![Donald Trump presidente de Estados Unidos](/sites/default/files/2025-02/trump.png)
"Si nos imponen un arancel o un impuesto, nosotros les imponemos exactamente el mismo nivel de arancel o impuesto, es así de sencillo", afirmó el republicano en el despacho oval de la Casa Blanca.
Los aliados de Estados Unidos suelen ser "peores que nuestros enemigos" a nivel comercial, añadió y destacó que la Unión Europea es "brutal".
El presidente reconoció el jueves que "los precios podrían subir" pero espera que bajen con el tiempo.
El ejecutivo estadounidense no quiere detenerse ahí: también apunta a barreras no aduaneras, como las regulaciones que penalizan a los productos estadounidenses o el impuesto sobre el valor añadido (IVA) recaudado por los Estados.
En el memorando, Donald Trump pide a sus equipos realizar una revisión completa de las disparidades comerciales entre Estados Unidos y el resto del mundo con el fin de implementar aranceles aduaneros "recíprocos", "personalizados" país por país, detalló un funcionario de la Casa Blanca.
La revisión "debería durar unas semanas o meses, pero no más", añadió.
Estados Unidos tiene un déficit comercial "de más de un billón de dólares porque las principales naciones exportadoras del mundo están atacando nuestros mercados con aranceles punitivos y barreras no arancelarias aún más punitivas", dijo Peter Navarro, asesor comercial e industrial de Donald Trump.
Han sido "tres semanas fantásticas, quizás las mejores que haya habido, pero hoy es el gran día: ¡Aranceles recíprocos!, escribió en su plataforma Truth Social. Y añadió: "¡Hagamos que Estados Unidos sea grande otra vez!", su lema de campaña.
El presidente republicano quiere imponer a los productos que entran a Estados Unidos desde otro país el mismo nivel de aranceles que este último aplica a los bienes estadounidenses exportados allí.
Se trata de nivelar las tarifas aduaneras, lo cual asesta un duro golpe a algunos países emergentes, como Brasil o Tailandia, que imponen aranceles altos para proteger sus respectivas economías.
A modo de ejemplo India, cuyo primer ministro Narendra Modi acudirá a la Casa Blanca este jueves, aplica un arancel del 25% a los automóviles estadounidenses, lo que significaría que Estados Unidos podría hacer lo mismo con los indios.
Trump ya anunció aranceles adicionales del 10% sobre los productos chinos y el del 25% sobre el aluminio y el acero. Una política económica agresiva con un único objetivo: "Estados Unidos primero".
Los gravámenes sobre estos dos metales afectan a numerosos países en América Latina, pero sobre todo a Brasil, México y Argentina.
El arancel de 25% al acero, aluminio y derivados se impondrá sin excepciones ni exenciones, lo que incluye a naciones que antes estaban exentas como Canadá o México, sus socios en el tratado comercial de América del Norte (T-MEC).
Ambos países están además a prueba durante unas semanas sobre otros aranceles del 25% que les impondrá si no llegan a un acuerdo, para incitarlos a combatir la inmigración ilegal y el tráfico de fentanilo, un opioide sintético que causa estragos en Estados Unidos.
Ojo por ojo
La idea de Trump es aumentar los aranceles para financiar en parte los recortes fiscales y absorber el creciente déficit comercial, pero también como medio de presión. Y lo hace aplicando la ley del talión, el "ojo por ojo, diente por diente".
Pero los economistas advierten de que este uso de los aranceles podría perjudicar a la economía estadounidense. No se descartan posibles represalias o incluso llamadas al boicot.
"Es posible que al final veamos a países intentando desligarse del mercado estadounidense", afirma el economista Maurice Obstfeld.
Muchos analistas prevén también una subida de precios para los estadounidenses, ya que los aranceles los pagan los importadores y suelen repercutir en el bolsillo del consumidor.
Un factor a tener en cuenta. Y es que los expertos atribuyen en buena parte la victoria electoral de Trump en noviembre pasado al descontento de la opinión pública con la inflación.