El exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas ha denunciado este jueves que la Policía ecuatoriana le torturó durante su detención tras el asalto a la Embajada de México en Quito, un caso que ha desatado una crisis diplomática entre ambos países y numerosas condenas internacionales.
Glas ha señalado en una intervención telemática desde la prisión La Roca, tras pedir un habeas corpus, que le "tiraron contra la pared, le "dieron puntapiés y rodillazos en las caderas", le "pisaron el cuello" y le "dislocaron" los dedos pulgares, según ha publicado el diario ecuatoriano 'El Universo'.
"Me ponen las linternas en la cara, me empujan con los fusiles. Entonces yo me caigo en un asiento. Comienzan a gritarme y yo les digo 'Déjenme vestirme', porque estaba en pijama, y dije 'Déjenme coger mis medicinas'. Dije 'No me pongan las esposas que quiero vestirme y quiero coger mis medicinas que están ahí al frente en una mesa', al lado de donde yo estaba siendo presionado", ha explicado.
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Después de recibir numerosos golpes, Glas ha explicado que "uno de estos tipos, enmascarados de negro" le "dislocó el pulgar izquierdo" y luego le "dislocaron el pulgar del dedo derecho".
Asimismo, ha manifestado que fue trasladado en un vehículo mientras lo pusieron en el suelo del mismo, con una bota pisándole el cuello y con las manos "hacia atrás".
"Debo decirles también que tengo la certeza de que había una mujer filmando, el método de tortura estaba siendo transmitido en vivo y en directo", ha aseverado.
Tras ello, ha expresado que le daría "vergüenza como ecuatoriano" que el presidente del país, Daniel Noboa, haya dado la orden de su detención, algo que aún no ha sido demostrado, por lo que ha preferido mostrar cautela y "creer que es mentira".
Poco después, representantes de la Policía Nacional han dado su versión de los hechos en la misma audiencia, asegurando que su tarea es cumplir con la ley y que llevaron a cabo el arresto por orden de Noboa, según ha publicado la cadena de televisión Ecuavisa.
Asimismo, han rechazado las acusaciones de tortura, aunque sí han reconocido el uso progresivo de la fuerza y una dislocación del dedo como consecuencia de que Glas se resistió a ser detenido.
"No voy a repetir lo de que no se puede violar una Embajada, no se la puede allanar, no se puede torturar a un asilado, porque creo que ya sería repetitivo y caería en la misma estupidez de pretender justificar lo injustificable y eso no lo voy a hacer por respeto a todas las personas presentes", ha indicado Glas.
Cabe destacar que Glas inició una huelga de hambre nada más ingresar en prisión, según ha confirmado su abogada, Sonia Gabriela Vera. El lunes por la tarde ingresó en un hospital por un episodio de descompensación fruto de no haber comido en varias horas, aunque finalmente fue trasladado de nuevo a la cárcel.
La Policía de Ecuador ingresó el fin de semana en la Embajada mexicana en Quito, donde se alojaba el exvicepresidente Glas desde hacía semanas alegando temor por su seguridad. México había confirmado poco antes de la operación policial que brindaría asilo político al que fuera 'número dos' del presidente Rafael Correa.
Las autoridades de Ecuador acusan al exvicepresidente de un supuesto delito de malversación de caudales públicos por los trabajos de reconstrucción en la provincia de Manabí tras el paso de un fuerte terremoto en el año 2016, que dejó más de 670 muertos.