EL movimiento islamista Hamás aceptó la propuesta de alto el fuego en la Franja de Gaza presentada por los mediadores Egipto y Qatar, la que Israel está examinando y aunque inicialmente consideró insuficiente dijo que seguirá negociando hasta "agotar" opciones.
La decisión de Hamás se conoció luego que el estado judío ordenase la evacuación del este de Rafah, con miras a su anunciada invasión.
Tras casi siete meses de guerra, los habitantes de Rafah celebraron el anuncio de Hamás en las calles, entre lágrimas de felicidad, cánticos de "Allahu Akbar" ("Dios es el más grande") y disparos al aire.
Por su parte, la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, indicó que la propuesta está "muy lejos de las exigencias esenciales de Israel", pero que el gobierno enviará una delegación a los mediadores "para agotar las posibilidades de alcanzar un acuerdo".
Estados Unidos, principal aliado de Israel, declaró que también estaba "examinando" la respuesta de Hamás.
Un alto cargo del movimiento islamista palestino, Jalil al-Hayya, dijo a la cadena Al Jazeera que la propuesta contempla tres fases, cada una de una duración de 42 días.
Esta incluiría una retirada israelí completa de la Franja de Gaza, el regreso de los desplazados y un canje de rehenes aún cautivos en el territorio por presos palestinos detenidos en Israel, con el objetivo de un "alto el fuego permanente".
Hamás anunció en un comunicado que su líder, Ismail Haniyeh, había comunicado a Egipto y Catar que el movimiento "aprobó su propuesta de acuerdo de alto el fuego" en Gaza.
"La pelota está ahora en el tejado" de Israel, declaró un responsable de Hamás bajo condición de anonimato.
El ciclo de negociaciones indirectas mantenido el fin de semana en El Cairo, mediado por Catar, Egipto y Estados Unidos, había terminado sin avances significativos.
Tras el anuncio del movimiento islamista, el ejército israelí llevó a cabo intensos bombardeos en Rafah, donde dio inicio por la mañana a "una operación de alcance limitado para evacuar temporalmente a los residentes en la parte oriental" de la ciudad.
El portavoz militar Daniel Hagari reiteró el llamamiento a evacuar la zona y declaró que ayer "la aviación israelí atacó más de 50 objetivos terroristas en la zona de Rafah".
La evacuación, que según un vocero militar preocupaba a "unas 100.000 personas", forma parte de "la preparación de una operación terrestre en la zona", añadió Hagari.
La comunidad internacional no deja de mostrar su preocupación por la invasión de Rafah, que Israel considera esencial para "destruir los últimos cuatro batallones" del movimiento islamista en el territorio palestino.
La ONU calcula que alrededor de 1,2 millones de personas viven hacinadas en esta ciudad fronteriza con Egipto y aseguró que es "imposible realizar una evacuación masiva de esta magnitud de forma segura".
Entre tanto, familiares de los secuestrados en la Franja de Gaza salieron a las calles de las principales ciudades israelíes para exigir un acuerdo para la liberación de los rehenes y advirtieron al primer ministro iNetanyahu, de que "arderán las calles" si no acepta la propuesta a la que ha accedido Hamás.
Los manifestantes bloquearon la emblemática autopista Ayalon en Tel Aviv y tomaron la calle Begin por algunas horas. Luego fueron desalojados por la Policía.
Una de las familiares, Einav Zangauker, madre del rehén Matan Zangauker, emplazó a Netanyahu a ser "valiente", "un líder". "El Gobierno y el gabinete de guerra deben aceptar el acuerdo. Necesitamos a nuestros rehenes en casa. Hasta el último de ellos", dijo en declaraciones a la televisión israelí Canal 12.
Mientras, en Jerusalén el Foro de Familias de los Rehenes se ha unido a la manifestación contra la ofensiva en Rafá en la plaza de París, frente a la residencia oficial del primer ministro Netanyahu. "¡Bibi está abandonando a los rehenes!", corearon los manifestantes.
.