NO estaban previstas para este superaño electoral, pero la coyuntura política, por el fuerte coletazo de la derecha en las recientes europeas, así como por una gobernabilidad debilitada, forzaron a Francia, Reino Unido y Austria a convocar elecciones, mientras en Bélgica, a renunciar al primer ministro, Alexander De Croo.
Este 2024 ha sido el año electoral más grande en la historia, no solo porque ciudadanos de más de 60 países o territorios fueron convocados a las urnas para elegir a sus representantes en la Presidencia, el Parlamento, las gobernaciones y alcaldías, sino porque literalmente ‘medio mundo’ ejercía ese derecho. Además, casi todas las naciones más grandes del planeta –India, Rusia, Sudáfrica, México y Estados Unidos– realizaron o están pendientes de hacer estos procesos democráticos.
Así, en el primer semestre se verificaron elecciones en las cuatro primeras anteriormente mencionadas, como en no menos de 40 países o territorios más. Del cronograma establecido y pendiente, resaltan las presidenciales en Estados Unidos (5 de noviembre), Uruguay (octubre 27) y Rumania (primera semana de septiembre), así como en una docena de países africanos.
Sin embargo, los recientes hechos políticos ampliaron el listado de cita a las urnas con dos desenlaces tan inciertos como de gran peso para la geopolítica, especialmente europea: Francia y Reino Unido.
El notorio avance conservador en el Viejo Continente en la elección de eurodiputados llevó al presidente Emmanuel Macron a hacer una arriesgada apuesta: adelantar las elecciones legislativas –previstas para abril de 2027 con la presidencial– para el 30 de este mes, mientras que el primer ministro británico, Rishi Sunak, hizo lo propio para el 4 de julio.
A ellos se suma el gobierno de Austria, que fijó como fecha tentativa el 29 de septiembre, aunque está pendiente de la ratificación parlamentaria.
Así, desde la próxima semana y hasta el 22 de diciembre, se surtirán no menos de veinte elecciones en los diferentes continentes, siendo las más inmediatas Mauritania (29 de junio) y Francia (30 de junio, primera vuelta), y la última, salvo cambio de última hora, en Sudán del Sur, el 22 de diciembre.
Aunque todas son importantes, por su impacto en el escenario político global, estas son las elecciones a seguir, por ser coletazo de la elección europea:
La apuesta de Macron en Francia
Anticipando que “sea cual sea el resultado” de las legislativas anticipadas, que se surten en dos vueltas (30 de junio y 7 de julio) no dimitirá, el centrista presidente francés, Emmanuel Macron, apostó fuerte y corre el riesgo de compartir el poder con un gobierno de otro color político en una "cohabitación".
El resultado de las europeas hizo saltar las alarmas no solo en el país galo por el ascenso de la derecha y su ala dura, sino en otras naciones (Alemania, Austria, Bélgica, entre otras) y Macron quiere medir la fuerza real que tiene en su país.
Agrupación Nacional (RN), liderada por Marine Le Pen, que paulatinamente ha abandonado sus declaraciones extremas y ha moderado el discurso, fue la ganadora en la cita de las urnas para la Eurocámara y busca repetir en las legislativas galas, donde están en juego 577 curules.
Entre tanto, el conservador partido Los Republicanos enfrenta una disputa interna por la intención de su presidente, Èric Ciotti, de hacer una alianza con RN, “porque compartimos valores de derecha”, aunque advirtió que “sin dejar de ser nosotros mismos”.
Le Pen calificó como una "elección valiente" y el "sentido de responsabilidad" el solo anuncio del líder republicano, que por ahora parece no se concretará. Para analistas, es una jugada política de estos conservadores ante la pérdida de apoyo electoral, una ‘migración’ hacia el ala dura del RN, ya que los primeros sondeos para la primera vuelta legislativa, como el de Ifop-Fiducial para “Le Fígaro”, le otorgan una intención de voto del 33 % al 34 %, lo que le representaría entre 235 y 265 diputados. En segundo lugar se ubica el oficialismo con el partido Renacimiento, con un 25 %, seguido de Los Republicanos y los partidos de izquierda.
Este miércoles, en el lanzamiento de campaña, el presidente Macron se mostró confiado en que “los franceses harán lo correcto”, con esta explicación: "Las cosas son sencillas. Hoy tenemos alianzas contra natura en los dos extremos... Llegado el momento, antes o después (de las elecciones), deseo que se unan los hombres y mujeres de buena voluntad que habrán sido capaces de decir no a esos extremos".
Sin mencionarlos, el reelecto mandatario galo se refirió tanto a la posible alianza de la derecha, como la de izquierda, materializada el jueves con el nuevo “Frente Popular” que aúpa a Francia Insumisa, el Partido Socialista, los ecologistas y el Partido Comunista.
En un comunicado oficial señalaron “hemos alcanzado un programa político de ruptura, con un despliegue para los primeros 100 días de mandato, propuestas concretas y realistas para que la vida de los franceses cambie realmente", seguros de que tendrán la fuerza electoral suficiente para volver al poder.
Vale recordar que el sistema electoral francés, tanto a nivel presidencial como legislativo, tiene entre sus particularidades la existencia de una doble vuelta que históricamente ha servido como cortafuegos para candidatos radicales y ha lastrado las aspiraciones de poder de partidos como Agrupación Nacional (RN).
Los franceses deben elegir quién quieren que represente a su circunscripción a nivel nacional, en virtud de un sistema en el que los partidos tienen especial peso –apenas hay hueco para aspirantes independientes– y que sólo se resuelve en primera vuelta si uno de los candidatos logra más del 50 % de los votos emitidos y estos representan, además, al 25 % del electorado total.
En contra de lo que ocurre en las presidenciales, a la segunda vuelta pasan no solo dos candidatos, sino todos los que hayan obtenido más del 12,5 % ciento de los sufragios. La ronda final se la llevará quien más votos logre, independientemente del porcentaje.
No se ha consolidado –y no hay garantía de que se dé– un Frente Republicano y el oficialismo se granjea apoyos de algunos miembros de “Los Republicanos” que ven imposible una alianza con el RN. Así las cosas, la incertidumbre política en la segunda economía de la Unión Europea es la única certeza por ahora y los mercados han reaccionado negativamente a esa situación.
Retroceso conservador en R. Unido
Con imagen y gobierno debilitados, el primer ministro británico, Rishi Sunak, sorprendió a los británicos –inclusive a sus copartidarios conservadores por las encuestas adversas– con el anticipo de elecciones para este 4 de julio.
Convencido de que se reconocerá la buena gestión económica, ya que durante el anuncio hizo referencia directa a la baja de la inflación y el crecimiento del PIB del 0,6 % en el primer trimestre de 2024, para insistir que “nuestro plan está funcionando”, el pasado 22 de mayo el premier británico hizo el llamado a las urnas, que suponen tan solo un mes de campaña, todo un órdago electoral para su rival laborista, Keir Starmer que, desde semanas atrás lidera todas las encuestas con amplia ventaja sobre los tories (entre 30 % y 40%).
“Menos inmigración, menos impuestos y pensiones protegidas", prometió Sunak al presentar el manifiesto conservador para un nuevo gobierno, advirtiendo de paso que los laboristas “están pidiendo que les entreguen un cheque en blanco, cuando no han dicho qué comprarán con él o cuánto le va a costar (...) Si los laboristas ganan esta vez, cambiarán las reglas para estar en el poder durante mucho tiempo”.
El favorito y seguro futuro premier, Steimer, por su parte, sostuvo: "La creación de riqueza es nuestra prioridad número uno, el crecimiento económico es nuestro objetivo principal".
Lo que no esperaban los ‘tories’ es que la decisión de Sunak revelara un panorama electoral impensable: que el partido cayera al tercer lugar en la intención de voto superado, aunque por una mínima diferencia, por el partido de extrema derecha Reform UK, del eurófobo Nigel Farage.
El sondeo publicado por “The Times” y realizado por el instituto YouGov, para el que fueron consultadas 2.211 personas, da al Partido Laborista, de Keir Starmer, una intención de voto del 37 %; a Reform UK un 19 % y los conservadores un 18 %.
Austriacos: a votar en septiembre
Producto también, como en Francia, del triunfo del ala dura de la derecha en las elecciones europeas, el gobierno de Austria anunció esta semana que adelantará las legislativas para el próximo 29 de septiembre, fecha que fue ratificada por el Parlamento.
"En la reunión del Consejo de Ministros se fijó el 29 de septiembre como fecha para las elecciones del Consejo Nacional", indicó el canciller Karl Nehammer, en su cuenta de X.
La decisión fue presionada por el triunfo del ultraderechista Partido de la Libertad de Austria (FPO) en la elección europea. El mismo es favorito para las legislativas, en sintonía con lo que está ocurriendo en la mayoría de los países de la Unión Europea.
Aunque restan seis meses de elecciones en medio mundo, la semana del 30 de junio al 6 de julio, así como el martes 5 de noviembre, concitan el interés geopolítico global por su peso y definición: Francia, Reino Unido y Estados Unidos