El problema de Argentina: “Falta de consenso sobre modelo económico” | El Nuevo Siglo
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Sábado, 27 de Abril de 2019
Redacción internacional

Rodolfo Colalongo, analista internacional, académico y candidato a PhD de la Universidad de Salerno, nos comentó su perspectiva sobre la crisis económica en Argentina en pleno año electoral

 

EL NUEVO SIGLO: En su artículo en La Nota Económica menciona algunos problemas estructurales de la economía argentina. ¿Estos se reducen principalmente a la situación de industrialización incompleta? Si este es el problema principal, ¿qué debería implementar el próximo gobierno que no se ha hecho hasta ahora?

 

RODOLFO COLALONGO: No, el problema argentino no se reduce principalmente a su problema de industrialización incompleta sino, como digo en el artículo, a una falta de consenso en relación al modelo de desarrollo económico como lo tienen Brasil, Chile y Colombia, por nombrar algunos. Entonces, más que de un gobierno depende de la clase política argentina, el próximo gobierno debería buscar un consenso general con relación al tipo de política económica que se aplicará en las próximas décadas, sí, es un proceso de largo plazo lo que permitiría solucionar los problemas estructurales.

 

ENS: Con el fin de situar un poco a los lectores, ¿es esta actual crisis diferente a las anteriores? Si no es así, ¿en qué se diferencia?

 

RC: En lo sustancial no es diferente a las crisis anteriores, podríamos decir que es bastante similar, incluso en la responsabilidad del Gobierno actual en la agravación de la crisis.

 

ENS: ¿El gobierno actual tiene una responsabilidad en la agudización de la crisis?

 

RC: Claro que la tiene. El macrismo asumió su presidencia con la promesa de normalizar una economía afectada principalmente por el exceso de controles gubernamentales, déficit fiscal e inflación. Para ello, aplicó una serie de medidas de shocks como: la liberalización del control cambiario, la desregulación de algunos sectores (todos los servicios públicos dejaron de tener control por parte del Estado, lo que provocó una serie de aumentos siderales de las tarifas), la eliminación de las retenciones (que después y producto de la crisis, volvió a restablecer) y la normalización del sistema financiero.

Entonces, la intención de la llamada “normalización de la economía” era la atracción de la inversión extranjera directa que serviría como el nuevo motor de la economía nacional. Sin embargo, y producto de una pésima lectura del contexto internacional, dichas inversiones nunca llegaron, las exportaciones no aumentaron como se preveía debido principalmente a que los exportadores argentinos, si bien tenían los incentivos fiscales, se les quitaron las retenciones, que son una especie de impuesto a las exportaciones para vender más pero no tenían quién les comprara. Brasil, en una profunda crisis política que terminó con la destitución de Dilma Rousseff, la Unión Europea, EE.UU. y China, sus principales compradores, se encontraban en un proceso de reorganización de sus relaciones comerciales producto del fenómeno Trump. Y, la fuga de divisas continuó, vaciando el mercado financiero de dólares, tan necesarios para reflotar a una economía en clara decadencia. 

 

Por lo tanto, la política económica promercado pero gradualista que defendía el libre mercado, la desregulación y la apertura económica fue un fracaso absoluto. Lejos de solucionar el problema de la inflación y el estancamiento, lo profundizaron a tal punto que tuvieron que pedir plata al sistema financiero internacional y cuando se la gastaron, al FMI.

 

ENS: Frente a una posible presidencia de Cristina Kirschner, ¿qué pasaría con el FMI después de haberle prestado una suma adicional al gobierno de Macri?

 

RC: Muy seguramente al próximo gobierno le tocará asumir bajo un contexto de crisis económica agravada y con una deuda alta que se manifestará en pagos al servicio de la misma elevados. Básicamente el nuevo gobierno tendrá pocos recursos para enfrentar las crisis y, los que tiene los deberá utilizar para enfrentar los préstamos. Si Cristina asumiera, dicho contexto no cambiaría, seguramente buscaría negociar mejores condiciones de pago para afrontar también la crisis interna, a lo que dudo que el FMI acceda, sobre todo por una cuestión ideológica.

 

ENS: Si Cristina Kirschner llega a ser reelegida, ¿en qué quedarían las investigaciones de corrupción de las que es acusada?

 

RC: La manera de eliminar a tu adversario político en Argentina es a través del sistema jurídico. Te realizan una serie de denuncias penales de diferente índole con el objetivo de quitarte de la escena política en el sentido de que no te puedas ocupar más de los asuntos públicos sino en resolver tus problemas jurídicos. Desde Menem en adelante, fue una práctica recurrente de los partidos políticos nacionales. Esto no quiere decir que no exista algún grado de verdad en las denuncias. De hecho, De la Rea y Menem fueron condenados (esto quiere decir con sentencia firme) por actos de corrupción. El fin último no es “hacer justicia” sino quitarse del camino a un rival político. Macri tuvo y tiene varias denuncias en su contra, muchas quedaron sin efecto por falta de pruebas para elevarlas a juicio cuando asumió la presidencia. Ahora habría que ver si desaparecieron por falta de pruebas o porque se convirtió en Presidente.

Esta misma lógica se aplica con Cristina. Por lo tanto, la idea central es que no se presente como candidata a las próximas elecciones y si lo hace, que pierda votos producto de las causas penales que se cursan en su contra. Si asumiera el cargo de presidenta nuevamente, sucederá lo mismo que con Macri, algunas causas caerán por su propio peso (falta de pruebas) y otras por “presiones políticas”. Sin embargo, es difícil saber la razón por las que las causas no prosiguen. Digo, que exista coincidencia de eventos no significa necesariamente que haya una explicación causal entre ellos.