mañana por aquí únicamente pasan los de Pico y Placa tales, no…»’.

La medida hay que mirarla en conjunto, no es manera de manejarlo unipersonalmente, tiene que ser concertado con el Ministerio y con las gobernaciones.

El Pico y Placa implementado por (Claudia) López es un verdadero despelote que tiene que organizar este nuevo alcalde. Tiene que tomar medidas más fondo que solamente el Pico y Placa y por eso estamos inundados en motos.

Hoy parecemos Pakistán en materia de motocicleta con un alto índice de accidentalidad, alto índice de morbilidad de mortalidad de motociclistas porque todo el mundo compra moto porque el carro ya no se puede sacar.

Alternativas

ENS: ¿Qué otras alternativas distintas al Pico y Placa pueden ser útiles para mejorar la seguridad vial?

FRV: Mejorar el sistema integrado de transporte masivo de Bogotá, por ahora con Transmilenio; impulsar rápidamente el Metro, que ha sido una demora inusitada. Hay que mirar cómo se coordina el metro con los trenes de cercanías.

Estar atento con el Metro de Soacha, que ya tiene estudios de prefactibilidad. Esos estudios, tiene que mirarlos Galán con mucho cuidado para tomar una determinación de fondo.

Mientras tanto yo sugeriría que se vuelva al sistema de Pico y Placa anterior, porque lo que no se dan cuenta es que entre más medidas tomen en contra más motocicletas van a aparecer.

ENS: ¿La ampliación de las medidas de Pico y Placa en muchas localidades no evidencia un fracaso en la funcionalidad del servicio público de transporte?

FRV: Lo que pasa es que cuando se toma el tema del Pico y Placa, automáticamente la gente busca evadir la medida porque el carro no es solo un vehículo de placer, hay que manejarlo con el tema de trabajo, de desplazamiento por necesidad.

En la medida que se restrinja, más despelote va a haber de tráfico porque la gente va a buscar más motocicletas o va a comprar otros vehículos.

Aquí el número de vehículos se disparó terriblemente porque, obviamente, la gente no quería quedarse sin vehículo y compró un carro con otra placa distinta.

ENS: ¿Ven algún futuro a las demandas de conductores de vehículos que exigen que le bajen los impuestos, debido a que están circulando hoy menos por las calles?

FRV: Este es un estado restrictivo en materia de impuestos. Aquí un impuesto no va, así se caiga el Santo Padre. Lo que hay que mirar es de qué manera se consigue una armonización del valor de los impuestos con la capacidad de pago de los ciudadanos.

Los impuestos deben ser resistivos y pagar por un derecho, pero a los que les gustan ese derecho a poder transitar.