El huracán Beryl se fortaleció la noche de este jueves a categoría 3 en una escala de 5, horas antes de que toque las costas del Caribe mexicano, en donde cientos de turistas fueron evacuados y decenas de vuelos suspendidos.
Beryl tiene vientos máximos sostenidos de 185 km/h y se localiza a 260 km de Tulum, un turístico poblado a unas dos horas del conocido balneario de Cancún, en el estado de Quintana Roo, según el último reporte del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).
Se espera que el huracán, que ha dejado siete muertos a su paso por las islas del Caribe y Venezuela, impacte México entre la noche del jueves y la madrugada del viernes. Luego se internará por la península de Yucatán, señaló el NHC.
"Los municipios del oeste, este y centro de Quintana Roo entramos en Alerta Roja, la fase de Peligro Máximo", informó poco antes Mara Lezama, la gobernadora estatal, en X.
Unos 100 vuelos nacionales e internacionales programados entre jueves y viernes fueron cancelados en el aeropuerto de Cancún, la principal terminal del Caribe mexicano.
En Tulum, donde el gobierno ordenó suspender actividades desde la tarde del jueves, la población protegió sus negocios con tablas de madera, mientras los supermercados cerraron, observó un equipo de la AFP.
El aeropuerto de Tulum -municipio de unos 47.000 habitantes- también suspendió operaciones.
Varios turistas fueron evacuados de los hoteles de la línea costera y otros intentaban salir en autobús de la zona de impacto.
Turistas británicos comentaron a la AFP que abandonaron anticipadamente Tulum y se dirigían a Cancún para alejarse de Beryl y estar cerca del aeropuerto para su regreso el fin de semana.
Nos dijeron "que es muy peligroso, entonces tenemos un poco de miedo porque somos de Inglaterra y nunca hemos visto algo así", dijo Lili, una de las turistas, quien declinó dar su apellido.
Otros disfrutaron del sol antes de refugiarse en sus hospedajes.
"Nos cancelaron el vuelo y tuvimos que pagar dos noches adicionales (de hotel). Tenemos cierto temor pero estamos convencidos de que la gente está preparada y sabe qué hacer", dijo Virginia Rebollar, turista mexicana que viajó con familiares.
Protección Civil también ordenó detener actividades en los municipios Felipe Carillo Puerto y José María Morelos, zona donde se esperan los mayores efectos del ciclón.
El ejército desplegó unos 8.000 efectivos en Tulum y anunció que cuenta con despensas y 34.000 litros de agua purificada para la población.
Doble impacto en México
El gobierno había estimado previamente que Beryl impactaría las costas mexicanas como un huracán categoría 1 para después cruzar la Península de Yucatán e ingresar al Golfo de México.
Se prevé que tome fuerza en el mar para entrar nuevamente a territorio mexicano en el norteño estado de Tamaulipas, limítrofe con Texas (Estados Unidos).
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, informó que se prepara también un plan de contingencia para esa zona.
Beryl es el primer huracán de la temporada del Atlántico, que va de principios de junio a finales de noviembre, e impresionó a los expertos por la intensidad que adquirió durante el fin de semana.
Los servicios meteorológicos estadounidenses lo clasificaron temporalmente como categoría 5, convirtiéndolo en el huracán más precoz de esta escala jamás registrado.
Científicos creen que el cambio climático, al calentar las aguas del océano, favorece estas tormentas y aumenta las probabilidades de que se intensifiquen rápidamente.
Daños en el Caribe
Beryl dejó al menos siete muertos a su paso: tres fallecidos en Granada, donde la tormenta tocó tierra el lunes; uno en San Vicente y las Granadinas y tres en Venezuela, según autoridades locales.
En las Islas Caimán se reportaron cortes de energía e inundaciones.
Tras cruzar Jamaica, Beryl dejó a más de 400.000 habitantes sin electricidad el miércoles.
El Rey Carlos III se dijo "profundamente entristecido" por la destrucción que dejó la tormenta, informó este jueves el Palacio de Buckingham.
El primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, declaró que la isla Carriacou quedó casi aislada, con casas, telecomunicaciones e instalaciones de combustible arrasadas.
Su homólogo de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, declaró que "90% de las casas" quedaron destruidas en la isla de Unión y advirtió que la reconstrucción iba suponer un gran esfuerzo.
La Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) advirtió en mayo que la temporada se perfilaba extraordinaria, con la posibilidad de cuatro a siete huracanes de categoría 3 o más.
Estas previsiones están relacionadas, en particular, con el desarrollo previsto del fenómeno meteorológico de La Niña, así como con temperaturas muy elevadas en el Atlántico, según la NOAA.