Gente. Violines con material reciclado, sonidos de superación | El Nuevo Siglo
Manuela Sánchez rodeada de algunos de sus violines. / Foto: Manuela Sánchez

Jueves, 15 de Febrero de 2024
Redacción Economía

La situación económica de una familia en Pereira despertó la creatividad de una niña de 12 años, quien por falta de dinero creó su propio violín con materiales reciclados, un invento que tiempo después es todo un acierto en el mundo de los instrumentos de cuerda.

Según datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el año pasado el 45,23% de los residuos que se generan en el país correspondieron únicamente a Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Cúcuta, Soacha y Soledad. Ahora bien, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios indicó que en total Colombia produce unos 12 millones de toneladas de basura, de las cuales solo se recicla el 17 %.

A este diminuto porcentaje aporta su granito de arena Manuela Sánchez Gutiérrez, una estudiante de Psicología y Tecnología en Logística Industrial. Esta pereirana tiene 26 años y su historia de vida es especial porque descubrió una particular manera de reciclar basura.

Según le contó Manuela a EL NUEVO SIGLO, todo empezó a los 12 años, cuando ella estudiaba violín en la Secretaría de cultura de su ciudad, prácticas a las que asistía con un instrumento que le habían regalado para Navidad. Sin embargo, aconsejada por un profesor, la talentosa niña decidió empezar a aprender a tocar viola, otro instrumento de cuerda. 

Fue entonces cuando Sánchez se enfrentó a su primer obstáculo: no tenía viola para practicar. Lejos de verla como una piedra en el camino, la situación pasó a ser resuelta como lo haría un niño de su edad, pues, llena de creatividad y esperanza, ella decidió hacer su propia viola con materiales reciclados a partir del violín que ya tenía.

“El primer resultado fue horrible, no sonó y ni siquiera le pude poner cuerdas porque no aguantaba la tensión”, dijo.

Después de aquel primer intento fallido, Manuela dejó ese sueño a un lado por unos años. No obstante, más adelante en el colegio le pidieron hacer un proyecto productivo relacionado con algo agroindustrial para poderse graduar y a su mente volvió a llegar esa idea que tuvo cuando niña, de hacer un instrumento con materiales reciclados.

“Yo elegí la cadena productiva de los residuos sólidos y dije: voy a retomar este proyecto y lo voy a hacer realidad. Ahí es cuando llega el verdadero primer violín que sonó. Fue el 1° de octubre del 2016… lo recuerdo muy bien porque fue cumplir un sueño, fue cumplir algo que yo realmente quería hacer”, añadió Manuela.

Según rememora la creativa joven, para la elaboración del instrumento utilizó icopor de una nevera que habían comprado, una caja de un televisor, madera, tubo PVC que había sobrado de la construcción de la casa y periódico.

Los primeros acordes

Pero, ¿cómo hacer para que ese segundo intento no se convirtiera en otro fracaso? Sánchez le explicó a EL NUEVO SIGLO que todo el violín está hecho a semejanza de un instrumento tradicional, es decir, todas las piezas cumplen la misma función, simplemente que están hechas de materiales reciclados. No obstante, hay piezas que no son recicladas, sino normales, originales, por ello calcula que sus violines son 80% de material reciclado.

Algunos definen el alma del violín como la pieza más importante del instrumento y Manuela no es la excepción pues, según ella, esta es la que hace que suene y resuene de la forma correcta; asimismo, es la que transporta las vibraciones entre la capa superior y la capa inferior del violín para que el sonido sea lo más óptimo posible.

Pensar que esta pequeña barra cilíndrica de madera que por lo general está hecha de pino y la cual está puesta perpendicularmente entre las capas del violín haga parte de un instrumento elaborado con materiales reciclados, genera un poco de incertidumbre. Sin embargo, Manuela explica que el proceso es más fácil de lo que parece: “yo hago exactamente lo mismo que con las otras piezas, simulo el alma con madera de pino, pero reciclada, posteriormente hago un alma completamente normal y la pongo exactamente igual que se pondría en el violín tradicional”.

Musictrash

La idea de crear una empresa viene desde el colegio en el año 2017, precisamente cuando Manuela desarrolló su proyecto productivo, pues sus profesores la guiaron y motivaron para crear algo que le generara ingresos y con lo que pudiera ayudar a más niños de Pereira, Colombia y de ser posible del mundo entero.

Fue entonces cuando los docentes le ayudaron a formalizar su emprendimiento y crear su microempresa, llamada Musictrash, en la que ella hace y arregla los instrumentos, su abuelo le colabora con todo lo relacionado con el PVC y su mamá es quien la apoya económicamente.

La primera venta es algo que la joven recuerda con mucho cariño, pues luego de una charla pública que ella dio, quien para ese entonces era su entrenador le pidió un violín de los que hacía para llevárselo al director de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles. El particular pedido puso en aprietos a Manuela, pues en esos momentos no había planeado hacer una venta, por lo que tuvo que empacar el instrumento en el estuche de su propio violín.

Debido al reconocimiento que la microempresa ha ido tomando, ahora Musictrash se dedica a la reparación, mantenimiento y elaboración de violines reciclados.

Al hablar del precio de venta, la joven emprendedora manifestó que tienen instrumentos de cuerda desde 150.000 pesos mínimo para violines y desde 300.000 para violas. El valor máximo depende del diseño que elija la persona, de cómo lo quiera personalizar y de los accesorios que quiera ponerle, pues Manuela hace que cada instrumento sea único e irrepetible y que brille tanto como quien lo toca.

Su creatividad, hasta donde tiene conocimiento, ha llegado a Australia, Alemania, Canadá, México, Argentina e Italia, un logro que le es muy importante, ya que reconoce que a la fecha no ha realizado un curso en manejo de materiales reciclados y que todo lo que sabe y ha implementado es porque lo ha ido aprendiendo con el paso del tiempo, conocimiento que también ha encontrado en libros e internet.

Cabe resaltar que para este año la emprendedora y su familia esperan registrar Musictrash formalmente, pues tienen proyectadas muchas cosas a futuro.

Una pausa en el pentagrama

Tras su incursión en el mundo de los emprendedores, Manuela comenzó a estudiar una Licenciatura en Música y Psicología, ambas en la Universidad Tecnológica de Pereira; sin embargo, tuvo que abandonar su formación en música por un problema con un hombre que la golpeó y la amenazó de muerte.

A raíz del inconveniente, la temerosa joven paró su formación musical, pero motivada por salir adelante, progresar y aprender cada día más continuó con Psicología. Ahora está estudiando Tecnología en Logística Industrial y además está formándose en carpintería.

El tema de la música sigue siendo un sueño para esta joven, y aunque se podría decir que a nivel profesional lo tiene pausado, desde su microempresa sigue haciendo vibrar las fibras del corazón de muchas personas.