EU en primavera juvenil por control a las armas | El Nuevo Siglo
Foto Anadolu
Lunes, 26 de Marzo de 2018
Agence France Presse
El sábado 1,5 millones se tomaron las principales ciudades para demandar acción del Congreso. Ayer volvieron a marchar.

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Tras un día de protestas históricas en Estados Unidos, los jóvenes líderes del movimiento contra las armas de fuego siguen movilizados para reclamar leyes más severas sobre este asunto, que ha ganado a la opinión pública tras varias tragedias y sobre la cual Washington sigue siendo inflexible. 

No hay una cifra oficial, pero de acuerdo con la organización independiente Crowd Counting Consortium -especializada en conteo de multitudes-, el evento reunió el sábado a más de 1,5 millones de personas en varios cientos de ciudades de EEUU. 

Esto la convertiría en la mayor manifestación contra las armas de fuego en la historia de Estados Unidos, superando a la del 14 de mayo, la Marcha de los Millones de Mamás -Million Mom March-, que sumó a más de un millón de personas en todo el país. 

La acción del sábado, denominada “Marcha por nuestras vidas”, fue una reacción a la masacre desatada por un joven que mató a tiros a 17 personas el 14 de febrero en la secundaria Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, Florida. 

Un grupo de estudiantes de “MSD”, sobrevivientes del tiroteo, impulsó la movilización desde entonces, convirtiéndose en el estandarte de jóvenes que han vivido toda su escolaridad con la amenaza permanente de asesinatos en masa. 

Omnipresentes el sábado en la escena de la manifestación de Washington, estos adolescentes retomaron su traje de peregrinos a partir ayer  por la mañana, para que su acción no quede muerta, como lo fue la del 2.000 de las madres enojadas que reclamaban controles más estrictos en la venta de armas. 

“El impulso continuará, porque incluso cuando los medios se vayan, estos (jóvenes) seguirán allí, luchando por su existencia”, dijo Delaney Tarr, una de las supervivientes del tiroteo de Parkland, en declaraciones al canal Fox News. 

Su compañera Emma González advirtió a la cadena CBS: “Esto no es el final, es sólo el comienzo”. 

“Queridos jóvenes, nunca se cansen de ser instrumentos de paz y alegría entre los suyos”, tuiteó ayer el Papa Francisco desde el Vaticano. 

Y recordó que “hacer callar a los jóvenes es una tentación que siempre existió…Hay muchas maneras de hacer que los jóvenes sean silenciosos e invisibles. (...) para que no se interroguen y no cuestionen”. 

“Queridos jóvenes les corresponde a ustedes decidir” insistió el papa. “Si los demás se callan, si nosotros, los mayores y los responsables, muy a menudo corruptos, somos silenciosos, si el mundo se calla y pierde la alegría, les pido: ustedes ¿van a gritar? Por favor, por favor, decídanse antes de que las piedras griten”. 

‘Deben continuar’ 

La acción de los estudiantes de secundaria ya ha empujado a Florida a aprobar una ley, promulgada el 9 de marzo por el gobernador Rick Scott e imponiendo varias restricciones, incluida la prohibición de “bump stocks” (accesorios para disparar ráfagas) o la suba de 18 a 21 años en la edad legal para comprar un arma. 

Pero el Congreso está paralizado y si bien muchos legisladores demócratas participaron en la marcha del sábado y llamaron públicamente a buscar normas más estrictas en el tema, los republicanos -mayoría en ambas cámaras- siguen siendo en gran parte inflexibles. 

Trump reiteró el viernes su voluntad de prohibir las “bump stocks”, una medida de alcance marginal. Su administración ha iniciado un procedimiento en este sentido. 

El proyecto de ley de financiamiento del Estado federal de Estados Unidos, aprobado por el Congreso el viernes, prevé un ajuste del sistema de verificación de antecedentes penales y psiquiátricos antes de la compra de un arma de fuego, así como un aumento en las dotaciones de seguridad a escuelas. 

“Nuestro país no debe comenzar a privar a algunos de sus derechos a ciudadanos que respetan la ley”, dijo el senador republicano Joni Ernst a periodistas, alegando que las demandas de los jóvenes manifestantes violan las disposiciones de la segunda enmienda a la Constitución estadounidense, la cual garantiza el derecho a poseer un arma.