Brexit: El desafío de Boris Johnson a May | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Lunes, 9 de Julio de 2018
Redacción internacional
El, hasta el viernes Canciller, renunció a su cargo y busca, según la prensa inglesa, reemplazar a May en el cargo. Pero ella parece que en vez de verse afectada ha salido fortalecida de esta situación para negociar con la UE

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EN 24  horas Theresa May vivió un drama shakesperiano. Aparentes traiciones, reconciliaciones a medias y una sesión en el Parlamento repleta de guiños cargados de humor, han demostrado que el Brexit ha dividido a los británicos y a su partido, el Conservador.

Boris Johnson, el hombre del pelo rubio despelucado que fungió como Ministro de Relaciones exteriores hasta el fin de semana,  decidió renunciar luego de que el viernes se firmara el acuerdo de “Checkers”, en la casa de campo oficial del gobierno inglés que lleva este nombre.

Los motivos de su renuncia parecen que son relativamente conocidos: diferencias por la forma como May quiere negociar la salida de Inglaterra de la Unión Europea (UE). En Inglaterra, sin embargo, se especula que el paso al costado de Johnson se debe más a una jugada egocéntrica, política y, para algunos, socia. Dicen que a él no le gusta ser un segundón.

Al mismo tiempo, como si se tratara de una jugada concertada, David Davis, el negociador principal del Brexit con Bruselas, también ha renunciado. Lo hizo el domingo, desafiando la estabilidad del gabinete de Theresa May que había logrado unirse después de una extendida charla acompañada, presuntamente, de unas galletas “Border” y un té negro.

La diferencia entre una y otra renuncia han sido los motivos. Keir Starmer, la segunda secretaria en las negociaciones del Brexit en Bruselas,  ha escrito que “la renuncia de David Davis fue sobre el principio del acuerdo Checkers. La renuncia de Boris Johnson se trata de ambición”, en The Guardian. 

La odisea de Checkers

El viernes, en “Checkers”, Theresa May creyó que su gabinete por fin compartiría los mismos criterios sobre cómo debe ser el proceso de salida del bloque europeo. Después de coincidir en que el enfoque adoptado hace dos años era erróneo, la Primera Ministra delineó una serie de puntos para descongelar las negociaciones con la UE y cumplir la meta fijada para abandonarla en marzo de 2019.

El acuerdo, en firme y cuyo principal protectora es una May afianzada como Primera Ministra, busca que Reino Unido luego de salir del bloque mantenga una zona libre de comercio con Europa y acuerde un nuevo modelo aduanero diferente al acordado hasta el momento

Davis, el negociador que renunció por su oposición a la línea defendida por May, ha creído que Reino Unido debe mantener -o tener-  una “línea dura” frente a Bruselas. Defensor de la salida del bloque europeo, el hasta el fin de semana negociador ha defendido que los vínculos comerciales con Europa deben ser menores a los esperados por May y los acuerdos bilaterales con Australia, Estados Unidos y Canadá deben ser la prioridad.

En la misma línea, Johnson, el principal promotor del Brexit en la campaña de 2016 con el ultranacionalista Nigel Farage, ha dicho que Reino Unido debe ser totalmente independiente de los dictamines de la Unión Europa.

El fin de semana, en su carta de renuncia, escribió que su país se dirige  “verdaderamente hacia el estatuto de colonia” de la UE y sentenció, para acabar el sueño, con “el Brexit se está muriendo”.

Muchos han entendido las palabras de Johnson como un juego político y la clara muestra de que, como desde hace tres décadas, el Partido Conservador inglés –los Torys- está dividido.

Estudiante de Oxford y periodista durante los primeros años de su vida profesional, Johnson busca, según The Guardian, entorpecer el camino de May y esperar a que ella, presionada por la bancada mayoritaria de los conservadores en el Parlamento, sea vea obligada a renunciar.

Johnson quiere ser Primer Ministro y negociar a su modo el Brexit, sin los lineamientos de una política moderada y cortes que ha sido elegida como el reemplazo de David Cameron, precisamente, por su capacidad de concertación. Su forma de negociar sería diametralmente opuesta a la de la premier,  si se tiene como referencia la campaña que hizo a favor de la salida de Europa y sus habituales declaraciones contra Bruselas, que han congelado una y otra vez las negociaciones.

Según The Economist: “Durante mucho tiempo ha albergado ambiciones de dirigir el Partido Conservador, y puede haber calculado que si hay un desafío de liderazgo contra la Sra. May, esta es su última oportunidad para reclamar el trono”.

Fuerte, pero emproblemada

Después de varios “yes”, “yes”, Theresa May ha salido fortalecida del juego que la plantearon dos de sus principales fichas en el gabinete. Con un tono irónico ayer le rindió “tributo” a Johnson en el Parlamento y luego defendió su posición frente al Brexit.

Acusada de “suave”, la Primera Ministra ahora tiene todo el margen de juego para negociar con Bruselas. Quiere un comercio  abierto con la UE “a través de un reconocimiento mutuo” y cumplir los estándares del bloque en medio ambiente, políticas sociales y de empleo.

También plantea una “asociación aduanera facilitada”, que, según The Economist, busca que Reino Unido recaude “los aranceles de la UE sobre las importaciones, pero los reembolsaría por los que permanezcan en Gran Bretaña. Pero este esquema no probado no estará listo por algunos años. Mientras tanto, Gran Bretaña permanecerá en una unión aduanera con la UE”.

Para blindar este posible acuerdo May ha dicho que lo elevará a “tratado”. Esto significa que no habrá alteraciones de forma y de fondo en los próximos años, pese a la probable llegada de un gobierno socialista.

No es, sin embargo, una tarea fácil. Todo lo que quiere May será aceptado en la medida en que Reino Unido siga cumpliendo sus obligaciones con el bloque, como el pago de la membresía anual.

Entre tanto, Johnson espera que la Primera Ministra se resbale en el intento y así pueda iniciar un revolcón en las filas conservadoras.