EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo termina La Guajira en 2023?
ALFREDO DELUQUE: Creo que termina con muchos sinsabores, pues, a pesar de que reconocemos que el Gobierno de Gustavo Petro ha mostrado interés en solucionar sus problemas, eso no ha pasado.
Por ejemplo, hay un índice que es muy sensible y aterrador para Colombia y es la muerte por desnutrición que ha aumentado en comparación con años anteriores, a pesar de la supuesta estrategia que ha querido implementar el Gobierno en el departamento de La Guajira.
ENS: ¿Qué lecciones aprendidas quedaron después de la declaratoria y caída de la mayoría de la emergencia económica?
AD: No es tanto la intención de sacar decretos lo que va a solucionar los problemas. Yo creo que al final, la decisión pasa por una cuestión presupuestal de recursos que se envíen para la Guajira y que esos recursos se inviertan bien.
Aquí lo que ha faltado es que en el departamento haya una coordinación entre lo que está haciendo el Gobierno nacional con la institucionalidad departamental completa.
En algunos sectores ha faltado esa coordinación y eso ha llevado a que las inversiones que se están haciendo no produzcan el impacto que se quiere, en cuanto a la disminución de ese índice de muerte de niños por desnutrición.
Eso pasa porque no se ha consultado la experiencia de lo que se ha realizado, pues en muchos años en La Guajira se han hecho muchas cosas: unas han funcionado, otras no. Pero si el Gobierno no consulta la experiencia que se ha obtenido en ese sentido, puede que se hagan cosas que han resultado fallidas y no produzcan el efecto que se quiere.
ENS: Cuando habla de ‘invertir bien’, ¿a qué se refiere con exactitud?
AD: A que las inversiones sean las que se necesitan y se hagan donde se necesitan porque lo que creo que está pasando, es que el Gobierno ha insistido en ampliar el asistencialismo.
Si bien es necesario para menguar las crisis que se producen y que son cíclicas en el tiempo en La Guajira, también es cierto que se ha comprobado que esa estrategia a largo plazo no funciona para reducir los problemas.
El Congreso
ENS: ¿Qué tanto confían en que lo que se cayó sea llevado al Congreso y aprobado esta vez por vía legal?
AD: Hay que esperar que se presente todo el paquete legislativo con el fin de establecer qué es necesario en el Congreso y que no. También, para establecer qué hay que modificar, qué hay que evaluar, cómo le introduciremos nuevos cambios a esas propuestas con el fin de que sean efectivas y no se centren −como repito siempre− en el asistencialismo.
ENS: De las medidas que ha tomado el Gobierno por la parte administrativa, ¿cuáles están ya dando resultados?
AD: Lo que veo es que han tomado muchas medidas, pero los resultados aún no se ven. Quiero resaltar que lo que ha venido haciendo el Ministerio de Vivienda con la Empresa Departamental de Aguas y la Gobernación de La Guajira ha sido exitoso.
¿Cuál es el secreto? La ministra se ha sentado con la institucionalidad guajira, con la gobernadora y con la gerente de la empresa de servicios públicos para coordinar las inversiones que se tienen que hacer de acuerdo al Plan Departamental de Agua.
Eso ha sido efectivo, eso ha sido exitoso y creo que es importante decirlo porque, de esa manera, se atiende, primero, a un plan establecido; y segundo, a la experiencia que se ha obtenido durante los años sobre lo que puede servir para abastecer de agua a las comunidades indígenas.
ENS: ¿Cuáles deben ser las prioridades de la Gobernación y alcaldes que se posesionan el 1 de enero?
AD: Es que las necesidades en La Guajira varían dependiendo del municipio. La percepción que tienen en Colombia es que La Guajira solo es una, que en toda la región hay pobreza extrema y mueren los niños por desnutrición en todas partes y eso no es así.
Eso pasa en el norte, donde está el desierto habitado por indígenas. Pero si vemos las tasas en los demás municipios comparadas con el resto de la nación, no nos va a dar esa cifra alarmante y vamos a ver regiones con peores resultados.
Cada alcalde va a tener retos diferentes y el gobernador tiene que tratar de sumar todas esas intenciones que tienen los alcaldes que se posesionan el 1 de enero con el fin de concluir en unos procesos que sean exitosos para todos.